Una oda artística a la autoaceptación

La artista Susana González Revilla desarrolla parte de su obra con acciones performativas, como esta en Bogotá (Colombia).
González Revilla presentó recientemente sus obras en la galería Lichtundfire de Nueva York (Estados Unidos).
Uno de los proyectos artísticos de Susana González Revilla, ‘Yo me amo’.
  • 06/11/2025 00:00

La obra artística de Susana González Revilla transcurre entre la realización de paisajes idílicos y la reivindicación del amor propio

La artista Susana González Revilla vive un 2025 marcado por el éxito, tras consolidar su proyección internacional en dos escenarios: la galería Lichtundfire de Nueva York (Estados Unidos) y la Bienal de Arte de Bogotá (Colombia), donde obtuvo el reconocimiento de la crítica y del público.

La abstracción y la denuncia son parte esencial de la obra de González Revilla, la cual no se limita al lienzo, sino que se expande hacia la creación de coreografías performativas con las que expresa, a viva voz, mensajes contra males como el abuso infantil, la violencia de género o la corrupción institucional, tanto en Panamá como en otros países. Incluso ha llevado sus acciones artísticas frente a las escalinatas del Palacio de Justicia de Panamá.

Ese canto contra la injusticia constituye una parte fundamental de su repertorio, en el que también busca ofrecer una ventana íntima y gestual a través de la pintura abstracta. Para González Revilla, su estudio se ha convertido en un refugio creativo, donde combina colores e imágenes con gestos de amor propio, usándolos como una forma de resistencia ante la adversidad.

En una entrevista con La Estrella de Panamá, la artista expresó que su obra se guía por un principio espiritual: dar gracias cada día por algo, por más mínimo que sea.

“Yo doy gracias por cosas tan esenciales como las frutas o el océano —que es accesible para nosotros—, hasta por partes de mi cuerpo como mis piernas y mis ojos. Hablo de ciertas cosas no solo en función de los lugares a los que voy, sino desde el hecho esencial de que todos somos seres humanos. Cuando agradezco por lo sencillo, mi mente empieza a ver las cosas con más positividad”, señaló.

González Revilla también busca, a través de su arte, invitar a la protección del medio ambiente y promover que el ser humano aprenda a perdonarse a sí mismo. En su paso por Bogotá, abordó mediante una acción performática el tema de la vergüenza y la necesidad de reconciliarse con uno mismo.

Su concepto artístico

Tal como su nombre lo indica, el concepto artístico denominado “Yo Me Amo” es un llamado a la autoaceptación. Con la llamada Iglesia del Amor Propio como eje central de su proyecto multidisciplinario, esta propuesta se manifiesta con un estilo poético y callejero, que toma elementos de la evangelización popular para transformarlos en mensajes de autoconocimiento y cuidado colectivo.

“Reconoce la divinidad que hay en ti”, reza el lema de la artista en su sitio web www.yomeamo.art.

“Con este concepto busco llamar la atención, pero también ofrecer herramientas para mantener la cordura y la salud mental. Lo que pasa en el mundo es muy preocupante; nada cambia y uno se siente impotente. Yo digo: ‘Si con todo el privilegio que tengo me siento impotente, deprimida y frustrada por lo que ocurre a mi alrededor, imagínate aquellos que tienen mucho menos que yo’”, expresó.

A partir de esa reflexión, nació un proyecto que se constituye en un acto de rebeldía y resistencia.

“Hoy en día, lo que nos queda es la salud mental. Es el patrimonio que tenemos”, afirmó.

En una de sus obras performáticas —que combina baile y música—, presentada en Panamá, Colombia y México, destaca la pieza “Madre Nuestra”, una adaptación de la tradicional oración católica Padre Nuestro. Este acto está dedicado al planeta Tierra, como un mensaje de reconciliación y respeto hacia la naturaleza.

“Con esta expresión artística busco pedir perdón a la Tierra por todo lo que estamos haciendo. Además, realizo ofrendas con diferentes elementos, como conchas, cristales o comida”, explicó.

Con estas acciones, González Revilla manifiesta una espiritualidad abierta, más allá de una religión concreta.

“Yo tomo la cotidianidad y la transformo, como en el caso del Padre Nuestro, porque es algo que todo el mundo reconoce. Cuando hago la oración ‘Madre Nuestra’, el público la identifica de inmediato como una oda al medio ambiente”, describió.

Arte con propósito

La artista confesó a este diario que le preocupa profundamente la realidad actual, y considera que muchos de los males del mundo provienen de la desconexión del ser humano con el planeta.

“Tenemos una desconexión muy profunda con el organismo que nos sostiene. En esa desconexión nace lo que está destruyendo el planeta. Por eso busco que, a través de mi arte, el público vuelva a conectar con él. Como decía antes, hay un alto nivel de decepción y frustración cuando se ve que las personas capaces de producir cambios sistémicos no los hacen”, reflexionó.

En este sentido, las propuestas de González Revilla buscan promover un cambio social desde la humildad, sin importar la plataforma desde la que se exprese: ya sea a través de la pintura abstracta o de la acción performática.

Susana González Revilla
Artista
Con este concepto busco llamar la atención, pero también ofrecer herramientas para mantener la cordura.”