Sin miedo al fin del mundo ofician primera ceremonia maya en Cuba

Actualizado
  • 06/12/2012 16:47
Creado
  • 06/12/2012 16:47
El sacerdote maya Pedro Yac pronunció una breve plegaria, besó unos granos que tenía en la mano y los arrojó a una fogata encendida en u...

El sacerdote maya Pedro Yac pronunció una breve plegaria, besó unos granos que tenía en la mano y los arrojó a una fogata encendida en una playa rodeada de palmeras, lejos de los temores del fin del mundo, en la primera ceremonia maya efectuada este jueves en Cuba.

"Hemos recibido una misión de estar ofrendando a la madre tierra donde se nos permita y donde se nos apoye para llegar", dijo Yac, sacerdote o "sabio maya" quiché de Guatemala, que ofició este ritual ancestral junto a dos sabias mayas vestidas con trajes tradicionales, Faviana Cochoy y Rosalina Tuyuc.

"Lo que nosotros andamos compartiendo con la gente es que seamos más sencillos. En la medida de que uno es sencillo entiende la vida de otra manera", indicó Yac, quien admitió que siente "pena" (vergüenza) porque se han atribuido a su pueblo predicciones sobre el fin del mundo, el próximo 21 de diciembre.

"Nosotros nunca hemos hablado de esa manera, (...) hablamos de la vida, hablamos de la conexión día a día con nuestro sagrado calendario y hasta ya nos da pena decir 'calendario maya' porque ya lo relacionan con apocalipsis", se lamentó.

La primera ceremonia religiosa maya oficiada en esta isla con régimen comunista, que hasta 1992 era un país oficialmente ateo, atrajo este jueves a unas 150 personas --en su mayoría mujeres-- hasta Bacuranao, una pequeña playa situada a 15 km al este de La Habana.

Los sabios mayas iniciaron la ceremonia luego de una minuciosa preparación de la fogata, que fue rodeada con una variedad de flores, mientras los asistentes formaban un ruedo sentados en la arena, muy cerca del mar.

Mazorcas de maíz y diversas frutas (entre ellas piñas y guayabas) han sido colocadas sobre la arena antes de que fuera encendido el fuego.

Yac condujo la ceremonia pidiendo a los presentes que oraran mirando hacia el mar, con los brazos alzados. Luego los invitó a meterse al agua, lo que muchos hicieron a pesar de estar vestidos.

La oración en lengua maya fue inentendible para los cubanos, pero Yac y las sabias dieron las instrucciones en español.Hacia el final de la ceremonia de poco más de una hora de duración, los asistentes oraron mirando directamente al brillante sol del mediodía, en un día de diciembre con cielo despejado e inusualmente caluroso.

"Para mí fue muy emocionante, sentí muy buenas energías, me sentí muy bien", dijo la habanera Georgina de Armas Arredondo a la AFP."Recibí mucha fuerza, mucha tranquilidad, muchas sabiduría. De hecho yo tenía catarro cuando vine y ya me siento mejor", expresó la escritora Eurídice Charadán.

Entre los asistentes estaba el embajador de Guatemala, Juan León, quien también es maya, y quien asistió a los sabios en la ceremonia: cuando fue necesario conseguir un palo para atizar el fuego, el diplomático cruzó descalzo el pequeño río que desemboca en la playa de Bacuranao, cortó una rama de un árbol y se la llevó a Yac.

"Esta es la primera ceremonia que se hace como pueblo maya en Cuba", explicó León a la AFP. "Ha sido extraordinaria la recepción, por eso tenemos la intención de seguir con este proceso y yo, siendo maya, es mi obligación dar a conocer esa parte de Guatemala que muchas veces no se menciona en el mundo", añadió el diplomático, quien gestionó la visita de los tres sabios a la isla.Junto con descartar un apocalipsis, los mayas dijeron que será un momento "histórico" vivir el cierre de un ciclo de su calendario, el 21 de diciembre.

"Es definitivamente histórico, para nosotros es un honor, porque nuestra vida es tan corta que no podremos volver a ver el cierre de otro ciclo de 400 años", dijo Yac. "Por eso invitamos a toda la humanidad a que nos concentremos un poquitito en esa caída del sol del día 21 y en el nacimiento de un nuevo sol el día 22", añadió.

Los mayas no fueron los únicos que practicaron una ceremonia religiosa en la playa de Bacuranao este jueves. A la misma hora, a 50 metros de distancia, cuatro santeros yorubas cubanos (culto de origen africano) oficiaron un rito de iniciación de un nuevo adepto, que incluyó el sacrificio de una gallina, que fue arrojada muerta al mar.

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