Y usted, ¿cómo lo dice?
- 05/10/2025 00:00
La verdad es que el ‘idioma oficial’ y el coloquial son diferentes dependiendo del país donde estemos. No me atrevería a decir quienes hablamos mejor de todos los que usamos o abusamos la lengua de Cervantes
Recientemente, conversando con amigos extranjeros, trataba de explicarles como hablamos los panameños. La verdad es que el “idioma oficial” y el coloquial son diferentes dependiendo del país donde estemos. No me atrevería a decir quienes hablamos mejor de todos los que usamos o abusamos la lengua de Cervantes.
Cuando escuchamos a los jugadores de fútbol nacionales, a veces se hace imprescindible usar un traductor simultáneo para poderles entender. Dependiendo del área donde uno crece así mismo es el “acento” que utiliza, pero también pienso que pierden la oportunidad de proyectarse diferente utilizando otro lenguaje, que los diferencie de un maleante.
Pero, no nos llamemos a engaño, las prácticas de inventar palabras o de cambiarle el significado a otras; de utilizar anglicismos que se han popularizado con significados diferentes y de mal utilizar palabras se ha venido popularizando en el argot popular; a veces inician con policías y por alguna razón, los periodistas en lugar de corregirlos o sugerir la utilización de otros vocablos, empiezan a repetirlos como si con esta práctica se vieran más educados.
En ese sentido, tenemos el reemplazo del término “mantienen” en lugar del “tienen” que cabe dentro de la descripción anterior y hoy vemos a personas educadas, utilizando el verbo mantener donde debería utilizarse el tener. En la misma categoría vemos con frecuencia a periodistas de los medios radiales y televisivos, utilizar la palabra anuente como si significara tener conocimiento de algo, en lugar de su real significado que es estar de acuerdo con algo.
Otro ejemplo es una traducción de la palabra “billion” como significara un billón, cuando en realidad significa “mil millones” o la alternativa millardo. En inglés un “billion” es un millón de millones. Otro ejemplo de términos que se sigue utilizando es el famoso “hubieron” en lugar de hubo, que es la expresión correcta.
Y si seguimos por ahí, llegamos a uno que es utilizado comúnmente, hasta en las más altas esferas, por decirlo de una manera. Utilizar el adjetivo “doceavo” que significa una de las 12 partes en las que se divide algo, en lugar de decimosegundo, que significa ocupar el puesto 12 en una serie de cosas, por ejemplo, me pagaron el treceavo mes en lugar del decimotercer mes.
En Panamá utilizamos la expresión “en base a” cuando en realidad deberíamos utilizar “con base en” y esto lo vemos hasta en escritos gubernamentales. También muchos comunicadores utilizan y promueven el uso de la expresión humilde, cuando en realidad deberían usar pobre. Humildad es un valor que se obtiene cuando conseguimos reconocer y aceptar nuestras limitaciones y debilidades, mientras que la pobreza es cuando hay una falta notoria de recursos materiales para conseguir algo que se quiere.
Otra expresión que no es utilizada correctamente en Panamá es la que se produce cuando se dice que “quedamos al pendiente” la cual es una expresión aceptada en México y algunos países centroamericanos, mas no en Panamá, donde debe utilizarse “quedo pendiente a tu llamado”, por ejemplo.
Otra expresión, popularizada por una exmandataria, que no debería utilizarse es el famoso “más sin embargo”, cuando con solo decir, sin embargo, es suficiente para expresar una algo equivalente a un “no obstante” o “aun así”, por ejemplo.
Otra “moda” que vemos con mucha frecuencia en los canales de televisión y en varios otros lugares, es cuando un médico debe hacer un recuento de un accidente y entonces, asumo yo, que queriendo lucirse utilizan frases como “traumatismo craneoencefálico” en lugar de un simple golpe en la cabeza. A varios se les olvida que no están hablando entre colegas o frente a un auditorio dictando un seminario sobre la vida en una sala de urgencias de un hospital, por ejemplo.
Si bien es cierto a los estudiantes de periodismo se les enseña que no deben repetir algunos términos en sus reportajes, me permito recordarles que el agua es agua. No todas las lluvias son pertinaces. Existen los muertos y no usar siempre occisos. No todos los incendios son voraces. No todos los accidentes son fatales. Los agentes del orden son policías y no autoridad competente.
Para terminar, cuando hablamos y decimos que “lo vi con mis propios ojos”, preguntaría ¿con cuáles otros ojos los ibas a ver?.