Rentabilidad a prueba: la banca panameña se apoya en gobernanza y AML en 2025
- 29/12/2026 00:00
La evidencia de 2025 indica que Panamá debe reforzar la cultura de cumplimiento y la transparencia, optimizar la composición y supervisión de los directorios, e invertir en tecnología RegTech para hacer más eficiente el cumplimiento AML, reducir riesgos reputacionales y costos operativos, y fortalecer el acceso al financiamiento internacional
Una tesis doctoral de la Universidad de Panamá demuestra que la calidad de la gobernanza y la efectividad de los sistemas de prevención de lavado de dinero (AML) inciden directamente en la rentabilidad de los bancos panameños. La investigación concluye que aquellas entidades con directorios independientes, comités especializados y controles de cumplimiento robustos obtienen mejores resultados financieros y mitigan los riesgos reputacionales. El presente artículo resume dichos hallazgos y los combina con las cifras más recientes divulgadas por la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP). En mayo de 2025, el retorno sobre activos (ROA) del sistema se situó en 1,89 % y el retorno sobre capital (ROE) en 16,19 %, niveles inferiores a los de un año antes pero aún sólidos en el contexto regional.
El Centro Bancario Internacional (CBI) de Panamá continúa siendo uno de los pilares económicos del país. El informe de actividad bancaria de la SBP para mayo de 2025 revela que los bancos mantienen holguras prudenciales: la relación de liquidez promedio llegó al 56,9 %, muy por encima del mínimo regulatorio, y el índice de suficiencia de capital ascendió al 15,71 %. Estas cifras permiten al sistema absorber choques externos y sostener la confianza de depositantes e inversionistas.
No obstante, la rentabilidad se ha moderado. En comparación con mayo de 2024, el ROA cayó de 2,25 % a 1,89 % y el ROE de 18,44 % a 16,19 %. La compresión de los márgenes responde a costos de fondeo más altos y a menores ingresos extraordinarios, lo que obliga a los bancos a optimizar su estructura de costos y diversificar fuentes de ingresos. Pese a ello, el informe destaca que los beneficios acumulados del CBI superaron los mil doscientos millones de dólares y que la cartera en mora se mantiene controlada.
La tesis “El impacto de la gobernanza corporativa y los sistemas AML en la rentabilidad de los bancos panameños” aplica una metodología mixta. Combina un análisis estadístico de indicadores financieros con encuestas a directivos y oficiales de cumplimiento para valorar la calidad de la gobernanza (estructura de la junta, independencia, transparencia) y la efectividad de los sistemas AML.
El estudio construye dos índices: uno de gobernanza y otro de efectividad AML. Los bancos con puntuaciones elevadas en cualquiera de ellos presentan probabilidades significativamente mayores de ubicarse en los niveles altos de ROA y ROE. Entre los factores que más aportan a la rentabilidad destacan:
• Monitoreo integral de AML que incluya detección de transacciones inusuales y recalibración de parámetros.
• Acciones correctivas oportunas frente a fallas o sanciones, garantizando que se cierren los hallazgos.
• Actualización continua de matrices de riesgo, con documentación de cambios y revisión de umbrales.
• Capacitación periódica de todo el personal en materia de AML y gobierno corporativo.
Estas áreas ofrecen un retorno alto sobre la inversión, pues fortalecen la gestión de riesgo y mejoran la percepción de los reguladores y socios financieros. Aunque la investigación es de corte transversal y no infiere causalidad, su consistencia con la literatura internacional apoya la idea de que gobernanza y AML efectivos no representan un coste sino una inversión en rentabilidad sostenible.
La evidencia de 2025 sugiere que Panamá debe actuar en varias direcciones:
Fortalecer la cultura de cumplimiento y la transparencia. Asegurar la divulgación oportuna y completa de información relacionada con AML y gobierno corporativo permite reducir el riesgo reputacional y facilita el acceso a corresponsalías y financiamiento internacional. La SBP podría intensificar la retroalimentación a los bancos sobre la calidad de sus reportes de operaciones sospechosas y promover un estándar uniforme de divulgación.
Optimizar la composición de los directorios. La separación clara entre las funciones de presidente del directorio y director ejecutivo evita conflictos de interés y mejora la supervisión interna. Asimismo, es recomendable que las juntas incluyan expertos en cumplimiento y riesgos reputacionales y que se fortalezca la evaluación de idoneidad de directores y miembros de comités especializados.
Invertir en tecnología RegTech. La digitalización de los procesos de cumplimiento y la adopción de herramientas de analítica de datos e inteligencia artificial pueden reducir costos operativos y falsos positivos en la detección de transacciones sospechosas. Estas tecnologías deben complementarse con políticas de ciberseguridad y protección de datos para prevenir nuevos riesgos.
La convergencia de buena gobernanza y sistemas AML efectivos se confirma como una palanca fundamental para la rentabilidad bancaria. Los datos de 2025 muestran un sector sólido pero enfrentado a la caída de sus márgenes; en este contexto, la diferenciación competitiva dependerá de la transparencia, de la gestión rigurosa del riesgo y de la adopción de tecnologías que hagan más eficiente el cumplimiento.
Para seguir destacándose como hub financiero regional, Panamá debe reforzar sus normas de gobierno corporativo, profesionalizar sus directorios y consolidar una cultura de cumplimiento que vaya más allá de la simple adhesión normativa. Las autoridades deberán garantizar que la información sobre liquidez, solvencia y rentabilidad siga siendo transparente y oportuna, dando confianza a inversionistas y observadores.
En síntesis, la rentabilidad bancaria en 2025 refleja tanto la coyuntura económica como decisiones estratégicas de largo plazo. Invertir en gobernanza y AML no solo protege la reputación de Panamá, sino que también crea las condiciones para un crecimiento financiero inclusivo y sostenible.