'Morbi Metallici'

Actualizado
  • 22/06/2021 00:00
Creado
  • 22/06/2021 00:00
La historiadora Bárcena aporta un hecho revelador y precursor para el estudio sociológico de la minería virreinal: la primera huelga.

“Los naturales de esta Villa tienen peor suerte, que los forasteros; pues desde muy niños comienzan a tratar con los minerales. Hay niños que ya de ocho o nueve años asisten a fregar los caños de los hornos de fundición. Y desde tan tierna edad se sujetan sus cuerpos a los acicates de los minerales [...] Por esta razón desde tan jóvenes padecen el temblor, flacidez en articulaciones, malos colores, palidez, inflamaciones de boca, y muchos otros accidentes” (pasaje de 'Catástrofe morboso' del médico José Parés y Franqués sobre minas mercuriales, 1778, citado por Whitaker, 1941; Menéndez, 1991).

Son las primeras anotaciones de los 'morbi metallici', apuntes de las enfermedades de los mineros que científicamente atrajeron la atención de los médicos del barroco.

La historiadora Bárcena aporta un hecho revelador y precursor para el estudio sociológico de la minería virreinal: la primera huelga. El 16 de agosto de 1766 un grupo de trabajadores mineros tomó las minas de Real del Monte (México) como gesto de rechazo a la decisión arbitraria de los propietarios al aumentar el tamaño del costal de carga a una capacidad de 35 kilos, reducir la iluminación entregando menos velas y abolir el “tequio” o pago por trabajo extra. Para Bárcena, se trataría de la primera huelga registrada que, acontece además, 23 años antes de la Revolución Francesa.

A esta huelga se suman dos hechos que impactaron en la historia regional de la minería desde Pachuca (México) hasta Centroamérica y Panamá; el primero es la llegada en 1750 de Pedro Romero de Terreros, conde de Regla, que comenzó la extracción y explotación intensa de vetas argentíferas con técnicas que aumentaron la producción considerablemente, y la otra es la construcción del hospital de San Juan de Dios, por parte de la orden de los juaninos, obligada por las condiciones de salubridad nacidas del desarrollo minero de la zona (Bárcena, 2010).

Producto de las ideas de la Ilustración en la segunda mitad del siglo XVIII se expiden las reformas borbónicas que facilitaron la introducción de nuevas ideas científicas y económicas que generaron cambios en la minería como fue “la reducción de una quinta a una décima parte sobre lo obtenido en la mina que se entregaba a la Corona, además de reducir el precio del azogue y de la pólvora, ambos estancos o monopolios reales” (Noriega, 1997; Bárcena, 2010) para hacer así más rentable la extracción minera.

Como el propio Parés reflejó en el prólogo del 'Catástrofe morboso', la nueva estrategia adoptada por la Real Hacienda consistió en abaratar el precio de venta del azogue a los mineros americanos, incrementando de esta forma los ingresos fiscales sobre la producción de plata, uno de cuyos factores limitantes era precisamente las disponibilidades de mercurio (Menéndez, 1990). Se registra entonces una precoz incorporación de los niños al trabajo, fenómeno causado, entre otras razones, por la carencia de alternativas laborales ya que la mortandad entre los mineros adultos era alta no solo por cuestiones de salubridad, sino por otros siniestros como explosión intempestiva de barrenos, caída por los pozos durante los desplazamientos verticales, desprendimiento de piedras, hundimientos, incendios ocasionales e inundaciones (Menéndez, 1990). Si bien ni las autoridades ni buen número de propietarios propusieron medidas para mitigar los riesgos laborales, hubo médicos y personas vinculadas a la 'labor de mineraje' que impusieron ciertas 'soluciones técnicas', como la de Panamá al sustituir las agujas de hierro por otras de cobre en los barrenos, con lo que se evitaba la ignición prematura de la pólvora, o la de México, cuando Andrés Manuel del Río (1795), el descubridor no reconocido del Vanadio, inventó una máquina de columna de agua o 'sistema de sifón' para el desagüe de los yacimientos mineros (Rubinovich, 1992) y que fuera utilizada por primera vez en la mina Morán en el distrito de Real del Monte en Hidalgo.

La realidad del mineraje virreinal fue heterogénea y ello permite aproximaciones desde diversas perspectivas. Por ejemplo, Gil Bautista (2012) estudia el informe secreto de Mateo Alemán de 1593 y los contratos de la Corona con banqueros alemanes en 1645, mientras que Alzate Ramírez (1787) analiza la 'Memoria' de Antonie de Jussieu sobre el procedimiento de producción. La mina había sido el motor que sustentó e impulsó la economía del espacio virreinal durante más de tres siglos, sin embargo, con el arribo de la independencia, las naciones latinoamericanas optarán por otras fuentes de riqueza –como el guano, el salitre, la ganadería– para el sostenimiento de las jóvenes repúblicas, aunque sin olvidar el valor estratégico de los metales.

Embajador de Perú en Panamá
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