La necesidad de un museo para los héroes deportivos patrios

Actualizado
  • 10/08/2020 00:00
Creado
  • 10/08/2020 00:00
Los sucesos deportivos nacionales se amontonan por decenas, por lo que los detalles y aspectos más importantes deben ser atesorados en un lugar privilegiado, donde dichas historias puedan ser contadas

Los pueblos a lo largo de su particular historia han realizado múltiples proezas, que han cimentado su idiosincrasia, su esencia como nación, que al final les ha permitido tener un sentido de pertenencia.

El museo Afroantillano, uno de los pocos creados en la capital, exalta los a portes, costumbres e idiosincrasia de la etnia negra en Panamá.

Esto ha sido así en diferentes tópicos de la vida, desde las ciencias, las artes, la cultura, hasta el deporte, cada una de ellas aportando su granito de arena para afianzar ese sentido de lo propio.

El asunto está en que los años transcurren y los sucesos se amontonan por decenas, por lo que los aspectos más importantes deben ser atesorados en un lugar privilegiado, donde dichas historias puedan ser contadas.

El sitio ideal debe ser un museo o lo más parecido a ello, para que las crónicas expresadas en indumentarias, mobiliarios, fotografías y cuadros, entre otras, sean preservadas y, alguna vez, contadas.

Panamá tiene algunas de estas locaciones, principalmente en el interior del país, y es fascinante toda la información que se puede lograr a través de estos elementos que, en la mayoría de los casos, a boca de jarro te narran una historia.

El Pabellón de la Fama del deporte de República Dominicana fue creado en 1967, y sirve para exaltar la figura de atletas, entrenadores, técnicos y dirigentes que se han destacado

Lamentablemente, ninguno de ellos tiene algo que ver con el deporte, ninguno de los tantos o tan pocos, tiene la posibilidad de narrar esa historia tan rica e interesante, que jamás han tenido algunos países mucho más grandes en territorio y demografía.

Dos centurias después de nuestra primera independencia y tras fantásticas actuaciones de Reginald Bedford, Carlota Gooden, Óscar Layne, Carlos Chávez, Aura Morales, José Lombardo y Francisco Brown (¿han oído hablar de ellos?), es penoso que no haya un lugar donde conocer de sus logros.

Pandeportes y sus promesas

Desde la administración del presidente Ricardo Martinelli (2014-2019), la principal institución deportiva del país nos ha amenazado con la creación de un Salón de la Fama.

El director general de Pandeportes de la época –no recuerdo cuál de los cinco que tuvo la institución– lo prometió. Lo cierto es que a lo más que llegaron fue a pegar fotografías como si de un álbum se tratara, en el pasillo que lleva a la oficina principal de la institución.

En el siguiente gobierno, el entonces director Roberto Arango hasta dio a conocer el nombre de la persona que estaría al frente de tal empresa, pero al igual que los primeros, se fueron sin pegar imparables, sin anotar carreras y con muchos errores en su motete.

Ahora que volvimos a preguntar sobre el particular, la respuesta fue contundente. Hay un plan para crear uno, pero en el futuro, y la entidad ejecutora no sería Pandeportes sino el Ministerio de Cultura (Micultura).

“Hemos escuchado sobre una propuesta del deporte, que solo va a tratar sobre eso”, pero todavía no está definido, señaló la directora de Museos de Micultura, Anayansi Chichaco.

Chicaco aseveró que en esa línea se han dado conversaciones sobre cómo se hace un proyecto de este tipo y qué debe incluir, para que los proponentes –a los que no identificó– tengan una idea del alcance e inicien la planificación del proyecto.

Explicó que cuando se habla de este tipo de proyectos, Micultura pasa a liderarlos, pero se involucra a las partes que tienen que ver directamente con ello, en este caso Pandeportes, pero no está programado, repito, principalmente por la falta de presupuesto.

“No tenemos fondos para la creación de proyectos nuevos, solamente para los 18 que ya tenemos, los cuales han estado en el abandono por muchos años y hay que recuperarlos”, añadió.

Museos locales

Panamá no necesita un salón de la fama, necesita varios y no importa si lleva ese nombre u otro, como el de pabellón deportivo.

El hecho está en que la historia deportiva istmeña es tan abundante, que hace falta no solo el lugar donde se debe exaltar al atleta que, por decirlo de una manera, se ha volado la barda y ha escrito líneas memorables, sino también al que ha sido primerísima figura de su provincia.

Un pabellón que tenga suficiente espacio para destacar a los mejores de todos los tiempos, así como un área específica para cada deporte.

Es decir, un sitio nacional donde conocer la historia de Lloyd LaBeach y de Irving Saladino, de Idelfonso Lee y José Díaz, de Panamá Al Brown y Eusebio Pedroza, de Ricardo Torres y Eileen Coparropa, y de Eduardo Campbell y Segundo Olmedo, solo por mencionar algunos.

Pero, también un lugar en cada una de nuestras provincias, donde aparezcan sus particulares héroes y se puedan conocer las historias de, por ejemplo, Alfonso López y Ricardo Salas, en Darién; de Miguel Meza y Elena Robinson, en Colón; y de Alejandro Chávez y Alexis Caballero, en Chiriquí.

Asimismo, de Wanelge Castillo y Héctor Ávila, padre, en Herrera; de Rodrigo Luque y Herminio Hildago, en Veraguas; de Tomás Rodríguez y David Rivas, en Coclé; de Emilio Castro y Arquímedes Jaén, en Los Santos; de Andrea Ferris y Agustín Sánchez, en Panamá Oeste; de Francisco Gutiérrez y Ricardo James, en Bocas del Toro; y de July Andrade y Ramón Mena, en Panamá.

Sin lugar a dudas, en estas listas también deben incluirse técnicos y entrenadores, algunos de ellos extranjeros, que han contribuido en diferentes instancias a que el deporte panameño fuera especial.

Según Anayansi Chicaco, los edificios o localidades para albergar estos espacios deportivos, tanto nacionales como provinciales, deben ser “turísticamente oportuno”, donde se puedan ubicar diversas opciones de atracción para los visitantes, y que contenga ese ingrediente de potencial económico como acontece en otros países.

Panamá tiene una bella historia deportiva, al igual que encontramos en otras áreas de nuestra cultura, y es por ello que es necesario y urgente que algún gobierno se digne crear un especial espacio que, como 'un cuentacuentos', narre sus interesantes crónicas.

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