Perros de terapia: un remedio que no necesita receta
- 08/10/2025 00:00
En la actualidad, nuestros perros son como nuestros niños, y para cada padre perruno sus perros son los mejores. Definitivamente, así es como me siento acerca de mi perra Marvel. Siempre he dicho que es muy inteligente, dócil, gentil, intuitiva.... Admito mi sesgo, pero en el caso de Marvel, hay validación externa de lo increíble que es. En 2023, Marvel se unió a un programa llamado Pets on Wheels, o Perros Móviles, en el cual perros con temperamentos muy específicos son seleccionados y entrenados para brindar servicios de terapia emocional en diferentes escenarios.
Los perros de terapia no deben confundirse con perros de servicio, los cuales están entrenados para asistir a personas con discapacidades y otras condiciones, sino que su rol es proporcionar compañía emocional, calidez y alivio psicológico a pacientes, familias y personal médico. En países como Estados Unidos, Reino Unido y Japón, ya forman parte de programas clínicos en hospitales, asilos de ancianos y centros de rehabilitación. Programas como el de Marvel además extendían sus servicios a refugios para mujeres y niños, escuelas para niños con discapacidades, universidades, e incluso sirvieron de alivio para personal de primera intervención de la tragedia del puente Francis Scott Key.
Estos programas no existen solamente por nuestro amor hacia los perros, hay evidencia científica que respalda sus beneficios. Múltiples estudios resaltan el impacto positivo de los perros de terapia a la salud emocional y física de los pacientes hospitalizados. Según una investigación publicada en el Journal of Pain and Symptom Management, los pacientes que interactúan con perros de terapia reportan disminución en el dolor, la ansiedad y los síntomas depresivos en comparación con quienes no lo hacen. Otros estudios demuestran que estas interacciones pueden reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumentar la liberación de oxitocina, la hormona del bienestar.
Los beneficios no son solo para la salud emocional: en salas de oncología pediátrica, se ha observado que los perros de terapia pueden mejorar la presión sanguínea, el ritmo cardíaco y hasta el apetito. Muchos pacientes describen la visita de estos perros como el mejor momento de su día, una frase que sin falta Marvel escuchaba en cada visita, y que vocaliza el gran impacto positivo que estos programas traen a personas en necesidad de apoyo y compañía. Otros estudios han encontrado que pacientes reportan mayor satisfacción con sus hospitales después de la implementación de programas de perros de terapia.
Marvel era voluntaria en un hospital, donde además de pacientes también visitaba al personal de salud. Desde la pandemia de COVID-19, la sobrecarga emocional y física del personal médico se ha intensificado, provocando altos índices de agotamiento, ansiedad y abandono de la profesión. La Organización Mundial de la Salud ya reconoce el burnout como un síndrome ocupacional que requiere atención urgente. Nuestras sesiones duraban entre 10 a 15 minutos en cada departamento del hospital, durante las cuales médicos, enfermeros, técnicos, personal administrativo y encargados del aseo podían interactuar con Marvel.
Estudios muestran que interacciones con perros de terapia mejoran el estado de ánimo, disminuyen el estrés y aumentan la motivación laboral. No se trata solo de acariciar a un perrito; es una intervención emocional que devuelve humanidad a un entorno que es muchas veces despersonalizado para poder funcionar.
Desafortunadamente, en Panamá no existen programas formales de terapia asistida con perros en hospitales públicos ni privados. En muchos centros médicos, a los animales no se les es permitido entrada por “normas de salubridad”. Esta visión limitada desconoce décadas de experiencia internacional donde los protocolos sanitarios han logrado integrar a los perros de terapia sin comprometer la higiene ni la seguridad. Los perros pertenecientes a estos programas deben pasar por entrenamientos, certificaciones, y evaluaciones veterinarias antes de poder comenzar a brindar terapia y estos parámetros son revisados periódicamente.
La implementación de programas de perros de terapia en hospitales panameños traería beneficios múltiples. Para empezar, contribuiría a humanizar el sistema de salud, haciendo que la experiencia hospitalaria sea menos traumática y más compasiva, especialmente en pacientes pediátricos, geriátricos o en cuidados paliativos. También podría ayudar a mejorar síntomas de burnout en el personal médico, lo cual además de crear mejores condiciones para ellos también podría contribuir a mejorar la atención y calidad de entrega de servicios clínicos. En un país donde las quejas por el trato en hospitales públicos son frecuentes, y donde el agotamiento del personal médico es palpable, cuidar a quienes cuidan debería ser prioridad nacional.
Nada más hace falta pasar un día en la Ciudad de Panamá para observar el abismal problema de animales en situación de calle. Una posible solución a este problema podrían ser masivas campañas de esterilización acompañadas de entrenamiento de estos animales como perros de terapia, resolviendo dos problemáticas con una sola piedra. Estos programas podrían desarrollarse en alianza con ONGs, universidades y entrenadores certificados, generando empleo y fomentando una cultura de bienestar y responsabilidad animal. No es una idea utópica ni costosa: es una inversión mínima con un retorno emocional y social enorme.
A pesar de que Marvel ya tiene un año y medio viviendo en Panamá, su impacto en Baltimore todavía se siente. Semanas atrás recibí un correo de la coordinadora del voluntariado, quería compartir que el personal aún preguntaba por ella y extrañaban mucho sus visitas ya que estas mejoraban sus ánimos. Que bonito sería que Marvel pudiese traer esos beneficios a pacientes y personal médico panameño. La salud no es solo una cuestión de medicinas, máquinas y diagnósticos. Es también cuidado, acompañamiento, y conexión humana y animal. Quizás es hora de que los centros médicos panameños abran sus puertas a los amiguitos de cuatro patas.