Putin declina encuentro directo con Zelenski en Turquía pese a intentos de reactivar el diálogo
- 14/05/2025 17:09
Trump tampoco asistirá en persona, a pesar de haber insinuado que se uniría si ambos mandatarios europeos accedían a reunirse El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha optado por no asistir este jueves a una reunión cara a cara con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, en Estambul. Aunque se esperaba que ambos mandatarios pudieran reabrir un canal de diálogo tras más de tres años sin conversaciones bilaterales, finalmente Moscú enviará una delegación de bajo perfil, encabezada por Vladímir Medinski, actual presidente de la Unión de Escritores de Rusia y figura central en las negociaciones fallidas de 2022.
Hasta el cierre de la jornada del miércoles, no se había confirmado la lista definitiva de los representantes rusos, y Putin no respondió al reto lanzado por Zelenski de reunirse personalmente en Turquía.
La delegación de Estados Unidos, tercer actor involucrado en la mediación, arribará a Estambul el viernes. Su presidente, Donald Trump, tampoco asistirá en persona, a pesar de haber insinuado que se uniría si Putin y Zelenski accedían a reunirse. Trump, actualmente de gira por Oriente Medio, había considerado hacer escala en Estambul antes de regresar a Washington, pero la ausencia del mandatario ruso ha llevado a su gobierno a cancelar esa posibilidad.
La propuesta de reencuentro surgió de manera inesperada el sábado pasado, cuando Putin, en un gesto sorpresivo, ofreció un encuentro “sin condiciones previas” con Kiev en Estambul, a celebrarse el 15 de mayo. Zelenski aceptó de inmediato e instó a su contraparte a reunirse en persona. No obstante, el líder del Kremlin guardó silencio durante los días siguientes y ahora ha confirmado que no asistirá.
Tampoco formará parte de la comitiva rusa el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov. Medinski, quien tras el colapso de las negociaciones de 2022 ha estado vinculado principalmente a la reescritura de libros escolares en Rusia, liderará una delegación prácticamente idéntica a la que participó en aquellas conversaciones fallidas, con figuras como el viceministro de Defensa Alexánder Fomin y el viceministro de Exteriores Mijaíl Galuzin.
Por su parte, Zelenski ha sido claro: solo accedería a reunirse con Putin, no con representantes de segundo nivel. Aun así, diplomáticos ucranianos confirmaron que personal de su embajada en Ankara se trasladó a Estambul desde el lunes para preparar la posible llegada del presidente. Este reiteró el miércoles por la tarde que su país sigue dispuesto a dialogar en cualquier formato.
La presión para reactivar el diálogo no ha venido únicamente de Occidente. Desde el llamado “mundo multipolar”, también han surgido exhortaciones. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó el miércoles a Moscú con la intención de conversar directamente con Putin. “Cuando llegue a Moscú, le diré: ‘Compañero Putin, ve a Estambul y habla, ¡por Dios!’”, comentó antes de salir de Pekín. Sin embargo, su encuentro con el líder ruso no se concretó.
Zelenski sí viajará a Turquía, aunque no a Estambul, sino a Ankara, donde se reunirá con el presidente Recep Tayyip Erdogan. Este último tampoco planea trasladarse a Estambul, a menos que lo hicieran Putin o Trump, quienes no participarán.
Queda en el aire quién ejercerá como anfitrión de las delegaciones rusa y ucraniana en Estambul. El canciller turco, Hakan Fidan, se encuentra en Antalya, donde participa en una reunión informal de ministros de Exteriores de la OTAN. Si las negociaciones en Estambul toman forma, podría verse obligado a abandonar la cumbre de la Alianza Atlántica.
En esa misma ciudad también se esperaba la presencia del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, pero Trump le ordenó cambiar su itinerario para encabezar la representación estadounidense en Estambul. Rubio estará acompañado por Steve Witkoff, enviado especial para Oriente Medio, y posiblemente por Keith Kellogg, representante para los asuntos Rusia-Ucrania, aunque su participación no ha sido confirmada oficialmente.
Vuelta a la mesa: las negociaciones de 2022 Putin propuso retomar las conversaciones que fracasaron en marzo de 2022, cuando las tropas rusas se vieron obligadas a retirarse de los alrededores de Kiev y Járkov. Aquella retirada, celebrada como un triunfo defensivo ucraniano, dejó al descubierto masacres cometidas por el ejército ruso, como la de Bucha, donde decenas de civiles fueron ejecutados.
En su versión de los hechos, Putin sostiene que fue Ucrania quien se retiró de la mesa de negociaciones por presión occidental y que la retirada rusa fue un “gesto de buena voluntad”. Sin embargo, analistas coinciden en que fue la debacle militar rusa lo que precipitó ese repliegue. Con escasa ayuda militar en ese momento, Ucrania logró recuperar extensos territorios, incluyendo partes de Jersón y Zaporiyia, regiones que Moscú posteriormente anexionó en papel.
Desde entonces, Putin ha evitado cualquier encuentro directo con Zelenski, a quien considera un mandatario “ilegítimo” por no haber convocado elecciones durante el conflicto, algo previsto por la Constitución ucraniana. Curiosamente, el mismo miércoles, la justicia rusa condenó a cinco años de cárcel a Grigori Melkoniants, copresidente de la ONG Golos, dedicada a denunciar el fraude electoral en Rusia.
Turquía: un mediador con equilibrios delicados Aunque Turquía pertenece a la OTAN desde 1952, ha evitado sancionar a Rusia directamente. Ha mantenido canales abiertos con Moscú y Erdogan ha cultivado relaciones tanto con Putin como con Zelenski. Ankara ha suministrado armamento a Ucrania y facilitado la exportación de grano ucraniano a otros países.
Gracias a esta posición intermedia, Turquía acogió en marzo de 2022 dos rondas de negociaciones: una en Antalya, sin resultados tangibles, y otra en Estambul, donde Ucrania se mostró dispuesta a renunciar a su adhesión a la OTAN a cambio de garantías de seguridad. Sin embargo, no se alcanzó ningún pacto y las conversaciones subsiguientes se limitaron a videollamadas.
En 2024, The New York Times filtró borradores de esas conversaciones, en las que se planteaba aplazar el tema de Crimea y aceptar la ocupación rusa de ciertos territorios sin reconocer su soberanía. Aun así, persistieron profundas diferencias en aspectos como el tamaño del ejército ucraniano, la entrada de Ucrania en la Unión Europea y la política lingüística hacia el ruso.
Escenario internacional: la OTAN y el aumento del gasto militar Mientras tanto, en Antalya, representantes de 32 países trabajan en la preparación de la cumbre de la OTAN que se celebrará en junio en La Haya. La nueva administración estadounidense está presionando para que los países miembros aumenten su gasto en defensa hasta el 5% del PIB para 2032, con un 3,5% destinado a capacidades militares y un 1,5% para ciberseguridad e infraestructura. El objetivo actual es del 2%, y muchos países, como España, aún están lejos de alcanzarlo.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha optado por no asistir este jueves a una reunión cara a cara con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, en Estambul. Aunque se esperaba que ambos mandatarios pudieran reabrir un canal de diálogo tras más de tres años sin conversaciones bilaterales, finalmente Moscú enviará una delegación de bajo perfil, encabezada por Vladímir Medinski, actual presidente de la Unión de Escritores de Rusia y figura central en las negociaciones fallidas de 2022.
Hasta el cierre de la jornada del miércoles, no se había confirmado la lista definitiva de los representantes rusos, y Putin no respondió al reto lanzado por Zelenski de reunirse personalmente en Turquía.
La delegación de Estados Unidos, tercer actor involucrado en la mediación, arribará a Estambul el viernes. Su presidente, Donald Trump, tampoco asistirá en persona, a pesar de haber insinuado que se uniría si Putin y Zelenski accedían a reunirse. Trump, actualmente de gira por Oriente Medio, había considerado hacer escala en Estambul antes de regresar a Washington, pero la ausencia del mandatario ruso ha llevado a su gobierno a cancelar esa posibilidad.
La propuesta de reencuentro surgió de manera inesperada el sábado pasado, cuando Putin, en un gesto sorpresivo, ofreció un encuentro “sin condiciones previas” con Kiev en Estambul, a celebrarse el 15 de mayo. Zelenski aceptó de inmediato e instó a su contraparte a reunirse en persona. No obstante, el líder del Kremlin guardó silencio durante los días siguientes y ahora ha confirmado que no asistirá.
Tampoco formará parte de la comitiva rusa el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov. Medinski, quien tras el colapso de las negociaciones de 2022 ha estado vinculado principalmente a la reescritura de libros escolares en Rusia, liderará una delegación prácticamente idéntica a la que participó en aquellas conversaciones fallidas, con figuras como el viceministro de Defensa Alexánder Fomin y el viceministro de Exteriores Mijaíl Galuzin.
Por su parte, Zelenski ha sido claro: solo accedería a reunirse con Putin, no con representantes de segundo nivel. Aun así, diplomáticos ucranianos confirmaron que personal de su embajada en Ankara se trasladó a Estambul desde el lunes para preparar la posible llegada del presidente. Este reiteró el miércoles por la tarde que su país sigue dispuesto a dialogar en cualquier formato.
La presión para reactivar el diálogo no ha venido únicamente de Occidente. Desde el llamado “mundo multipolar”, también han surgido exhortaciones. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó el miércoles a Moscú con la intención de conversar directamente con Putin. “Cuando llegue a Moscú, le diré: ‘Compañero Putin, ve a Estambul y habla, ¡por Dios!’”, comentó antes de salir de Pekín. Sin embargo, su encuentro con el líder ruso no se concretó.
Zelenski sí viajará a Turquía, aunque no a Estambul, sino a Ankara, donde se reunirá con el presidente Recep Tayyip Erdogan. Este último tampoco planea trasladarse a Estambul, a menos que lo hicieran Putin o Trump, quienes no participarán.
Queda en el aire quién ejercerá como anfitrión de las delegaciones rusa y ucraniana en Estambul. El canciller turco, Hakan Fidan, se encuentra en Antalya, donde participa en una reunión informal de ministros de Exteriores de la OTAN. Si las negociaciones en Estambul toman forma, podría verse obligado a abandonar la cumbre de la Alianza Atlántica.
En esa misma ciudad también se esperaba la presencia del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, pero Trump le ordenó cambiar su itinerario para encabezar la representación estadounidense en Estambul. Rubio estará acompañado por Steve Witkoff, enviado especial para Oriente Medio, y posiblemente por Keith Kellogg, representante para los asuntos Rusia-Ucrania, aunque su participación no ha sido confirmada oficialmente.
Putin propuso retomar las conversaciones que fracasaron en marzo de 2022, cuando las tropas rusas se vieron obligadas a retirarse de los alrededores de Kiev y Járkov. Aquella retirada, celebrada como un triunfo defensivo ucraniano, dejó al descubierto masacres cometidas por el ejército ruso, como la de Bucha, donde decenas de civiles fueron ejecutados.
En su versión de los hechos, Putin sostiene que fue Ucrania quien se retiró de la mesa de negociaciones por presión occidental y que la retirada rusa fue un “gesto de buena voluntad”. Sin embargo, analistas coinciden en que fue la debacle militar rusa lo que precipitó ese repliegue. Con escasa ayuda militar en ese momento, Ucrania logró recuperar extensos territorios, incluyendo partes de Jersón y Zaporiyia, regiones que Moscú posteriormente anexionó en papel.
Desde entonces, Putin ha evitado cualquier encuentro directo con Zelenski, a quien considera un mandatario “ilegítimo” por no haber convocado elecciones durante el conflicto, algo previsto por la Constitución ucraniana. Curiosamente, el mismo miércoles, la justicia rusa condenó a cinco años de cárcel a Grigori Melkoniants, copresidente de la ONG Golos, dedicada a denunciar el fraude electoral en Rusia.
Aunque Turquía pertenece a la OTAN desde 1952, ha evitado sancionar a Rusia directamente. Ha mantenido canales abiertos con Moscú y Erdogan ha cultivado relaciones tanto con Putin como con Zelenski. Ankara ha suministrado armamento a Ucrania y facilitado la exportación de grano ucraniano a otros países.
Gracias a esta posición intermedia, Turquía acogió en marzo de 2022 dos rondas de negociaciones: una en Antalya, sin resultados tangibles, y otra en Estambul, donde Ucrania se mostró dispuesta a renunciar a su adhesión a la OTAN a cambio de garantías de seguridad. Sin embargo, no se alcanzó ningún pacto y las conversaciones subsiguientes se limitaron a videollamadas.
En 2024, The New York Times filtró borradores de esas conversaciones, en las que se planteaba aplazar el tema de Crimea y aceptar la ocupación rusa de ciertos territorios sin reconocer su soberanía. Aun así, persistieron profundas diferencias en aspectos como el tamaño del ejército ucraniano, la entrada de Ucrania en la Unión Europea y la política lingüística hacia el ruso.
Mientras tanto, en Antalya, representantes de 32 países trabajan en la preparación de la cumbre de la OTAN que se celebrará en junio en La Haya. La nueva administración estadounidense está presionando para que los países miembros aumenten su gasto en defensa hasta el 5% del PIB para 2032, con un 3,5% destinado a capacidades militares y un 1,5% para ciberseguridad e infraestructura. El objetivo actual es del 2%, y muchos países, como España, aún están lejos de alcanzarlo.