Criterios para criticar

  • 04/10/2025 00:00

[...] no resulta fácil identificar criterios verdaderos y esenciales, y probarlos adecuadamente, pero necesitamos tener claro si ese criterio con el que vamos a criticar sea realmente seguro y bien fundado

Reconocer la importancia del espíritu crítico lleva a una idea que algunos presentan como realmente importante: tener buenos criterios.

Porque el espíritu crítico no es sano si se basa en suposiciones, simpatías o antipatías, estados de humor, flujos de noticias y contranoticias que corren como la pólvora.

En cambio, el espíritu crítico empieza a ser sano si se construye desde criterios bien elaborados, personales, hechos convicción, y que pueden ser compartidos en un diálogo sereno con quienes tienen otros puntos de vista.

Así, el criterio de no juzgar ante la primera noticia nos hace esperar ulteriores informaciones, sobre todo ante informaciones y contrainformaciones de una guerra.

El criterio de no hacer afirmaciones universales en materia contingente (un criterio que viene de la lógica y que necesitamos recordar siempre) nos aparta de decir que todos los políticos son corruptos cuando sale la noticia de un político condenado por negocios sucios.

El criterio de presunción de inocencia nos lleva a no condenar a una persona cuando los indicios están en estudio y el proceso sigue sus cauces que, esperamos, permitan llegar a una sentencia justa.

El criterio de contextualización nos ayuda a no leer libros o artículos que tratan temas de filosofía, o religión, o sistemas educativos, o política, sin recordar los contextos personales y sociales en los que tales obras fueron escritas.

El criterio de la experimentación nos invita a desconfiar de estudios llamados científicos que no se hayan elaborado según protocolos fundamentales, como, por ejemplo, el de recurrir a un grupo de control para verificar la eficacia de una medicina o de un nuevo método educativo.

El criterio de reconocer la dignidad de la persona, dotada siempre de inteligencia y abierta a opciones libres, nos lleva a no etiquetar a nadie y a no olvidar que todos pueden cambiar: desde el bien hacia el mal (cuando alguien bueno se corrompe) o desde el mal hacia el bien (cuando un delincuente se convierte).

Como es obvio, no resulta fácil identificar criterios verdaderos y esenciales, y probarlos adecuadamente, pero necesitamos tener claro si ese criterio con el que vamos a criticar sea realmente seguro y bien fundado.

Lo que todos podemos hacer, para adquirir un espíritu crítico válido y capaz de guiarnos en tantos momentos de la vida, es buscar aquellos criterios que, una vez probados con buenos argumentos, nos ayuden a afrontar la lluvia de noticias e informaciones que llegan cada día a las puertas de nuestra mente, con un único objetivo (que podemos encontrar ya en Sócrates): rechazar lo falso y adherirnos a lo verdadero.