Desarrollo cultural para la transformación

Eric Marciscano | La Estrella de Panamá
  • 13/10/2025 00:00

Entre las buenas noticias que mencioné en la columna de la semana pasada, me referí brevemente a MONDIACULT 2025, llevado a cabo en Barcelona, España, del 29 de septiembre al 1 de octubre. Este evento es considerado la cumbre global de la Organización de las Naciones Unidas para la educación, las ciencias y la cultura – UNESCO – en donde la delegación de Panamá, liderada por la ministra de cultura, María Eugenia Herrera “[...] impulsó alianzas y posicionó la cultura en el centro de los debates sobre paz, educación y cambio climático”, tal como informó La Estrella de Panamá.

El diario señaló que: “En sus intervenciones subrayó [la ministra], la urgencia de integrar la cultura en las políticas de educación y paz, sobre todo en contextos de alta vulnerabilidad social y ambiental. Su mensaje se sumó al debate global sobre cómo las industrias creativas, el patrimonio y los saberes ancestrales pueden convertirse en motores de cohesión social y resiliencia”.

La nota de la Estrella de Panamá terminó con: “[...] el país deja claro que su apuesta cultural no se limita a lo simbólico: se proyecta como una herramienta de diplomacia, cooperación y transformación social en el siglo XXI”.

Aplaudo estos esfuerzos sobre la cultura, en términos generales. Como he expuesto en las últimas semanas ante la presentación de proyectos de infraestructura para los próximos dos lustros, mi preocupación se centra en un cambio fundamental en la construcción de mejores ciudadanos; un cambio de los modelos mentales de gobiernos y gobernantes y, siempre está la preocupación de que los gobiernos subsiguientes no actualicen estos esfuerzos como políticas de Estado, sino que los desechan como suele ocurrir.

En una columna de hace algunos años señalaba que: “Una de las cosas que entenderemos al final (o al principio de alguna nueva etapa que desconocemos aún), es que la cultura, la memoria y la historia común, y el trabajo constante por aprender de las lecciones que nos han heredado es lo que nos mantendrá de alguna manera unidos; ojalá, enfocados en la construcción de una nueva realidad social que nos beneficie a todos”.

Tal como experimentamos en estos momentos y desde hace ya varias décadas, tanto en lo local como a nivel internacional, el deterioro de la condición y, ante todo de la conducta humana, es irreversible desde las perspectivas y con los parámetros generales que se nos impone. No ofrecen igualdad social, educativa o cultural para todos.

En el 2018, durante la reunión del Foro Económico Mundial en Davos se discutió y analizó desde varias perspectivas, las teorías sobre la Sociedad Fracturada (Fractured Society), explorado desde el marco educativo, el sociocultural y las amenazas del cambio climático, entre otros. El joven Parvathi Santhosh, de la organización internacional Global Shapers, sobre las ciudades, y tomando en cuenta lo que en estos últimos años hemos vivido aquí en Panamá, sugirió que: “Para crear un futuro compartido en un mundo fracturado, necesitamos activar, sin explotarlos, el potencial de los niños y las familias que luchan por tener éxito, reorganizando los sistemas y la infraestructura de la ciudad para que sean más personalizados e interconectados, de modo que cada niño en cada comunidad tenga una oportunidad en un futuro brillante”. El tiempo que pasamos yendo y viniendo, poca oportunidad le concede a los jóvenes y niños para que puedan explorar su creatividad e ingenio en la búsqueda de mejoramiento en las cosas que le inquietan y, por el poco tiempo que pasan juntos, lo más posible es que sus progenitores desconocen.

Por otro lado, el joven Umair Pervez, de la empresa Calgary Hub, señaló que: “Como regla general, debemos preguntarnos: ¿esta decisión mejorará el mundo para las generaciones futuras? Si una decisión no pasa esta simple prueba, probablemente sea hora de reconsiderarla”. Por ejemplo, algunas actividades que promueve la Alcaldía de Panamá en el Casco Viejo de la capital, en verdad no sé qué tiene de “promoción cultural” o dónde encaja en una estrategia cultural coherente. Los vecinos del área lo denominan como “un carnaval dominguero”. ¿Es una buena decisión tomando en cuenta la posible afectación del conjunto histórico en donde se realiza? En verdad no le veo el valor cultural.

Por donde miramos, aquí, en esta sociedad fracturada nuestra, el futuro no se ve muy bien y muy pocas son las señales de que los que trabajan conscientemente por el bien común, tengan el camino despejado para lograr sus objetivos. Para los que toman decisiones y conducen las cosas del Estado, lo presentado por Panamá en MONDIACULT 2025, es un buen comienzo y apunta a otras responsabilidades para que podamos corregir los problemas existentes y allanar el camino hacia el futuro. El objetivo es darle forma al desarrollo cultural y humano para mejor aprovechar los planes de aprovechamiento de la ruta por Panamá en esta primera mitad del siglo XXI. Una población con líderes comprometidos con su desarrollo educativo y cultural, tendrá las herramientas para asumir los retos de supervivencia que enfrentamos. Estoy seguro de que se sumará, en su gran mayoría, a los esfuerzos planteados para un futuro compartido de bienestar.