Pobreza monetaria extrema arropa a 162 millones de latinos, según la Cepal

  • 26/11/2025 11:40

La pobreza extrema monetaria en América Latina volvió a encender alertas al alcanzar al 9,8% de la población en 2024 —unos 62 millones de personas— pese a las mejoras recientes en los indicadores de pobreza por ingreso, según el Panorama Social de América Latina y el Caribe 2025 de la Cepal

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó su informe anual Panorama Social de América Latina y el Caribe 2025: Cómo salir de la trampa de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social, en el que analiza la evolución de la pobreza monetaria y multidimensional en la región, así como la persistente desigualdad en la distribución de la riqueza, los ingresos y las oportunidades educativas.

Durante la presentación del documento, el secretario Ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, subrayó que la concentración de riqueza en América Latina sigue siendo una de las más altas del mundo: el 10 % más rico capta el 34,2 % del ingreso total, mientras que el 10 % más pobre apenas recibe el 1,7 %. Esta disparidad, explicó, es solo una de las manifestaciones de un fenómeno estructural y multidimensional que sostiene la desigualdad en la región.

El informe destaca que, a pesar de una lenta reducción, América Latina y el Caribe mantiene el coeficiente de Gini promedio más alto del mundo —solo por debajo de una subregión del África Subsahariana— y supera en 14 puntos porcentuales al de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

“En la Cepal hemos identificado siete factores principales que alimentan la trampa de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social, de los cuales cinco se analizan en profundidad en este Panorama Social”, afirmó Salazar-Xirinachs. La desigualdad, enfatizó, limita el acceso a servicios esenciales y profundiza la pobreza, afectando especialmente a los grupos más vulnerables.

Pobreza monetaria y extrema: avances y retrocesos

Según las estimaciones del organismo, en 2024 el 25,5 % de la población latinoamericana —162 millones de personas— vivía en situación de pobreza por ingresos, una disminución de 2,2 puntos porcentuales respecto de 2023 y de más de 7 puntos porcentuales en comparación con 2020, en plena pandemia de Covid-19. Se trata del nivel más bajo registrado desde que existen datos comparables.

Sin embargo, la pobreza extrema afectó al 9,8 % de la población (62 millones de personas), 0,8 puntos porcentuales menos que en 2023, pero todavía 2,1 puntos por encima del mínimo histórico alcanzado en 2014. La reducción reciente de la pobreza se explica principalmente por los avances de México y, en menor medida, de Brasil. Para 2025, la Cepal anticipa una disminución tenue debido a las débiles perspectivas de crecimiento regional.

El informe también evidencia una disminución sostenida de la pobreza multidimensional, que pasó del 34,4 % en 2014 al 20,9 % en 2024, impulsada por mejoras en vivienda y servicios. No obstante, esta forma de pobreza afecta especialmente a niñas, niños y adolescentes, personas que viven en áreas rurales y mujeres, quienes presentan mayores niveles de privación: por cada 100 hombres con pobreza multidimensional, hay 122 mujeres en la misma situación.

Desigualdad educativa: una barrera persistente

El documento incorpora una nueva metodología: el índice bidimensional de desigualdad de oportunidades educativas, que combina cobertura con resultados de aprendizaje. Aunque este indicador disminuyó en la mayoría de los países, el promedio regional sigue duplicando al de la OCDE, lo que limita la movilidad social intergeneracional.

El rezago educativo continúa siendo crítico: en 2023, el 28 % de los jóvenes de 20 a 24 años no había concluido la secundaria, con una brecha de 37 puntos porcentuales entre los quintiles de ingresos extremos. En cuanto a resultados, el 71,2 % de los estudiantes de 15 años no alcanzó competencias básicas en matemáticas en 2022; la situación es más grave entre quienes pertenecen al cuartil socioeconómico inferior (86,7 %) y entre estudiantes de escuelas públicas, donde el 77 % no logró el nivel mínimo, frente al 46 % en escuelas privadas.

Para enfrentar estas brechas, la Cepal propone invertir en la primera infancia, universalizar la educación secundaria, prevenir la deserción escolar, aplicar políticas de inclusión y priorizar el desarrollo de competencias en los currículos, además de fortalecer el rol docente.

La región continúa enfrentando un mercado laboral segmentado, excluyente y altamente informal: el 47 % de las personas ocupadas trabaja en la informalidad. La Cepal estima que una mayor formalización podría reducir la pobreza entre las personas ocupadas del 14,9 % al 8,6 % y disminuir la desigualdad en los ingresos laborales.

Asimismo, el organismo alerta sobre la sobrecarga de trabajo no remunerado que limita el acceso de las mujeres jóvenes a la educación, al empleo y a la participación social y política. También identifica barreras persistentes para personas con discapacidad, pueblos indígenas y población migrante: menos del 40 % de las personas con discapacidad de 15 a 59 años participa en el mercado laboral, frente al 75 % de quienes no tienen discapacidad.

Gasto social e institucionalidad

En 2024, el gasto social del gobierno central alcanzó el 11,6 % del PIB en América Latina y el 11 % en el Caribe, cifras similares a 2023. El gasto público social per cápita promedió 1.326 dólares, un aumento de 2,9 % respecto del año anterior, aunque con marcadas diferencias entre subregiones.

Mientras el gasto per cápita cayó 1,4 % en América del Sur, aumentó 4,1 % en Centroamérica, México y República Dominicana, y creció 7 % en el Caribe. A pesar de que entre 1995 y 2025 se duplicó el número de países con ministerios de Desarrollo Social, la Cepal advierte que la institucionalidad sigue siendo insuficiente. El organismo plantea que fortalecer las capacidades técnicas, operativas, políticas y prospectivas, así como garantizar financiamiento sostenible, es clave para superar la trampa de la desigualdad.