'Mesotrópicos', la diversidad artística de Centroamérica y el Caribe

Actualizado
  • 01/04/2021 00:00
Creado
  • 01/04/2021 00:00
Más de 30 artistas presentaron sus obras en la exposición del Museo de Arte Contemporáneo de Panamá, basadas en temas de identidad cultural, evolución demográfica e introspección espiritual
'A su propio ritmo', una obra de la artista Andrea Santos

El pasado 20 de marzo se abrieron las puertas del Museo de Arte Contemporáneo de Panamá (MAC) con la exposición 'Mesotrópicos', donde se reunieron las obras de 30 artistas centroamericanos y del Caribe provenientes de países como Guatemala, Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Puerto Rico, República Dominicana, El Salvador, Panamá y de Norteamérica, México. Todas con diversas técnicas y orígenes, se desplegaron en las paredes de las salas de exhibición del museo para que fueran contempladas por el público que asistió a la inauguración.

La exposición fue descrita por su curador, el artista hondureño Adán Vallecillo, como “una propuesta que tiene como principal objetivo mostrar obras claves, provenientes de Centroamérica y el Caribe que abordan y articulan distintos vínculos con la Tierra. Asimismo, es la apuesta colectiva de un amplio espectro de sensibilidades frente a los nuevos imaginarios sociales y desafíos actuales en el espectro geopolítico de la región”.

Entre los artistas que forman parte de esta muestra cultural se encuentran Andrea Santos (Panamá), Donna Conlon (Panamá), Beatriz Cortés (El Salvador), Christian Salablanca (Costa Rica), Andrea Monroy (Guatemala), Marylin Boror (Guatemala), Milko Delgado (Panamá), Leonardo Gonzáles (Honduras), Ronald Morán (El Salvador), Tony Cruz-Pabón (Puerto Rico), Vanessa Rivero (México) y Violeta Mora (Honduras), entre otros.

En la exposición reposa la diversidad de perspectivas de los artistas desde sus propias sociedades y las similitudes que existen en materia de desigualdad, las luchas por los derechos humanos, el abordaje de la violencia de género y la recuperación de la identidad cultural.

Vallecillo comentó en una entrevista con La Estrella de Panamá, el origen de la palabra 'mesotrópico', la cual es un neologismo “que hace referencia a Mesoamérica, la incorporación de la parte tropical y caribeña cercana al istmo centroamericano, así como el eco de la exposición que impactó y marcó el rumbo del arte contemporáneo en la región centroamericana, que fue llamado 'Mesótica' y creado por los artistas y curadores Virginia Pérez-Ratón y Rolando Castellón”.

Obra realizada por el artista Alfredo Caballero

En cuanto al proceso para seleccionar las piezas que conformarían la muestra, Vallecillo señaló que “la elección de las obras fue una investigación que inició en diciembre de 2019, interrumpida por la pandemia, y que se logró finalizar bajo un formato de producción inusual, ya que el 80% de las obras fue comisionado para la muestra y la producción fue delegada a Isaac Bárcenas, lo que implicó que los tiempos y ritmos fueron más lentos porque las obras debieron ser realizadas según las instrucciones de cada artista y debimos estar en constante comunicación con ellos sobre la disponibilidad de elementos necesarios, los planos y la materialización de los conceptos e instrucciones para hacerlas”.

La artista Alma Leiva plasma el confinamiento y la desigualdad en Honduras.

Siendo la primera exposición amplia que se ha presentado en el MAC en 2021, Vallecillo enfatizó que hubo una mayor expectativa para realizarla de la forma correcta y en honor a los estilos, enfoques y mensajes de cada artista. “Una de las preocupaciones fue tener que recurrir a una inauguración de secciones escalonadas, como se ha hecho en otras bienales centroamericanas, pero tuvimos la fortuna de poder inaugurar la muestra de forma completa y sin contratiempos para los artistas y el público en general”, comentó el artista.

A su vez, mencionó que 'Mesotrópicos' es una muestra que representa la necesidad de comprender la producción de las obras y el proceso que hay detrás, lo que hace posible que la experiencia ocurra en medio de las circunstancias actuales, “lo que también ha sido una apertura desde los artistas que tienen la voluntad y la necesidad de seguir haciendo arte y compartiéndolo con el público, hasta el punto de estar dispuestos a delegar la confección de sus obras a otros artistas experimentados”.

“Así mismo, el riesgo que asumió el MAC para abrir una exposición con las medidas de bioseguridad en pro de la salud de artistas y visitantes, compone nuestra posición desde la cultura a seguir adelante, haciendo nuestro trabajo, porque no podemos parar en ningún momento”, puntualizó.

La artista Marilyn Boror Bor se destaca por su interés en los orígenes indígenas.

Destacó la riqueza de corrientes y de producción de los artistas en Centroamérica y el Caribe, “que se vuelve un elemento a favor de la investigación del arte de la región para la selección de obras de la muestra, donde presentamos casi 40 piezas de 30 artistas de diferentes nacionalidades y enfoques, que generan diálogos particulares”.

Al caminar por las salas de exhibición, las obras muestran la articulación de los mensajes, el énfasis de la presencia corporal y su interacción con el espacio, así como la referencia de carácter sociopolítico y geopolítico de la región en conceptos centrados en la migración y la recuperación de las raíces indígenas.

Visión de artista

Para la artista panameña Andrea Santos, la muestra reunió “diferentes perspectivas que son necesarias para tener presente lo que sucede a nuestro alrededor y fuera de nuestra esfera nacional”.

Una propuesta del artista costarricense Christian Salablanca

Desde la obra titulada 'A su propio ritmo', Santos destaca el proceso de estar inmerso en un espacio personal “para plasmar pensamientos crudos, nuestro vínculo con la Tierra y la representación de nuestra humanidad de forma abstracta”.

Siendo su primera participación en una exposición nacional, Santos expresó el reto de maximizar su trazo en un mural que ahora decora la entrada del MAC, el cual presenta su perspectiva frente al “caos y la belleza de Centroamérica, que no se mueve de forma lineal, sino que palpita a su propio ritmo, con el choque entre culturas e historias, con sentimientos de tranquilidad y rudeza”. Para la artista, su necesidad de hacer arte viene de estar en “constante replanteamiento de mi identidad y feminidad, así como la representación de nuestro vínculo con la Tierra y nuestro propósito humano”.

“El sector artístico necesita seguir creciendo y con el apoyo correcto podría hacerlo de forma orgánica en el país. Se necesitan más conversaciones de cultura, de arte y de historia”, comentó Santos, “necesitamos escuchar más interpretaciones e historias, y dejar a las personas involucrarse con las obras, por eso se debe motivar más la asistencia a los museos como el MAC y a las exposiciones, porque desde el arte se pueden crear nuevas perspectivas sociales y personales”.

'La memoria de los cuerpos indígenas' es una pieza de la artista guatemalteca Marilyn Boror Bor.

Por su parte, Vallecillo hizo hincapié en que pese al apogeo del arte digital, “existe una resistencia por el lado de los artistas que buscan que no se reemplace la vivencia personal y presencial de las obras, por una visión únicamente sensorial a través de las plataformas digitales, lo que nunca podrá tomar el lugar del arte que se observa y se siente”.

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