Crecimiento económico y las expectativas del mercado laboral panameño
- 17/11/2025 00:00
Pese a décadas de crecimiento económico, Panamá no logra traducir ese avance en empleo formal: la ocupación crece poco, el desempleo aumenta y la informalidad se impone. Las cifras revelan que la economía panameña tiende estructuralmente al desempleo, desafiando incluso la Ley de Okun, mientras el mercado laboral se precariza y la educación no responde a las nuevas demandas productivas
Ante un crecimiento económico respetable, según se desprende de las estadísticas oficiales, el mercado laboral parece no responder como muchos quisieran. Algunas personalidades ratifican que el país recobra su ímpetu. Otros señalan que estamos viviendo una contracción.
Recientemente, la directora del Instituto Técnico Superior Especializado (ITSE), manifestó que el 70 % de los panameños no encontrará trabajo en los próximos 20 años. Ante estas opiniones, nos preguntamos, ¿Crecemos realmente o no? ¿Responde el mercado el laboral a ese nivel de crecimiento? ¿Nuestra educación tiende a preparar al educando para la informalidad? Veamos algunas relaciones que pueden ratificar o no los cuestionamientos expresados, considerando las particularidades y desafíos que enfrenta nuestra economía y en especial, el mercado laboral.
La medida de bienestar de la sociedad comúnmente aceptada es el Producto Interno Bruto (PIB), aun cuando otros especialistas consideran que la misma requiere evaluar otros indicadores para constatar si un país se desarrolla. Salvo por el período de pandemia, la economía panameña mostró valores positivos continuos desde el año 1990, y en algunos años a doble dígito.
Aparejado a esos niveles de bienestar, se aprecia una mejora del mercado laboral, no sin antes mostrar algunas situaciones que poco a poco se han corregido como los ajustes al Salario Mínimo. Mientras el PIB (corriente) crece aproximadamente en 9.8 % entre 2009 y 2022, la ocupación solo creció en 2.1 % unas 4 veces menos que éste.
Después del covid-19, la estructura del mercado laboral cambió drásticamente y la consecución de un trabajo, formalmente hablando se ha dificultado, sin mencionar una disminución sustancial de los salarios que se pagaban antes del mismo.
Si un país crece en términos del PIB, los niveles de ocupación, en principio, van aparejados con dicho crecimiento económico. Ante ese hecho se precisa revisar la estructura de ese nivel de ocupación y es aquí donde se revelan los niveles de formalidad e informalidad de la economía panameña.
Dependiendo de determinadas circunstancias, el empleo informal muestra su presencia con más fuerza si hay una población flotante que deriva de la migración. A pesar de un constante crecimiento económico, es poco lo que crece el nivel de empleo. La desocupación, sin embargo, crece aproximadamente en 12 % en igual período, unas 6 veces más que el empleo y casi 3 puntos por encima del crecimiento del PIB.
Si analizamos las tres (3) variables del cuadro (ver gráfica) se puede constatar que la ocupación mantiene un constante crecimiento, pero en menor escala que lo hace el PIB. Se esperaría por lo tanto que el desempleo descendiera, pero las cifras no indican eso.
El desempleo tiende a crecer mucho más que el PIB y que el nivel de empleo en igual período y pareciera que, sin realizar mayores cálculos matemáticos, la estructura de la economía panameña tiende al desempleo.
Si contrastamos las cifras de crecimiento versus el de la población ocupada y a lo interno de ella, el empleo formal y/o el empleo informal, pareciera que nuestra dinámica económica favorece la creación de empleos informales.
Muchos de estos empleos denominados informales, lo conforman profesionales independientes que tienen elevado grado de estudios y desarrollan sus profesiones de manera liberal. Otros se aventuran en los llamados “emprendimientos”, la mayoría de los cuales al poco tiempo desaparecen y el resto no se manifiestan siquiera con permisos de operación como para darle formalidad a dicha actividad.
Para el período representado en el cuadro (ver gráfica), se muestra el comportamiento de la economía que rondaba el 9.8 % y el del empleo informal un 4.3 %, siendo este último un valor superior en más del doble que el crecimiento de la ocupación para igual período.
Aprovechando estas cifras e intentando establecer relaciones directas entre el crecimiento económico y el empleo o la producción y el desempleo, utilizaremos una herramienta desarrollada en la década del 60 del siglo pasado por el economista estadounidense Arthur Okun que indicaba la existencia de una relación inversa entre el crecimiento y el desempleo.
El uso de esta herramienta permite indicar la tendencia del desempleo, siempre que la economía crezca por encima de su tasa natural.
Al establecer la tasa natural de crecimiento de la economía, si la economía crece en determinado porcentaje por encima de dicha tasa natural, se prevé que el desempleo se retraiga en determinada proporción. Esta relación responde de manera distinta en los países donde se han realizado estudios para evaluar el desempeño del mercado laboral y en el caso de la economía panameña pareciera que NO se cumple con lo que la Ley de Okun intenta demostrar.
Para hacer una evaluación más estricta mostraremos una serie de datos mucho más extensa que la previamente utilizada y con ello el resultado deriva en un análisis más profundo desde que se tienen estadísticas estructuradas.
La realidad del comportamiento del mercado laboral panameño desde 1963 al 2022, y las cifras son preocupantes, ya que la tasa de ocupación alcanza un exiguo 2.9 %, pero la desocupación supera con creces el nivel de empleo alcanzando, un 5.1 % para los 60 años que contiene la serie de tiempo utilizada. Ver gráficas.
Con una serie de datos más extensa que con aquella que iniciamos nuestro análisis, ambas resaltan un crecimiento de nuestra economía que tiende al desempleo o viéndolo desde otra perspectiva, favorece la generación de empleo informal.
Siendo rigurosos en nuestro análisis, es preciso señalar que la economía panameña en estos 60 años ha cambiado drásticamente, en especial desde 1990, y mucho más aún en los últimos 15 años con una serie de megaobras y determinadas políticas de atracción de inversiones.
Los avances tecnológicos han favorecido a que la productividad de los factores, en especial la tecnología, se haga amigable o no al crecimiento del empleo y en esa línea de pensamiento William Mittal, jefe del área de Inteligencia Artificial de Deloitte (Consultora Global) ha indicado que “quienes no muestren curiosidad por aprender y solo dedican su tiempo a navegar por internet, probablemente se verán desplazados laboralmente”.
Recién el gobierno anunciaba que en los primeros 10 meses de este año se han generado 226,538 contratos de trabajo, lo que ante la opinión pública pudiera entenderse como puestos de trabajos nuevos. Sin embargo, no se anuncia si esa cantidad de contratos es por tiempo definido o indefinido. Tampoco se anuncia la cantidad de despidos en el mismo período, y si éstos se deben a que dichos contratos solo se hacen por tres o cuatro meses, generando una gran rotación del personal contratado tendiendo a la inestabilidad del trabajador. Esto precisa evaluar si, las estructuras de nuestras actividades económicas generan riqueza derivado de la productividad por el uso de la tecnología o por la ruta de la contratación de mano de obra semi o profesional. El mismo análisis cabe si las actividades que sostienen la economía panameña tienden a la Informalidad.
Lo cierto es que esta evaluación es importante sea realizada y con ello la determinación de una política de generación de inversiones que cimente el nivel de empleo formal y que la efervescencia coyuntural no sea vista solo en los momentos de la construcción de los proyectos.