Viaje al pasado en París

Actualizado
  • 25/01/2018 01:00
Creado
  • 25/01/2018 01:00
Con un peinado estilo cacerola, corto y redondeado, las modelos comenzaron a desfilar luciendo siluetas triangulares

En la tercera jornada del Paris Fashion Week, Jean-Paul Gaultier convirtió su desfile de Alta Costura en un homenaje a Pierre Cardin, ícono sesentero de la moda vanguardista, con quien aprendió las bases de la profesión que le lanzó a la fama.

Con un peinado estilo cacerola, corto y redondeado, las modelos comenzaron a desfilar luciendo siluetas triangulares, minivestidos y botas de charol blanco, que abrieron el desfile a ritmo de France Gall, la reina del pop francés de los 60, fallecida hace apenas dos semanas.

Gaultier, que fue aprendiz de Cardin durante la década de los 70, antes de crear su propia marca, tomó de este modista su pasión por el orientalismo y la precisión en las líneas que influyó en su trabajo en la primera parte de los años 80.

Este exotismo llevó a Gaultier a entender hoy su colección como un cariñoso recuerdo a los 60, retocados con un punto japonés en los peinados, que parecían imitar a samuráis, y un etnicismo más bien africano, en bordados trenzados y jacquards, como los que decoraron el traje de novia final.

Los vestidos y camisas se transformaron en esmóquines, una influencia que Gaultier debe más bien a Saint Laurent, al igual que los corpiños cónicos, que más tarde él popularizó con la cantante Madonna.

TODO QUEDA EN FAMILIA

En otra liga estética, pero también en el marco de la Alta Costura, presentó su colección el libanés Elie Saab que prefirió revestir los años 20, con transparencias, lentejuelas y plumas. Siluetas fluidas y afinadas en tonos maquillaje que Saab adornó como esculturas ‘art déco' mediante bordados florales y geométricos y cascos joya.

El diseñador puso su toque personal incluyendo exagerados lazos de raso como collar, en beige, gris azulado, malva y rosa coral, los colores de la colección junto al negro.

En una muestra del cambio que las pasarelas han sufrido con la llegada de los teléfonos inteligentes y las redes sociales, los asistentes alzaron sus móviles para inmortalizar un diseño de boda con destellos metalizados con casco y velo que, por la rigidez de la modelo, evocó al famoso robot María de la película de 1927 ‘Metrópolis', obra maestra de Fritz Lang y pilar del cine de ciencia ficción.

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