‘Vivimos en medio de la amenaza’

Actualizado
  • 09/11/2014 01:00
Creado
  • 09/11/2014 01:00
El poeta, ensayista y doctor en filosofía Dimitris Angelís nació en Atenas, en el año de 1973

PANAMÁ.

El poeta, ensayista y doctor en filosofía Dimitris Angelís nació en Atenas, en el año de 1973. Tiene a su haber cinco poemarios, además de ensayos, estudios y relatos. Antes de llevar las riendas de la revista Frear (Pozo), entre 2010 y 2013 fue director de la revista literaria Nea Efthini . El poeta griego, cuyo libro Aniversario fue publicado en español por Ediciones Valparaíso, conversó con Facetas .

EN EL PRÓLOGO DE TU POEMARIO ‘ANIVERSARIO’ HAY UNA POSICIÓN FUERTE SOBRE TU POESÍA POR PARTE DE LÓPEZ RECIO: ‘NO SE PUEDE HABLAR DE POESÍA VERDADERA, POESÍA QUE RESISTA AL TIEMPO, SIN UN MITO PODEROSO Y MEDIADOR...’. ¿ESTARÍAS DE ACUERDO CON ELLA?

Por supuesto que sí. El poema no puede ser el espejo de Narciso en las aguas tranquilas de un lago, la poesía no puede funcionar sólo como elemento reconfortante o decorativo en nuestras vidas. Tiene que crear mitos, como defensa permanente de nuestro destino mortal, y tiene también que presentar a su lector como héroe de una narrativa que es su propia vida, sin necesidad de forzar la lágrima. Incluso si se trata de la melancolía, el poema intenta dar sentido al presente, expresa un acto de resistencia al nihilismo que nos rodea, también a la posibilidad misma del poeta a renunciar a la escritura... Estoy convencido de que la poesía que no conversa con el presente está abocada a desaparecer. Pero igualmente tengo la convicción de que si hablamos exclusivamente con el presente, sin hacer referencia a los mitos que median la común experiencia humana, es difícil que la poesía trascienda el tiempo actual, lo efímero. Así que en la habitual disyunción entre la poesía social y la existencial, propongo con los mitos, como mediadores interculturales, una solución conciliadora.

EN EFECTO, EN TU POESÍA VEO A LA MITOLOGÍA GRIEGA, A CRISTO, AL QUIJOTE, AL COMUNISTA, Y TODOS COMPARTEN ALGO: UNA CIERTA MARGINALIDAD. ¿ES CIERTO?

Yo diría que se trata más de personas que tienen un sentido de misión en la vida, un compromiso. El poema en sí mismo constituye una misión, no con el concepto obsoleto de una militancia, sino como defensa de la propia vida y la espiritualidad. Por eso, se podría afirmar que la poesía lleva un carácter inherentemente anti-autoritario y revolucionario, ya que libera las palabras y sus mitos de sus significados anteriores: las confiesa y las rebautiza en la inocencia, de hecho, algunas veces hay necesidad incluso de inventar una nueva inocencia... Este proyecto, en la era de la imagen y de la democracia de masas, la cual repele el buceo melancólico en los archivos de la memoria y la perspectiva de la muerte, no es asimilado por todos y de ahí surge la marginalidad. El poeta se marginó porque mientras que todos somos herederos de aves migratorias, él parece entender esto mejor.

LA TELEVISIÓN APARECE EN TU ÚLTIMO POEMARIO TRANSMITIENDO LA CAÍDA DE UN IMPERIO: EL MURO DE BERLÍN. ¿CÓMO DESCRIBIRÍAS EL MUNDO DE HOY DONDE IMPERA LA TELEVISIÓN?

Más bien lo que impera es el mundo de la imagen. La televisión hace nuestra democracia insoportablemente sentimental y el mundo digital, los ‘likes’ de Facebook y la facilidad de expresar nuestra opinión públicamente, favorece el populismo más peligroso. De igual forma, la poesía contemporánea se transforma gradualmente, sucumbiendo al ritmo implacable del presente, en una versificación de denuncia sin profundidad, en música rap de agudezas. La invasión del tiempo en nuestras vidas hace al poeta aún más vulnerable y extraño en el mundo, porque su tiempo no va junto con el concepto ‘fast-food’ del consumismo impune y hedonístico. Imagínense, estamos en un momento de crisis y, sin embargo, todos queremos volver al periodo de hace cinco años en que todos vivíamos despreocupados. Vivimos un conflicto entre lo real y nuestros anhelos fantasiosos. Por eso, la misión de la poesía no es solo enseñarnos quiénes somos sino, más que eso: cuándo estamos, cuándo existimos de verdad.

HÁBLANOS UN POCO DE LA POESÍA GRIEGA CONTEMPORÁNEA. ¿QUÉ TEMAS LE PREOCUPAN?

La poesía en Grecia se encuentra, como en toda Europa, en una fase de transición porque intenta con formas del pasado hablar del presente. Todavía arrastramos, sin duda, la sombra de los grandes poetas del pasado, estamos buscando con urgencia la manera de hablar de la crisis sin traicionar la poesía. En cuanto a la poesía que se escribe ahora, vemos rápidas transformaciones. La generación de los 70, que hasta hace poco dominaba, parece que se retira gradualmente; el cierre de sus revistas y la recopilación de sus obras en volúmenes, al menos, dan esa impresión. Los poetas de las décadas siguientes no tienen una dinámica similar, por lo que la responsabilidad de un cambio de dirección recae sobre los poetas más jóvenes que surgieron después de 2000. Algunos de ellos permanecen en blanco, otros han proporcionado valiosas muestras de escritura. Esta discontinuidad observada, a pesar de todas las desventajas individuales (por ejemplo, muchos de los jóvenes se caracterizan por la ignorancia de la entrega anterior o de una tendencia a la sobreexposición y la autopromoción), es necesaria para cambiar de rumbo, al tiempo que nos permiten ser optimistas. Virginia López Recio ha preparado una antología de la poesía griega contemporánea que pronto saldrá en México y que ofrecerá una imagen más concreta de nuestra poesía.

UNA ÚLTIMA PREGUNTA: ¿SERÁ POSIBLE SALVAR ALGÚN DÍA A LOS NIÑOS DEL SANGUINARIO HERODES?

No, nunca. Por muchas Ilustraciones que pasen, el mal seguirá siendo oscuro, inexplicable y estará siempre presente, motivo por el que las religiones tendrán siempre la última palabra sobre el tema. La imposibilidad de conseguir un paraíso permanente aquí, crea la expectativa de un paraíso fuera del tiempo y de la historia. Pero la cuestión es no descuidar nuestras responsabilidades, nuestra obligación moral como seres humanos y, aún más, como poetas. Creo que, si queremos hablar hoy en día de una nueva lírica, tenemos que referirnos, al mismo tiempo, a la vocación ética del poema, no a un moralismo pasado sino al compromiso que tenemos como seres vulnerables y mortales. Vivimos en medio de la ‘amenaza’ y por eso el presente se expone en el poema como ‘duelo’.

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