El último respiro del año
- 07/12/2025 00:00
Cada diciembre en Panamá ocurre lo mismo: llega el último décimo del año y, por un instante, pareciera que la carga económica afloja. La gente respira, pero es un respiro corto, casi simbólico. La realidad es conocida y golpea fuerte: 44 % de los trabajadores panameños usa el décimo de diciembre para pagar deudas, y 77 % reconoce que este pago adicional apenas sirve para aliviar la presión financiera en el mes más exigente del calendario, según Konzerta. En un país donde la vida diaria se ha vuelto una carrera de obstáculos —en el súper, en el transporte, en el pago de servicios, en la renta y hasta en el ocio—, hablar de “uso consciente” suena justo, pero también insuficiente. ¿Cómo planificar cuando el salario llega comprometido, centavo a centavo, incluso antes de caer? Este jueves, el gobierno desembolsó más de 157 millones de dólares correspondientes a la última partida del décimo de 2025, pero el dinero ya tenía destino: préstamos, tarjetas, matrícula, comida, transporte, medicinas. El décimo no entra a la casa... pasa por ella. Los especialistas insisten: establecer un presupuesto, priorizar necesidades, consumir con responsabilidad. Y claro que sirve. Debemos repetirlo. Pero también hay que decir lo que nadie quiere admitir: el problema no es solo de educación financiera, es de estructura económica. Salarios estancados, costo de vida imparable y familias que viven en un estado permanente de emergencia. El décimo de diciembre no debería ser un salvavidas momentáneo. Debería ser una oportunidad para avanzar... no para ponerse al día con el pasado. Hasta que no cambien las condiciones que asfixian a miles de hogares, este último décimo del año seguirá siendo lo mismo: un respiro necesario, pero que se extingue demasiado rápido.