Hamás se irá y la paz vencerá
- 11/10/2025 00:00
Emulando a los Einsatzgruppen nazis de 1941, Hamás salió el 7 de octubre de 2023 a cazar y asesinar judíos. Eso no es “defender a su gente y a su patria ancestral”. Eso es GENOCIDIO.
Según la Carta de la ONU, todo Estado tiene derecho a defenderse para impedir que tales hechos se repitan, pero, un antisemita y simpatizante de Hamás le negará al Estado judío ese derecho y presentará a la organización política y paramilitar suní, yihadista y nacionalista, como paladín de la justicia; mas, si de justicia e incluso de historia hablamos, haremos algunas observaciones.
El topónimo “Palestina”, impuesto por el emperador Adriano en el año 135 tras derrotar a los judíos en Judea, aludía a los filisteos, pueblo egeo sin relación con los actuales habitantes de la región, llegados desde Arabia en el siglo VII d. C.
Durante siglos, la región pasó de un imperio a otro que impusieron leyes y caprichosas divisiones territoriales. Sin embargo, el pueblo judío nunca abandonó su aspiración al retorno, simbolizada en la frase hebrea be-shaná habá'ah b'Yerushaláyim (“el año que viene en Jerusalén”).
El sionismo, movimiento de liberación nacional del pueblo judío, buscó ese retorno y aceptó la propuesta de dos Estados de la ONU en 1947, uno árabe y otro judío. El bando que la rechazó declaró la guerra y la perdió. Entre 1949 y 1967, Egipto controló Gaza y Jordania hizo lo propio con Cisjordania y Jerusalén Oriental, sin proclamar un “Estado árabe” allí.
Tras 1948, 700.000 árabes abandonaron sus hogares esperando volver después de destruir a Israel. En paralelo, 800.000 judíos huyeron de países árabes y musulmanes, llegando mayoritariamente a Israel, donde reconstruyeron sus vidas.
En 1964, la URSS impulsó la creación de la Organización para la Liberación de Palestina, OLP, que recurrió a la violencia: secuestros, atentados y asesinatos. En 1967, una coalición de países árabes amenazó con destruir a Israel que se defendió y les venció en la Guerra de los Seis Días. Tras ello, ofreció “paz por territorios”, pero la Liga Árabe respondió con los tres “no” de Jartum: no a la paz, no a negociaciones y no al reconocimiento de Israel.
En 1979, a cambio de paz, Israel devolvió el Sinaí a Egipto que se negó recibir a Gaza.
En 1993, los Acuerdos de Oslo entre Israel y la OLP buscaban la paz. Pero Hamás respondió con atentados. En 2005 Israel evacuó completamente la Franja de Gaza entregándola a la Autoridad Palestina. En 2006, el pueblo de Gaza votó mayoritariamente por Hamás en elecciones legislativas, sin que este grupo renunciara a su objetivo declarado: destruir el Estado de Israel y reemplazarlo por un Estado islámico.
Entonces, ¿el problema son Israel y el sionismo? Evidentemente no. El origen radica en los dirigentes palestinos que proclamaron la Nakba (“catástrofe”) tras el establecimiento de Israel en 1948. Pero, al no perder oportunidades para perder oportunidades, son ellos los responsables de su propia Nakba.
Las cifras que difunde Hamás de la guerra que iniciaron no distinguen entre combatientes y civiles, usados cobardemente como escudos humanos. Israel, pese a su poder militar, evita acabar la guerra en un solo día para reducir víctimas inocentes. El 7 de octubre de 2023 recordó al mundo que Hamás, si pudiese, ejecutaría sus planes de exterminio.
Esta guerra debe terminar. Los 48 rehenes israelíes aún en manos de Hamás, vivos o asesinados, deben ser devueltos. El conflicto ha traído sufrimiento. Es urgente una Palestina que conviva junto a Israel, libre de Hamás y otros grupos terroristas. La consigna “Palestina libre desde el río Jordán hasta el Mar Mediterráneo” equivale al exterminio de 8 millones de judíos. ¿Está usted de acuerdo con ella? Piénselo bien: repetirla le identifica como genocida.