Un paseo nocturno con vinos únicos
- 04/05/2025 00:00
Enoterra y Honest Wines se unieron para celebrar la primera feria de vinos de mínima intervención. Una propuesta amigable y fuera de lo común. Unas 35 etiquetas formaron parte de la oferta de Paseo Nocturno, la oportunidad de conocer vinos de pequeños productores que regularmente no se comercializan en tiendas.
La velada se llevó a cabo en el restaurante Patagonia, de Andrés Martínez, también socio de Enoterra Wines. “Somos amigos”, dice Martínez sobre Rogelio Icaza y Robert Martin, socios de Honest Wines. “Y en un momento, entre copas, surgió la idea de hacer una miniferia juntos en Patagonia”.
Pero además de amigos, ambos importadores tienen algo en común: “somos importadores pequeños, somos importadores boutique que realmente traemos una propuesta para cambiar un poco lo que se ve regularmente en el mercado panameño. Eso es a lo que apostamos, a diferenciar un poquito con lo que ofrecemos también en los restaurantes”, agrega Lily Alemán, socia de Martínez.
“A diferencia de otros importadores que eligen los vinos en las revistas por los puntos, nosotros somos curadores de vino. Buscamos productores todavía no conocidos en función de la calidad de los vinos. Tenemos eso en común, que nos toca buscar y nos cuesta mucho encontrar vinos especiales y por eso son más difíciles de vender; porque no son marcas conocidas”, sostiene Martínez.
Con estos puntos en común, era muy lógico sumar esfuerzos y organizar una velada que por lo único de sus productos, los ofreciera también en una forma diferente. “Propuse que como mi restaurante opera en el día hasta la noche, ¿por qué no hacemos algo cuando termina el servicio, algo nocturno?”, sugirió. La propuesta sería refrescante. Ofrecer una feria de vinos tardía, es decir, después de cenar. Disfrutar de una feria de vinos en lugar de ir a una discoteca o un bar.
“La idea, como bien dijo Andrés, es poder ofrecer experiencias diferentes alrededor del vino, no es lo típico lo que uno conoce de una feria de vinos que es muy estructurada”, comenta Rogelio Icaza. “Y creo que los estilos de cada marca lo que hacen es romper un poco el molde, romper ese paradigma, ese formalismo hasta cierto punto de lo que se conoce como el mundo del vino’”, agrega. “Queríamos poder hacerlo en un ambiente un poco más amigable, siempre con el foco de comunicar lo que hacen las marcas, lo que hacen nuestros productores”.
La hora de inicio del evento: 11:00 pm. De a poco, los interesados empezaron a llegar, ya fuese solos, en pareja y también en grupo. La animación la aportó un dj, quien estuvo haciendo interesantes mezclas de vinilos. La forma de presentar los vinos también estuvo fuera de lo común.
“Para nosotros es muy importante que la persona haga una degustación en el orden correcto. Cuidamos el servicio, la temperatura, somos muy detallistas en eso, a veces hasta insoportables”, dice Alemán con una sonrisa. Y es que si el servicio no es el adecuado, “si los vinos no están en la temperatura correcta, te puede arruinar la experiencia”.
Para esta primera edición de Paseo Nocturno, se discutieron varias propuestas. Finalmente, se decidió presentar los vinos siguiendo una secuencia desde los más ligeros hasta los más robustos. La presentación rompe completamente con la costumbre de presentar los vinos por casa productora.
“Esta es la primera edición, así que fue mucho ir y venir, o sea, muchas sesiones, borradores. Finalmente decidimos comenzar con espumantes, después blancos, luego rosados, tintos claros... que fuese como un paseo”, explica Icaza. “Y cada experiencia, cada paseo nocturno en el futuro tendrá una temática diferente. De repente los vinos serán organizados por tipo de suelo o por tipo de zona. Entonces, vamos a ir ofreciendo dinámicas interesantes de acuerdo con lo que decidamos”.
Porque claramente la intención es que estas veladas se repitan y haya un volumen dos, volumen tres y más.
Conexión con el terruño Enoterra ofrece vinos de paisaje, vinos que expresen un lugar, vinos de poca intervención. Vinos que te conecten con el lugar de donde vienen”, dice Alemán, idea que completa Martínez. “Hay un solo solo Priorat, hay un solo Gualtallary, hay un solo Barolo... entonces, si eres fiel al lugar, estás vendiendo algo que no se repite en ningún otro lado. Y eso es lo que sigue Enoterra, o sea, respetar el lugar, sobre todas las cosas, para vender un producto original que no se repite en ningún otro lugar del mundo”.
Los vinos que seleccionan estos sommeliers, en gran mayoría son vinos con poca intervención, sin paso por barrica, para permitir que las cualidades aportadas por el suelo y la vid no sean enmascarados por la madera.
“Fuimos de los primeros o si no el primer importador en Panamá que empezó a traer vinos de mínima intervención. Ante la sobreoferta de vino en los estantes, la mejor forma de diferenciarse es si eres fiel al origen, ¿por qué? Porque los lugares en el mundo no se repiten”, sostiene Martínez.
Respeto a la naturaleza Icaza considera que las filosofías de sus empresas son muy similares, aunque con otros enfoques. “Igual productores que tengan un respeto a hacia la naturaleza, hacia cuidar el producto. Un producto honesto, pero el nombre. Que sea libre de pesticidas, libre de cualquier componente químico, que sea 100 % uva fermentada. La selección de nuestros vinos varía de acuerdo a la personalidad de cada socio, pero todos son vinos que verdaderamente sentimos que generan un impacto, aunque algunos dirían que son de gusto particular, que en verdad te sorprenden. Que quien los prueba diga, ‘wow, no puedo creer que esto provenga de uva’, al percibir sus notas y probar su sabor. Y que puedan reflejar bien una zona o el estilo de cada productor”.
“Por eso hicimos una alianza con ellos, porque ellos son curadores de vino igual que nosotros. Se toman el tiempo para elegir productos desconocidos. No hacemos la fácil tarea de ir a una revista para verlos juntos o traer la bodeguita famosa. No”, insiste Martínez.
“De hecho, nos cuesta más porque vamos a buscar el productor que nadie conoce y más allá por la calidad que tiene”, dice Martínez. “Y nos toca convencerlos que te quieran vender a Panamá porque muchos de ellos manejan producciones muy pequeñas”, agrega Icaza.
“Estamos aliados porque somos muy parecidos, somos hermanos. Hacemos lo mismo, además que somos amigos y por eso los vinos de la muestra de hoy siguen una línea, un estilo”, dice Martínez.
Alrededor de 35 etiquetas estuvieron disponibles al público; productos de Francia, España, Portugal, Italia, Chile y Argentina: espumosos, vinos blancos, rosados, naranja... sabores diferentes, mineralidad, fruta fresca; cepas poco convencionales en nuestro mercado como la criolla, también llamada país, actualmente cultivada en Sudamérica, vinos de alta gama.
Nombres como Vinista (país), Rocamadre (criolla) , Terroir Historic (garnacha y cariñena), Telescópico (garnacha fina, garnacha peluda y mazuela) , Vía Revolucionaria (torrontés naranja) País franco (país), Proyecto las compuertas (criolla), Alex Foillard Cote de Broully (gamay)Esperando a los bárbaros (malbec), Imaginados (cinsault), Clos Pepín (doña blanca, garnacha, garnacha tintorera, mencía, palomino, trousseau), Ayunta (nerello mascalese,nerello cappuccio, alicante) Fitapreta (aragonez, alicante bouschet, trincadeira, castelao) Zorzal Gran terroir (Malbec) y Balsa de piedra (Malbec) fueron parte de un primer Paseo nocturno. El paseo prometió sorpresas y las cumplió.
Unas 35 etiquetas formaron parte de la oferta de Paseo Nocturno, la oportunidad de conocer vinos de pequeños productores que regularmente no se comercializan en tiendas.
La velada se llevó a cabo en el restaurante Patagonia, de Andrés Martínez, también socio de Enoterra Wines. “Somos amigos”, dice Martínez sobre Rogelio Icaza y Robert Martin, socios de Honest Wines. “Y en un momento, entre copas, surgió la idea de hacer una miniferia juntos en Patagonia”.
Pero además de amigos, ambos importadores tienen algo en común: “somos importadores pequeños, somos importadores boutique que realmente traemos una propuesta para cambiar un poco lo que se ve regularmente en el mercado panameño. Eso es a lo que apostamos, a diferenciar un poquito con lo que ofrecemos también en los restaurantes”, agrega Lily Alemán, socia de Martínez.
“A diferencia de otros importadores que eligen los vinos en las revistas por los puntos, nosotros somos curadores de vino. Buscamos productores todavía no conocidos en función de la calidad de los vinos. Tenemos eso en común, que nos toca buscar y nos cuesta mucho encontrar vinos especiales y por eso son más difíciles de vender; porque no son marcas conocidas”, sostiene Martínez.
Con estos puntos en común, era muy lógico sumar esfuerzos y organizar una velada que por lo único de sus productos, los ofreciera también en una forma diferente. “Propuse que como mi restaurante opera en el día hasta la noche, ¿por qué no hacemos algo cuando termina el servicio, algo nocturno?”, sugirió. La propuesta sería refrescante. Ofrecer una feria de vinos tardía, es decir, después de cenar. Disfrutar de una feria de vinos en lugar de ir a una discoteca o un bar.
“La idea, como bien dijo Andrés, es poder ofrecer experiencias diferentes alrededor del vino, no es lo típico lo que uno conoce de una feria de vinos que es muy estructurada”, comenta Rogelio Icaza. “Y creo que los estilos de cada marca lo que hacen es romper un poco el molde, romper ese paradigma, ese formalismo hasta cierto punto de lo que se conoce como el mundo del vino’”, agrega. “Queríamos poder hacerlo en un ambiente un poco más amigable, siempre con el foco de comunicar lo que hacen las marcas, lo que hacen nuestros productores”.
La hora de inicio del evento: 11:00 pm. De a poco, los interesados empezaron a llegar, ya fuese solos, en pareja y también en grupo. La animación la aportó un dj, quien estuvo haciendo interesantes mezclas de vinilos. La forma de presentar los vinos también estuvo fuera de lo común.
“Para nosotros es muy importante que la persona haga una degustación en el orden correcto. Cuidamos el servicio, la temperatura, somos muy detallistas en eso, a veces hasta insoportables”, dice Alemán con una sonrisa. Y es que si el servicio no es el adecuado, “si los vinos no están en la temperatura correcta, te puede arruinar la experiencia”.
Para esta primera edición de Paseo Nocturno, se discutieron varias propuestas. Finalmente, se decidió presentar los vinos siguiendo una secuencia desde los más ligeros hasta los más robustos. La presentación rompe completamente con la costumbre de presentar los vinos por casa productora.
“Esta es la primera edición, así que fue mucho ir y venir, o sea, muchas sesiones, borradores. Finalmente decidimos comenzar con espumantes, después blancos, luego rosados, tintos claros... que fuese como un paseo”, explica Icaza. “Y cada experiencia, cada paseo nocturno en el futuro tendrá una temática diferente. De repente los vinos serán organizados por tipo de suelo o por tipo de zona. Entonces, vamos a ir ofreciendo dinámicas interesantes de acuerdo con lo que decidamos”.
Porque claramente la intención es que estas veladas se repitan y haya un volumen dos, volumen tres y más.
Enoterra ofrece vinos de paisaje, vinos que expresen un lugar, vinos de poca intervención. Vinos que te conecten con el lugar de donde vienen”, dice Alemán, idea que completa Martínez. “Hay un solo solo Priorat, hay un solo Gualtallary, hay un solo Barolo... entonces, si eres fiel al lugar, estás vendiendo algo que no se repite en ningún otro lado. Y eso es lo que sigue Enoterra, o sea, respetar el lugar, sobre todas las cosas, para vender un producto original que no se repite en ningún otro lugar del mundo”.
Los vinos que seleccionan estos sommeliers, en gran mayoría son vinos con poca intervención, sin paso por barrica, para permitir que las cualidades aportadas por el suelo y la vid no sean enmascarados por la madera.
“Fuimos de los primeros o si no el primer importador en Panamá que empezó a traer vinos de mínima intervención. Ante la sobreoferta de vino en los estantes, la mejor forma de diferenciarse es si eres fiel al origen, ¿por qué? Porque los lugares en el mundo no se repiten”, sostiene Martínez.
Icaza considera que las filosofías de sus empresas son muy similares, aunque con otros enfoques. “Igual productores que tengan un respeto a hacia la naturaleza, hacia cuidar el producto. Un producto honesto, pero el nombre. Que sea libre de pesticidas, libre de cualquier componente químico, que sea 100 % uva fermentada. La selección de nuestros vinos varía de acuerdo a la personalidad de cada socio, pero todos son vinos que verdaderamente sentimos que generan un impacto, aunque algunos dirían que son de gusto particular, que en verdad te sorprenden. Que quien los prueba diga, ‘wow, no puedo creer que esto provenga de uva’, al percibir sus notas y probar su sabor. Y que puedan reflejar bien una zona o el estilo de cada productor”.
“Por eso hicimos una alianza con ellos, porque ellos son curadores de vino igual que nosotros. Se toman el tiempo para elegir productos desconocidos. No hacemos la fácil tarea de ir a una revista para verlos juntos o traer la bodeguita famosa. No”, insiste Martínez.
“De hecho, nos cuesta más porque vamos a buscar el productor que nadie conoce y más allá por la calidad que tiene”, dice Martínez. “Y nos toca convencerlos que te quieran vender a Panamá porque muchos de ellos manejan producciones muy pequeñas”, agrega Icaza.
“Estamos aliados porque somos muy parecidos, somos hermanos. Hacemos lo mismo, además que somos amigos y por eso los vinos de la muestra de hoy siguen una línea, un estilo”, dice Martínez.
Alrededor de 35 etiquetas estuvieron disponibles al público; productos de Francia, España, Portugal, Italia, Chile y Argentina: espumosos, vinos blancos, rosados, naranja... sabores diferentes, mineralidad, fruta fresca; cepas poco convencionales en nuestro mercado como la criolla, también llamada país, actualmente cultivada en Sudamérica, vinos de alta gama.
Nombres como Vinista (país), Rocamadre (criolla) , Terroir Historic (garnacha y cariñena), Telescópico (garnacha fina, garnacha peluda y mazuela) , Vía Revolucionaria (torrontés naranja) País franco (país), Proyecto las compuertas (criolla), Alex Foillard Cote de Broully (gamay)Esperando a los bárbaros (malbec), Imaginados (cinsault), Clos Pepín (doña blanca, garnacha, garnacha tintorera, mencía, palomino, trousseau), Ayunta (nerello mascalese,nerello cappuccio, alicante) Fitapreta (aragonez, alicante bouschet, trincadeira, castelao) Zorzal Gran terroir (Malbec) y Balsa de piedra (Malbec) fueron parte de un primer Paseo nocturno. El paseo prometió sorpresas y las cumplió.