Juicio a Álvaro Uribe | Jueza confirma soborno a testigos y declara culpable al exmandatario
- 28/07/2025 15:54
Sandra Heredia declaró acreditado el delito y criticó duramente a la defensa por manipular el proceso judicial. El testigo Monsalve mantiene credibilidad, según el fallo El juicio penal contra el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) ha entrado en su fase definitiva este lunes 28 de julio, cuando la jueza Sandra Liliana Heredia, tras casi ocho horas de audiencia, dio señales inequívocas de que dictará una sentencia condenatoria. “El soborno en actuación penal ha quedado acreditado”, afirmó, en lo que supone un punto de inflexión histórico: por primera vez en Colombia, un exmandatario podría ser condenado penalmente por intentar manipular el curso de la justicia.
Heredia fue enfática al desestimar los argumentos de la defensa de Uribe, a quienes acusó de intentar “instrumentalizar a la justicia” mediante maniobras legales para “transmutar el papel de victimario a víctima”. La jueza se permitió incluso una referencia literaria para ilustrar lo absurdo del caso: “Estamos ante la mejor muestra del realismo mágico, donde se crean personajes, milagros, coincidencias”.
El proceso contra Uribe comenzó en 2012 cuando el entonces senador del Polo Democrático, Iván Cepeda, presentó información sobre presuntos vínculos del expresidente con grupos paramilitares. En respuesta, Uribe lo denunció por manipular testigos en su contra, pero la Corte Suprema archivó esa causa y, en su lugar, abrió una contra el líder del Centro Democrático por presuntamente haber enviado a su abogado, Diego Cadena, a buscar reclusos que testificaran a su favor. De allí derivaron los cargos de soborno a testigos y fraude procesal.
Una de las piezas clave del proceso es el testimonio del exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, quien denunció intentos de soborno en prisión. La jueza reiteró este lunes que su versión ha sido consistente desde el inicio y que no se ha demostrado que haya recibido beneficios diferenciados de parte del senador Cepeda, a quien la defensa intentó señalar como instigador. “No se logra acreditar que Monsalve tuviera beneficios diferenciados a los demás presos”, dijo Heredia, en referencia a las supuestas fiestas en prisión utilizadas como argumento por los abogados de Uribe.
La jueza también avaló como prueba determinante las grabaciones realizadas con un reloj espía por Monsalve, en las que se escucha al abogado Cadena ofrecerle beneficios judiciales, incluyendo su ingreso a Justicia y Paz —el sistema creado en 2006 para juzgar paramilitares— o incluso a la JEP, un tribunal reservado para exguerrilleros y agentes del Estado, lo cual la jueza calificó como un ofrecimiento “imposible e irresponsable”.
Además, señaló que las interceptaciones telefónicas hechas por error por la Corte Suprema en 2018 también confirman que Cadena informaba “en tiempo real” a Uribe sobre los avances en las gestiones con Monsalve, lo que vincula directamente al expresidente con las presuntas presiones.
La lectura completa del fallo continuará en las próximas horas, pero el sentido de la decisión ya ha quedado delineado. Colombia observa con atención un juicio que marcará un hito en su historia judicial y política. La sentencia final no solo pondrá a prueba la independencia del sistema judicial, sino también la resistencia de las instituciones ante el poder de las élites.
El juicio penal contra el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) ha entrado en su fase definitiva este lunes 28 de julio, cuando la jueza Sandra Liliana Heredia, tras casi ocho horas de audiencia, dio señales inequívocas de que dictará una sentencia condenatoria. “El soborno en actuación penal ha quedado acreditado”, afirmó, en lo que supone un punto de inflexión histórico: por primera vez en Colombia, un exmandatario podría ser condenado penalmente por intentar manipular el curso de la justicia.
Heredia fue enfática al desestimar los argumentos de la defensa de Uribe, a quienes acusó de intentar “instrumentalizar a la justicia” mediante maniobras legales para “transmutar el papel de victimario a víctima”. La jueza se permitió incluso una referencia literaria para ilustrar lo absurdo del caso: “Estamos ante la mejor muestra del realismo mágico, donde se crean personajes, milagros, coincidencias”.
El proceso contra Uribe comenzó en 2012 cuando el entonces senador del Polo Democrático, Iván Cepeda, presentó información sobre presuntos vínculos del expresidente con grupos paramilitares. En respuesta, Uribe lo denunció por manipular testigos en su contra, pero la Corte Suprema archivó esa causa y, en su lugar, abrió una contra el líder del Centro Democrático por presuntamente haber enviado a su abogado, Diego Cadena, a buscar reclusos que testificaran a su favor. De allí derivaron los cargos de soborno a testigos y fraude procesal.
Una de las piezas clave del proceso es el testimonio del exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, quien denunció intentos de soborno en prisión. La jueza reiteró este lunes que su versión ha sido consistente desde el inicio y que no se ha demostrado que haya recibido beneficios diferenciados de parte del senador Cepeda, a quien la defensa intentó señalar como instigador. “No se logra acreditar que Monsalve tuviera beneficios diferenciados a los demás presos”, dijo Heredia, en referencia a las supuestas fiestas en prisión utilizadas como argumento por los abogados de Uribe.
La jueza también avaló como prueba determinante las grabaciones realizadas con un reloj espía por Monsalve, en las que se escucha al abogado Cadena ofrecerle beneficios judiciales, incluyendo su ingreso a Justicia y Paz —el sistema creado en 2006 para juzgar paramilitares— o incluso a la JEP, un tribunal reservado para exguerrilleros y agentes del Estado, lo cual la jueza calificó como un ofrecimiento “imposible e irresponsable”.
Además, señaló que las interceptaciones telefónicas hechas por error por la Corte Suprema en 2018 también confirman que Cadena informaba “en tiempo real” a Uribe sobre los avances en las gestiones con Monsalve, lo que vincula directamente al expresidente con las presuntas presiones.
La lectura completa del fallo continuará en las próximas horas, pero el sentido de la decisión ya ha quedado delineado. Colombia observa con atención un juicio que marcará un hito en su historia judicial y política. La sentencia final no solo pondrá a prueba la independencia del sistema judicial, sino también la resistencia de las instituciones ante el poder de las élites.