Machado, Premio Nobel de la Paz 2025: “La democracia es esencial para la paz”
- 11/12/2025 00:00
La líder opositora no pudo estar en la ceremonia en Oslo. Un acto marcado por las denuncias contra el régimen de Nicolás Maduro y los llamados internacionales a una transición democrática en Venezuela
La bruma sombría que se observaba en los cielos de Oslo (Noruega) contrastó ayer con la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz 2025, en la que se reconoció a la líder opositora venezolana María Corina Machado, como la ganadora de este año. Una ceremonia a la que asistieron varios mandatarios latinoamericanos como el presidente de la República José Raúl Mulino, el argentino Javier Milei, el ecuatoriano Daniel Noboa y el paraguayo Santiago Peña.
Poco a poco, los asientos se fueron llenando hasta que el acto dio inicio con el discurso del presidente del Comité Nobel Jørgen Watne Frydnes quien alertó sobre las violaciones de derechos humanos, reconoció a Edmundo González Urrutia como presidente legítimo de Venezuela – se encontraba también presente en la ceremonia - y destacó la valentía de Machado en la defensa democrática de Venezuela, denominándola como un ejemplo de “valentía civil en la región”.
Todo ello en un discurso plagado de denuncias contra el régimen de Caracas, y una clara exhortación a que el mandatario venezolano deje el poder ante la proclamación de un tercer mandato bajo sospecha ante la ausencia de actas que justifiquen esa victoria electoral.
“Señor Maduro: Debe aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo. Debe sentar las bases para una transición pacífica hacia la democracia. Porque esa es la voluntad del pueblo venezolano”, pidió el presidente del Comité Nobel en su alocución.
En dicho discurso, Frydnes recordó a las víctimas menores de edad de la represión de Maduro como el de la adolescente de 16 años Samantha Sofía Hernández, quien se encuentra desaparecida.
”Este régimen ni siquiera perdona a sus niños. Más de 200 menores fueron detenidos tras las elecciones de 2024. Las Naciones Unidas documentaron lo que sufrieron de la siguiente manera: bolsas de plástico apretadas sobre sus cabezas, descargas eléctricas en los genitales, golpes al cuerpo tan brutales que les dolía respirar, violencia sexualizada... “, seguía relatando el presidente del Comité Nobel.
Acto seguido, advirtió que Venezuela no es el único país del mundo que adoptó el camino del autoritarismo.
“El mundo va por mal camino, los regímenes autoritarios están ganando terreno. Tenemos que plantearnos la incómoda pregunta: ¿Por qué nos resulta difícil preservar la democracia?, una forma de gobierno concebida para proteger nuestra libertad y nuestra paz”, se preguntó Watne Fryndes, al tiempo que aseguró que los regímenes autoritarios aprenden de los unos a los otros, y que detrás de Maduro hay países como Rusia o China, y grupos armados irregulares como Hezbolá.
Si bien Machado era la máxima protagonista del acto, ella no pudo estar presente para recoger su premio ante las dificultades logísticas que suponía romper 16 meses de clandestinidad dentro de Venezuela desde que denunció el fraude electoral. No obstante, el presidente del Nobel aseguró que la dirigente hizo todo en su poder para poder estar junto a su familia en el recibimiento del premio en Oslo.
Concluidas las palabras de Fryndes, la hija de Machado – visiblemente emocionada – lee el discurso pronunciado por su madre. Antes de pronunciar las palabras escritas del puño y letra de su madre, Ana Corina Sosa manifestó su emoción por la posibilidad de reencontrarse con su madre, a la que no ve desde hace más de un año. “[María Corina] Quiere vivir en una Venezuela libre, y nadie la alejará de ese propósito”, afirmó Sosa.
Al tiempo que resaltó el pasado democrático de Venezuela como creadora de una de las primeras constituciones republicanas del mundo, Machado alertó en boca de su hija que incluso la democracia más fuerte se debilita “cuando sus ciudadanos olvidan que la libertad no es algo que debamos esperar, sino algo a lo que debemos dar vida”.
Así mismo, se refirió a la victoria del expresidente venezolano Hugo Chávez (1998-2013) como el ejemplo de cómo el carisma no puede nunca sustituir al Estado de derecho. “Se entregaban lavadoras y neveras a familias como premios, se hacían espectáculos, entregando apartamentos... Todos los ingresos del petróleo han sido robados y utilizados para comprar voluntades...”, narró.
“Nueve millones de venezolanos se han visto obligados al país. No son estadísticas, sino heridas abiertas. Un proyecto deliberado para dividir a través de la ideología, de la raza, a vernos como enemigos. Nos han encarcelado, matado y forzado a exiliarnos, han sido décadas de lucha contra una dictadura brutal...”, aseguró Machado.
La líder opositora también recordó cuando se presentó a las primarias de la oposición venezolana. Finalmente, el gobierno la inhabilitó para ser la candidata presidencial para el 2024, por lo que delegó más tarde ese rol a González Urrutia.
“A tres meses de las elecciones, nadie lo conocía. Construimos 600,000 voluntarios en 30,000 centros electorales para defender el voto, ocultos en camiones de comida, en sótanos, en las partes de atrás de las iglesias”, habló Machado, en referencia a los ‘comanditos’, claves al momento de resguardar las actas de los comicios de julio de 2024.
“Edmundo González ganó con el sesenta y siete por ciento de los votos, en cada estado, ciudad y pueblo. Todas las actas contaban la misma historia. En cuestión de horas logramos digitalizarlas y publicarlas en una página web, para que el mundo entero pudiera verlas. La dictadura respondió aplicando el terror. Dos mil quinientas personas fueron secuestradas, desaparecidas o torturadas. Marcaron sus casas, tomaron a familias enteras como rehenes. Sacerdotes, maestros, enfermeras, estudiantes... todos perseguidos por compartir un acta electoral”, resumió Machado.
Sin embargo, aseguró que a pesar de todas las dificultades, Venezuela ‘volverá a respirar’, apelando a que pronto las familias que huyeron del país se reencontrarán más temprano que tarde. “Este premio tiene un significado profundo: le recuerda al mundo que la democracia es esencial para la paz”, consideró.