Vida y cultura

Las mujeres se abren paso en la industria del cine de India

La gigantesca industria cinematográfica de la India es conocida por sus tramas dominadas por personajes masculinos, pero una nueva ola de directoras está ayudando a romper ese molde.
  • 24/05/2025 00:00

La nación más poblada del mundo rueda entre 1.800 y 2.000 películas cada año en más de 20 lenguas distintas. En Bollywood, la industria en idioma hindi es uno de sus segmentos más importantes, con más de 300 producciones

La gigantesca industria cinematográfica de India ha destacado tradicionalmente por sus historias varoniles y androcéntricas. Pero una ola de mujeres cineastas está rompiendo moldes en Bollywood.

“Más y más mujeres están escribiendo sus historias, convirtiéndolas en películas”, celebra la guionista y directora Reema Kagti.

Esta tendencia aporta una “perspectiva más real y sana” a las películas, con personajes femeninos complejos y desenvueltos que son dueñas de su propia historia, afirma.

La nación más poblada del mundo rueda entre 1.800 y 2.000 películas cada año en más de 20 lenguas distintas. En Bollywood, la industria en idioma hindi es uno de sus segmentos más importantes, con más de 300 producciones.

Sin embargo, estas cintas pocas veces consiguieron retratar a las mujeres con autenticidad y normalmente las encasillaron en papeles de amas de casa pasivas o madres que se pliegan a la presión social.

Un estudio de 2023 del Instituto Tata de Ciencias Sociales (TISS) reveló que los personajes femeninos en las películas más taquilleras de India cumplen con papeles románticos y son “de piel clara, con un tipo de cuerpo delgado y poco tiempo en pantalla”.

Pero varias figuras de la industria destacan que una serie de películas dirigidas por mujeres no sólo merecieron reconocimiento internacional, sino que también funcionaron bien en las taquillas indias.

La película grabada en idioma malabari La luz que imaginamos, un cuento poético de dos enfermeras que entablan una amistad intergeneracional, fue la primera producción india en ganar el Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes el año pasado.

Su realizadora Payal Kapadia contó que quiso romper con el retrato unidimensional de las mujeres indias que suelen reflejar “estándares irrealistas fijados por la sociedad”, en favor de uno que permita a las mujeres “ser ellas mismas, auténticas y fieles a lo que son en sus vidas diarias”.

La candidata india a los Óscar de este año también se enmarcaba en esta tendencia: Lost ladies, una comedia de la directora Kiran Rao que desafía las ideas preestablecidas sobre el matrimonio y la feminidad.

Narrativas más inclusivas

Pero fuera de los festivales y premios, películas con fuertes personajes femeninos como protagonistas también llenan las salas de India.

“Las mujeres todavía enfrentan desafíos para contar historias desde su perspectiva”, afirma la actriz y productora Dia Mirza.

“No obstante, la presencia al alza de mujeres directoras, productoras y guionistas allana el camino a narrativas más inclusivas”, explica.

Algunas de estas historias resuenan en las vidas cotidianas de las familias indias. Es el caso de Mrs., una película estrenada en febrero sobre el trabajo invisible de una ama de casa recién casada, sus aspiraciones silenciadas y los prejuicios sociales.

“En las redes sociales puedes ver gente publicando que la mayoría de las mujeres en India pasan por esto”, afirma Lakshmi Lingam, una socióloga de Bombay. “Las voces de mujeres que dicen ‘Sí, esto es verdad, me veo reflejada’, es muy alto”.

Todavía misóginos

Los datos de la industria sugieren que hay un lento progreso. El año pasado, el 15 % de las producciones contrataron mujeres en puestos claves de producción, frente a 10 % el año pasado, según un informe de Ormax Media y Film Companion Studios.

Konkona Sen Sharma, actriz y directora que es un referente en el cine orientado a mujeres, expresa un cauto optimismo, pero subraya que todavía “no hay suficientes mujeres en posiciones de poder”.

La socióloga Lingam también apunta que las películas más taquilleras están “aún muy orientadas a los hombres”, con argumentos “todavía misóginos”.

“Algunas guionistas mujeres tienen grandes ideas, pero las productoras no quieren respaldar estas historias”, afirma.

“Intervienen y hacen tantos cambios que convierten a la protagonista femenina en un hombre para crear un ‘personaje más grande que la vida’. Al final, el dinero dicta lo que se puede hacer y lo que no”, lamenta.