El fracaso de Argelia y Polisario

Actualizado
  • 08/02/2017 01:00
Creado
  • 08/02/2017 01:00
A partir de este momento, la balanza en la Unión Africana se inclinará a favor de Marruecos.

El regreso del Reino de Marruecos a la Unión Africana (UA) es un duro revés tanto para Argelia como para el Frente Polisario, su criatura. Ahora la pelota está en el campo de Rabat.

Desde que en julio pasado, durante de la Cumbre de Kigali, Ruanda, 28 países de la UA solicitaron que se suspendiera la membresía de la inexistente República Árabe Saharaui Democrática, brazo político del Polisario, había comenzado la cuenta regresiva.

La mayoría de gobiernos africanos demandó el retiro del Polisario de las actividades del foro regional y de todos los órganos que lo conforman. Según la moción, ese paso permitirá a la organización panafricana jugar un rol constructivo y contribuir positivamente a los esfuerzos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para una solución definitiva al diferendo regional sobre el Sahara.

Precisamente el hecho de que el organismo africano, en medio de una maniobra diplomática urdida por Argelia, reconociera al Polisario fue lo que motivó en 1984 la retirada de Marruecos de la entonces Organización de Estados Africanos (OUA), que había ayudado a crear 23 años antes en la Cumbre de Casablanca.

Paralelo a la petición de la mayoría de gobiernos africanos, Mohamed VI remitió una carta al entonces presidente de la UA, el gobernante de Chad Idriss Déby, en la que solicitaba su reincorporación al organismo regional.

‘Cuando un cuerpo está enfermo es mejor curarlo en el interior que en el exterior del organismo', señaló el soberano marroquí. El mensaje era claro. Expulsar al Polisario desde dentro y lo antes posible.

El retorno triunfal de Marruecos por la puerta grande, con el respaldo de 40 de los 54 miembros de la UA, es un golpe mortal para el Polisario que a partir de ahora ve amenazada su pertenencia en el único organismo internacional donde se lo reconoce.

El Acta Constitutiva de la UA no prevé la expulsión de ningún Estado miembro, pero sí su suspensión cuando el gobierno de un país ha accedido al poder por medios ilegítimos. El Polisario carece de atributos básicos para ser considerado un Estado como son territorio soberano, legitimidad, representatividad efectiva e independencia política.

Esa es la razón por la que solo es reconocido por una veintena de países en el mundo, incluyendo los 10 gobiernos más recalcitrantes de África, Corea del Norte y algunos aliados de Venezuela en Latinoamérica, a los que se suma Panamá.

‘Si el Polisario no representa nada para África y el mundo, no veo qué gana (el presidente Juan Carlos) Varela con apoyar al Polisario. Tal vez lo que busca es pagar favores políticos al grupo ideológico del PRD enquistado en la cancillería', comentó un excanciller panameño.

Mantener al Polisario como miembro de la UA es una contradicción para la legalidad internacional, ya que no forma parte de la ONU, ni de la Organización de la Cooperación Islámica, ni de la Liga de Estados Árabes, y tampoco lo es de ninguna otra institución subregional, regional o internacional. Ese movimiento no tiene respaldo en el Consejo de Seguridad de la ONU ni en la Unión Europea.

A partir de este momento, la balanza en la UA se inclinará a favor de Marruecos. De hecho, Rabat consiguió, al mismo tiempo, una victoria diplomática clave, al resultar elegido como nuevo presidente del organismo regional el mandatario de Guinea, Alpha Condé, gran aliado de Marruecos.

África ha comenzado a liberarse de la carga irrealista y el retraso que significa el Polisario. Lo mismo debería hacer Argelia. Ante esta nueva derrota política y diplomática, Argelia debería reflexionar y comenzar a desmontar al Polisario, al que cobija dentro de su territorio.

Pero pareciera que Argelia y el Polisario aún no han despertado del estrellón contra el muro africano, debido a su ceguera, soberbia y prepotencia.

África decidió que su destino es adoptar una política pragmática y romper con las alucinaciones ideológicas de finales de los años de 1960. Argelia y Polisario siguen anclados en el pasado.

El mensaje es que al aceptar por aclamación a Marruecos, la UA rechazó por unanimidad al Polisario. Los separatistas, a partir de la decisión de la máxima institución de representación continental africana de aceptar a Marruecos, quedan degradados a un simple movimiento guerrilero que, con el respaldo de Argelia, seguirá atentando contra el poder central de Rabat. Sus ínfulas de Estado, son ahora ilusiones del pasado. Volverá a lo que siempre ha sido. Un movimiento separatista. Su dimensión real será la de una entidad agónica que se extinguirá lentamente.

La responsabilidad y el pragmatismo de una aplastante mayoría de los gobernantes de África se han impuesto. Han humillado a Argelia y al Polisario porque estaban manipulando la UA para sus propios intereses. En sentido contrario, Marruecos ha penetrado masivamente en África porque, primero, puso las bases y consolidó la democracia en su país y, luego, la ha proyectado a todo el continente

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