Vida y cultura

Resetear el nervio vago como puerta de entrada a la calma interior

El nervio vago es un actor principal en nuestra respuesta al estrés, la ansiedad, el dolor o el miedo.
  • 07/06/2025 00:00

El nervio vago, clave en la respuesta al estrés, puede estimularse con simples ejercicios de respiración y movimientos oculares para promover la relajación y el bienestar integral

Un “reseteo del nervio vago” ayuda a reiniciar nuestro sistema nervioso a través de movimientos suaves y respiración consciente, disminuyendo el ritmo cardíaco y promoviendo una profunda sensación de relajación.

¿Qué es el nervio vago?

El director de nuestra respuesta al estrés es el nervio craneal X, y su nombre, del latín “vagabundo”, es muy apropiado. Comienza en la médula, donde el cerebro se conecta con la médula espinal. Recorre todo el cuerpo transportando señales entre el cerebro, el corazón y el sistema digestivo.

Este nervio es un actor principal en nuestra respuesta al estrés, la ansiedad, el dolor o el miedo, enviando constantemente información sensorial al cerebro. Es el mensajero clave de nuestra reacción de “lucha o huida”. Sin embargo, cuando estamos relajados y en calma, el nervio vago se estimula menos, permitiendo que nuestro sistema nervioso parasimpático, el de “descanso y digestión”, tome el control. Estimular el nervio vago induce la relajación y reduce el estrés, por lo que es un pilar en muchas prácticas de meditación y mindfulness.

El estiramiento de reseteo del nervio vago con movimientos oculares

Si te sientes abrumado, agotado o exhausto, este sencillo estiramiento de 15 segundos puede hacer maravillas por tu salud mental y física. Se cree que estimular el nervio vago a través de los movimientos oculares puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, promoviendo el modo “descanso y digestión” del sistema nervioso parasimpático, lo que a su vez mejora el estado de ánimo, la salud digestiva, el sueño, la función cognitiva y el manejo del dolor.

Cómo realizarlo:

Siéntate o acuéstate en una posición relajada.

Inhala lentamente por la nariz contando hasta cuatro, sintiendo cómo el abdomen se eleva. Exhala lentamente por la boca contando hasta seis, enfocándote en una exhalación más prolongada para activar el nervio vago.

Inclina suavemente la cabeza hacia adelante, llevando el mentón hacia el pecho por unos segundos. Vuelve a la posición neutra. Luego, inclina la cabeza hacia atrás, mirando al techo por unos segundos.

Mientras mantienes el estiramiento de cuello (ya sea hacia adelante o hacia atrás), sin mover la cabeza, desvía la mirada hacia la izquierda tan lejos como te sea cómodo. Luego, desvía la mirada hacia la derecha, también tan lejos como te sea cómodo. Este movimiento suave de los ojos estimula el nervio vago, que pasa cerca de ellos.

Vuelve la cabeza a la posición neutra y continúa con la respiración diafragmática durante algunos ciclos más para una relajación profunda. Puedes repetir la secuencia varias veces.

Además del estiramiento, existen otras prácticas sencillas que inducen la relajación:

Meditación y técnicas de respiración

Masajes y terapias táctiles

Sonreír

Hacer gárgaras

Tararear, cantar o recitar

Exposición al agua fría

Prácticas mente-cuerpo

Integrar estas prácticas en tu día a día no solo te ayudará a “apagar el modo alerta”, sino que te permitirá reconectar con tu cuerpo y mente, encontrando esa calma y claridad que te permitirán navegar la vida con mayor fortaleza y propósito. Es una poderosa herramienta para no dejar que la ansiedad lo “estropee todo” y para liderar tu propio bienestar en un mundo en constante cambio.

Si quieres aprender a meditar puedes acceder a mis audios de meditación aquí: www.paulacabalen.com/meditaciones

¡Espero te sirvan!