Volverá a la vida un renovado Museo Reina Torres de Araúz
- 28/09/2025 00:01
Las obras, reanudadas en abril de este año llevan un 42% de avance. Se estima que su reapertura se realizará a más tardar en los primeros meses del 2027
Para entrar a sus salas hay que calzar botas, ponerse un chaleco y resguardarse con un casco. La mayoría de las personas que atendieron el recorrido por la antigua estación del ferrocarril en la Plaza 5 de mayo, habían recorrido sus salas durante su niñez, en una excursión escolar.
Hoy, luego de una pausa prolongada en su programa de restauración, el edificio del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz (MARTA) alcanza el 42% de avance en su obra. La ministra de Cultura, María Eugenia Herrera, junto a su equipo de trabajo acompañaron a varios grupos en un recorrido para evidenciar los trabajos que se llevan a cabo y reiterar el compromiso que tiene con su reapertura.
El grupo sube a la azotea donde se prepara para el disfrute de los visitantes, una terraza con vistas a la plaza Cinco de Mayo, el inicio de la peatonal en la Avenida Central y al fondo, el cerro Ancón. En el piso se colocará una nueva capa de recubrimiento y un piso flotante. Los requisitos de seguridad hacen necesaria la instalación de barandas de vidrio, que no impidan la vista y que no riñan con la estética del edificio, patrimonio histórico.
Desde ese punto mirando hacia la Avenida 3 de Noviembre se observa la construcción de una edificación nueva, el edificio de resguardo, una estructura semienterrada que desde los jardines del museo será visible, gracias a sus extensos ventanales, el trabajo que el personal del museo y los investigadores realizarán.
El recorrido continúa una planta más abajo, por la que será una sala de exhibición temporal para destacar algunas piezas que no forman parte de la exhibición permanente o para el desarrollo de exposiciones con temáticas particulares.
El edificio que alberga al MARTA fue construido en 1912 e inaugurado en 1913, bajo un diseño de estilo federal norteamericano. El inmueble funcionó como estación del ferrocarril hasta 1960. En 1976, la antropóloga panameña Reina Torres de Araúz impulsó en este lugar la creación del Museo del Hombre Panameño, renombrado en 1983 en su honor.
Declarado monumento histórico nacional por su valor arquitectónico, histórico y artístico, permaneció abierto como museo hasta 2013, cuando cerró sus puertas al público para iniciar el proceso de rehabilitación. Toda su colección pasó al entonces Museo del Tucán en Curundu. Se planificó entonces crear en la Cinco de Mayo, un centro de artes, sin embargo, no había el espacio suficiente para albergar todas las escuelas, incluyendo la de música, por tradición, la más numerosa.
“Entonces se cambia el proyecto y la Comisión de Arqueología y Monumento sugiere el cambio entendiendo que el edificio tiene una ley que lo protege como patrimonio histórico y otra segunda ley que establece que es el lugar donde habita la colección Reina Torres Araúz”, detalla Herrera. Además, ya estaba en construcción la Ciudad de las Artes. En 2020 se retoma el proyecto de reabrir el Museo Antropológico Reina Torres de Araúz.
Entramos en la que será la sala de exhibiciones temporales dos, una sala multiusos ya que “la idea es que esté siempre abierta hasta cuando no hay exhibiciones temporales; que siempre haya actividades, que vengan los niños de las escuelas y se realicen pequeños talleres. También se puede ampliar en una segunda sala la exposición temporal”, resalta el arquitecto Javier Edwards encargado de la obra por MiCultura.
El arquitecto destaca como parte de los trabajos, la recuperación de todas las cerchas originales. “Las maderas que ven de color oscuro son las de la de época y se reemplazaron solamente las que las que era necesario reemplazar. Aquí se decidió, a medida que se avanzó en el proyecto, eliminar el cielorraso, porque este estaba totalmente cubierto para darle pues valor a este patrimonio industrial, parte de este edificio”. También se mantienen las columnas originales. Se mantiene un núcleo central que es donde estarán ubicados los accesos, las escaleras y las áreas de servicio (aires acondicionados), aunque se ha modernizado, aprovechando los ajustes hechos en los setenta. El auditorio se ha extendido. La bóveda que resguardaba la colección de oro se ha retirado.
“La bóveda se encontraba en un medio nivel en el descanso del escalerón original. Era bastante incómoda para la museografía”, sostiene el arquitecto. Y es que habrá cambios importantes en la museografía del Reina Torres.
“La museografía lo que tiene de innovador es que no se está separando lítica, cerámica y oro, sino que se está presentando por los grandes territorios arqueológicos de Panamá, el Gran Coclé, el Gran Chiriquí... y cada una de sus regiones va a tener su oro, su cerámica y su piedra, o sea, cada cultura con todo lo que lo representa”, informa Edwards.
Descendemos una planta y pasamos a la sala de exhibición permanente número dos. La museografía, indica Edwards, tendrá aproximadamente unas 400 piezas que conformarán la exhibición permanente. Cuando el museo abra sus puertas, lo hará mostrando sus exhibiciones permanentes. “La única que va a estar en gris es la sala temporal porque eso se decide en el momento en que esté conformado el museo. Vamos a acordar qué se va a exhibir allí con la inauguración”.
La herrería que protege los ventanales del edificio data de la época de 1970, cuando se impulsó el proyecto de museo. Muchas de las cosas que se hicieron en aquel entonces se recuperaron, pues a pesar de que no fueron originales del edificio, forman parte de la historia”.
Aunque la historia del ferrocarril no formará parte de la museografía del museo antropológico, en la antesala del edificio se proyectarán audiovisuales en que el visitante podrá conocer sobre la historia del edificio, del ferrocarril y se les anunciará un poquito lo que los espera en el recorrido del edificio”.
Inmediatamente después de la antesala el visitante pasa a la sala permanente número uno. Aquí es donde va a estar el grueso de la de la exhibición separada por las grandes regiones arqueológicas”, reitera Edwards.
El arquitecto nos hace notar que el cielorraso es el original del edificio. “Es diferente en esta parte del edificio, porque data de la época de la construcción del Canal y fueron los americanos quienes lo construyeron. Había una parte gold roll y una parte silver roll. Estos detalles cuentan parte de la historia y van a ser visibles durante el recorrido de la museografía”.
Nos dirigimos hacia afuera a ver el edificio de resguardo que tendrá una cubierta ajardinada y el patio central tendrá acceso a la calle. Como se explicó anteriormente, quienes transiten el área, tendrán vista a los laboratorios.
El Museo Reina Torres de Araúz es el custodio de todos los bienes, piezas halladas y que han sido entregadas a la Dirección de Patrimonio Cultural. Cuando se inició el proyecto, se habían contabilizado unas 16,000 piezas, pero al día de hoy ese número ha crecido hasta llegar a las 25,000 y, sin dudas, seguirá creciendo. “No podemos ni siquiera seguir excavando nada porque no tenemos dónde resguardar. Sería hasta irresponsable seguir tratando de hacer esos hallazgos arqueológicos, aunque cuando aparecen hay que trabajarlos”, sopesa la ministra Herrera.
Justamente la construcción del edificio que resguarde esta colección, ha hecho que su presupuesto crezca en más de cinco millones de dólares, pasando de 14 a casi 20 millones. “Este no es solamente un museo, sino un lugar científico que va a albergar estas piezas para que los estudiantes y antropólogos tengan la tarea de darles permanente restauración. La cultura y los derechos culturales son derechos humanos. Jamás serán un gasto. Es la inversión para proteger el histórico de todos”, sostiene Herrera.
La ministra asegura estar muy orgullosa de haber podido echar a andar nuevamente un proyecto “parado legalmente desde 2020, intelectualmente desde el 2014 y moralmente desde hace más de 30 años”.
“Es el momento de honrar a una mujer que decidió invertir su vida misma en estudiar quiénes somos y qué podemos aportar a la humanidad, porque los derechos culturales son derechos humanos importantísimos que deben de prevalecer para que un país pues pueda reconocer su única huella que es de nosotros, única e irrepetible” dice.
Para la titular de Cultura, todo el colectivo panameño debe tener esa conciencia de hacer comunidad y reconocer que sí hubo cosas que no debieron llevarse a cabo de cierta manera, “pero tenemos la gran oportunidad ciudadana y gubernamental de poder reconstruir y reparar este tejido social que es de nosotros”, considera.
Para finales de 2026 o a más tardar el primer semestre de 2027, se estima la fecha de reapertura del MARTA, un proyecto que “debe de tener eventualmente un patronato público privado en donde seamos custodios en el Gobierno Central, la sociedad civil y la empresa privada para que los niños y jóvenes puedan abrazar, comprender de la experiencia misma de visitar sus museos, porque este es el museo madre de toda la red nacional de museos públicos y privados de la nación”.