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- 09/02/2011 01:00
- 09/02/2011 01:00
EL CAIRO. Los intereses de los actores de las acciones de las últimas semanas en Egipto parecen inamóvibles. Los egipcios aseguran que no se van a mover de la plaza Tahrir de El Cairo, hasta tanto el presidente Hosni Mubarak deje el poder.
Por su parte, Mubarak dice que no están preparados para asumir las riendas del país y que la salida de él significaría un caos.
Dentro de los intentos por acabar con la ‘revolución’ que iniciaron los egipcios en las calles y en las plazas, se han mencionado muchas promesas, entre ellas que el actual presidente no será candidato en las elecciones convocadas para el mes de septiembre de este año, además de las reformas constitucionales. Pero nada parece convencer a los egipcios de dejar las calles, a menos de que sea la salida del poder de Mubarak.
Pero ante todas las acciones que se han presentado desde el pasado 25 de enero, la pregunta que surge es quien asumirá el poder en Egipto. Y la pregunta es válida porque uno de los nombres que se menciona con frecuencia es el grupo islámico denominado La Hermandad Musulmana, aún cuando existe una potencial preocupación de que este movimiento llegue al poder.
¿QUÉ ES LA HERMANDAD MUSULMANA?
Es un movimiento fundado por el profesor Hassan al-Banna en la ciudad de Ismailia, situada en el canal de Suez, en 1928, en parte en respuesta a la ocupación británica.
Fue uno de los primeros movimientos, y uno de los más exitosos, que abogaban por el Islam como programa político dentro de un contexto moderno. En un período de 20 años, el movimiento llegó a tener hasta 500.000 miembros, y varias delegaciones en otros países árabes.
La Hermandad una vez tuvo una sección secreta paramilitar, pero ahora dicen que están comprometidos a promover sus políticas mediante métodos no violentos y democráticos, según reportó Reuters.
Sin embargo, el presidente Hosni Mubarak y su gobierno califican al grupo como la mayor amenaza para su supervivencia de Egipto, pues no ha conseguido demostrar que la dirección del movimiento haya cometido ningún acto de violencia grave en más de 50 años.
Los dirigentes de la formación han pedido reformas sociales y económicas y creen que, si tuvieran la libertad de elegir, la mayoría de los egipcios voluntariamente adoptarían una forma de ley islámica.
Incluso, el Gobierno le ha negado en repetidas ocasiones a la Hermandad el derecho a formar un partido político, argumentando que la Constitución, escrita por el gobierno, prohíbe los partidos religiosos.
La Hermandad a cambio ha dicho que no pretenden ser reconocidos como partido bajo un procedimiento que rechaza al calificarlo de ‘autoritario’.
El Gobierno prohibió la Hermandad en 1954 tras acusar al grupo de tratar de asesinar al presidente Gamal Abdel Nasser.
INFLUENCIA
El grupo tiene una red extensa y bien forjada de organizadores comprometidos que se ha ganado el apoyo de la población a través de obras benéficas de sus miembros profesionales.
También son influyentes en organizaciones profesionales como sindicatos de médicos y abogados.
Responsables gubernamentales y del partido en el Gobierno han buscado modos legales de reducir el papel político de la Hermandad Musulmana, según fuentes oficiales.
El principal aliado de la Hermandad Musulmana es el movimiento islamista palestino Hamás. Aunque no son violentos, apoyan el derecho a la resistencia armada contra la ocupación israelí en territorio palestino.
Las agencias internacionales de noticias informaban ayer que se ha establecido una clara hoja de ruta con un calendario para llevar a cabo un traspaso de poder pacífico y organizado, dijo Omar Suleiman, quien ha liderado las conversaciones con los grupos de oposición, incluidos los Hermanos Musulmanes, enemigos jurados del mandatario.