La isla de vidrio

Actualizado
  • 01/08/2018 00:00
Creado
  • 01/08/2018 00:00
Murano es una especie de Venecia en miniatura. Desde 1291, la industria veneciana de vidrio se instaló en el lugar, que producía cristales dignos de adornar palacios

Si visitas Venecia, puedes ir a una cantidad de islas que están cerca, incluyendo Murano, Burano y Torcello. Para movilizarte por Venecia, debes tomar taxis acuáticos llamados vaporettos. La línea 4.2 te lleva a Murano en cuestión de 40 minutos. Lo bueno es que el paseo es hermoso. Vas a pasar frente a la isla Cementerio de San Michele, llamada así por el monasterio que existió hasta que fue cerrado por los franceses bajo el mandato de Napoleón.

En la isla de Murano hay varias paradas de vaporetto, todas bastante cerca.

Historia de Murano

Murano no es una isla, sino una aglomeración de siete islas conectadas por puertas que cruzan ocho canales. Es similar a Venecia en estructura, solo que más chica y con canales más anchos.

La producción de vidrio data desde el siglo X en Venecia. Dado que la mayoría de los edificios de aquella época eran de madera, el gobierno reconoció el peligro que producían los hornos abiertos necesarios para hacer el vidrio.

En 1291 se expidió un decreto para que todos los productores de vidrio se mudasen a Murano. La industria prosperó a medida que se empezó a exportar y la reputación de calidad creció. Al principio, la isla producía más que todo perlas de vidrio y espejos (eran los únicos que sabían cómo hacerlos). Los paneles de vidrio para ventanas hechos en la isla eran los más grandes y transparentes de toda Europa. Luego empezaron a producir candelabros.

Por supuesto, todos querían el famoso cristal, incluyendo los palacios y las mansiones europeas. Los artesanos tenían beneficios que no tenían las otras personas, incluyendo impunidad y el derecho a usar espada. Para el siglo XIV, las hijas de los fabricantes de vidrio podían casarse con las familias adineradas de Venecia.

Para mantener el monopolio, se decidió que ninguno de los fabricantes podía mudarse. De esta forma, los secretos de sus técnicas permanecían en la isla. Pero todo fue en vano. Entre el siglo XVI y XVIII, la industria del vidrio se desarrolló en Europa y comenzaron a llegar piezas procedentes del Lejano Oriente. Esto precipitó el declive de la isla y el cierre de sus fábricas. En el siglo XVI, 30 mil personas vivían en Murano; en la actualidad, solo residen 6,966. Cinco millones de turistas reciben a los visitantes.

Renacer

Setecientos años de historia haciendo piezas únicas de cristal es algo de interés turístico. Algunas fábricas ofrecen tours gratuitos.

Si compras cristal de Murano debes tener bastante cuidado, ya que muchas piezas, aún en Murano, son en realidad imitaciones chinas. Puedes exigir un certificado de autenticidad, investigar al artista o revisar los precios. Si es muy barato, definitivamente que no es de Murano.

El canal principal a lo largo se llama “Fondamenta dei Vetrai” y está lleno de tiendas a ambos lados. Puedes entrar y ver las coloridas piezas. La otra alternativa es ir directo donde algún artista.

¿Qué ver en Murano?

Si te bajas en la primera parada, vas a ver el hotel LeGare, que es parte de la cadena Sofitel. Nos encantaron sus lámparas que parecían bailar.

Cristalería de lujo.

De allí puedes caminar hasta que veas el Museo del Vetro Murano. Este museo fue fundado en 1861 en el antiguo palacio de los obispos de Torcello. Posee piezas que van desde los egipcios a la era actual. La invención del vidrio se remonta al antiguo Egipto, y la técnica de soplado probablemente fue inventada en Babilonia.

El edificio más importante es la basílica de los Santos María e Donato. Originalmente fue construida en el siglo VII, siendo reconstruida en varias oportunidades. Lo que se puede ver actualmente data del XIII.

El mosaico de la Virgen María en un fondo de oro es de estilo bizantino y data de esa era, al igual que el piso. Se dice que esta iglesia tiene los huesos del dragón asesinado por San Donato, en el siglo IV.

Otro edificio impresionante es el “Palazzo Da Mula”, construido en el siglo XIII. Este edificio municipal es el único recuerdo en Murano de la arquitectura gótica popular de Venecia en esa era.

Cristalería de lujo

Seguimos por las calles y cruzamos al Campo Santo Stefano. En esta plaza vas a ver la Torre dell’Orologio (Torre del reloj) construida en el siglo XIX. Justo frente a la torre se levanta una gigantesca estrella azul confeccionada de cristal de Murano por el artista Simone Cenedese. Su obra se llama “Comet Glass Star” y fue trabajada para celebrar la Navidad en el 2007. Junto a la obra hay una placa que reza: “Hay una parte de mí en cada pieza mía, hay fragmentos de estrellas diseminados por todo el universo”.

Puedes caminar hasta el final para llegar al Faro di Murano, de 35 metros (115 pies) y que fue construido en los años treinta, con piedra de Istria. Hasta los sesenta funcionó con gas. En esa zona se encuentra una escultura y una parada de vaporetto. Para ir a Burano debes tomar el vaporetto desde esta parada.

Si deseas pasar más tiempo en Murano, puedes quedarte en unos de los hoteles que salen en Booking.

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