La historia de la influencer que falleció en Turquía tras realizarse una cirugía
- 25/06/2025 15:40
La muerte de la influencer brasileña Ana B, ha generado conmoción entre sus seguidores y la comunidad digital Lo que debía ser una luna de miel terminó convertido en una tragedia. Ana Bárbara Buhr Buldrini, conocida en redes como Ana B, falleció el pasado 16 de junio en Estambul tras someterse a múltiples cirugías estéticas como parte de un acuerdo publicitario con una clínica privada.
A sus 31 años y con 800 mil seguidores en Instagram, Ana había consolidado una carrera como creadora de contenido, combinando su amor por la música con una fuerte presencia digital. Junto a su esposo, el músico mozambiqueño Elgar Sueia con quien se casó en mayo, viajó a Turquía para celebrar su matrimonio y realizar las cirugías, que incluían liposucción, aumento de senos y rinoplastia, en el marco de una colaboración con el Tüsa Hospital.
El procedimiento fue adelantado un par de días por motivos de agenda del cirujano, y aunque inicialmente el posoperatorio parecía estable, Ana comenzó a presentar complicaciones al salir de la anestesia. Según el hospital, sufrió una fibrilación ventricular que derivó en un paro cardíaco. Los intentos por reanimarla durante más de 90 minutos fueron infructuosos.
La noticia de su muerte conmocionó a su familia, seguidores y a toda la comunidad digital. Su esposo denunció públicamente la falta de comunicación y atención oportuna por parte del hospital, apuntando a posibles negligencias.
La historia de Ana B ha encendido el debate sobre los riesgos asociados a los convenios publicitarios entre influencers y centros médicos, en un terreno donde las decisiones de salud se cruzan con consecuencias fatales.
Lo que debía ser una luna de miel terminó convertido en una tragedia. Ana Bárbara Buhr Buldrini, conocida en redes como Ana B, falleció el pasado 16 de junio en Estambul tras someterse a múltiples cirugías estéticas como parte de un acuerdo publicitario con una clínica privada.
A sus 31 años y con 800 mil seguidores en Instagram, Ana había consolidado una carrera como creadora de contenido, combinando su amor por la música con una fuerte presencia digital. Junto a su esposo, el músico mozambiqueño Elgar Sueia con quien se casó en mayo, viajó a Turquía para celebrar su matrimonio y realizar las cirugías, que incluían liposucción, aumento de senos y rinoplastia, en el marco de una colaboración con el Tüsa Hospital.
El procedimiento fue adelantado un par de días por motivos de agenda del cirujano, y aunque inicialmente el posoperatorio parecía estable, Ana comenzó a presentar complicaciones al salir de la anestesia. Según el hospital, sufrió una fibrilación ventricular que derivó en un paro cardíaco. Los intentos por reanimarla durante más de 90 minutos fueron infructuosos.
La noticia de su muerte conmocionó a su familia, seguidores y a toda la comunidad digital. Su esposo denunció públicamente la falta de comunicación y atención oportuna por parte del hospital, apuntando a posibles negligencias.
La historia de Ana B ha encendido el debate sobre los riesgos asociados a los convenios publicitarios entre influencers y centros médicos, en un terreno donde las decisiones de salud se cruzan con consecuencias fatales.