Vitteri y un juicio que pone en duda a los jurados

El desenlace del juicio seguido a David Viteri, por tentativa de homicidio en perjuicio de Eric Valiente, Howard Patterson y Yabal López Luján sorprende y pone en duda la figura de los jurados de conciencia, expresa el dirigente Carlos Lee.

El 10 de diciembre de 2010, el Ministerio Público abrió causa criminal contra Viteri por participar en un intercambio de disparos que se registró entre la Vía España, la Ave. Federico Boyd y el Parque Urraca, el 13 de marzo de 2009.

Viteri fue detenido por este caso. Sin embargo, en 2013, el Segundo Tribunal de Justicia rechazó su detención preventiva. Posteriormente, en 2015, ese mismo tribunal reabrió el caso y ordenó su captura. El encausado, en lugar de enfrentar la justicia, se convirtió en prófugo, hasta convertirse en ‘uno de los más buscados' de la justicia.

En diciembre de 2015, la Policía Nacional ofreció una recompensa de $20 mil para dar con su paradero. Casi un año después, el 30 de noviembre de 2016, fue capturado en el edificio Trump, en Punta Pacífica.

Al momento de su captura mantenía en su poder una pistola glock calibre 9mm y un cargador con 15 municiones.

‘El mensaje es que el delito no paga', dijo Omar Pinzón, director de la Policía, tras la captura.

Pinzón añadió que el entonces sindicado se movía en diferentes sectores de la ciudad capital para despistar a las autoridades. Dos meses después, en un juicio de doce horas, presidido por el magistrado Manuel Matta, Viteri se declaró inocente. Después de largas deliberaciones, siete mujeres, bajo la figura de jurados de conciencia, lo absolvieron de los cargos.

El encausado fue puesto en libertad inmediata por no tener ningún otro caso pendiente, explicó el Ministerio Público.

‘El sindicado es el único que puede decidir un juicio con jurados de conciencia. El puede renunciar a ser juzgado por derecho y pedir por coinciencia',

CARLOS LEE

MIEMBRO DE LA ALIANZA CIUDADANA PRO JUSTICIA

A Vitteri se le ha vinculado al crimen organizado por distintas situaciones que han trascendido a los medios de comunicación. En el bajo mundo era conocido como ‘El Patrón' y se hizo popular por los denominados ‘tumbes de drogas', por los que pago condena en 2003.

El 16 de marzo de 2006, sicarios de la banda de ‘El pentágono' asesinaron a su ‘compadre' Jhonny Pozo, quien se encontraba en una Lexus estacionada frente al restaurante Mini Max, en Vía España. Viteri estaba a pocos metros comprando un equipo de sonido en una electrónica. En 2006, los hermanos David y Alberto Viteri le declararon la guerra a la banda criminal ‘El pentágono', después de un atentado con AK-47 contra el auto blindado en el que viajaban, que recibió 16 balazos. En una ocasión, Viteri aseguró que los carteles colombianos ordenaron su ejecución por el ‘tumbe' (robo) de 97 kilos de cocaína, hecho ocurrido el 22 de agosto de 1997. A Viteri también se le conoce por haber sido parte del equipo de informantes de la DEA.

EL JUICIO

Otro punto que no pasa por alto en su biografía es el asesinato de uno de sus abogados, Juan Ramón Messina, en 2013.

Vitteri ha enfrentado un proceso por blanqueo de capitales, que fue sobreseído en 2008 por el Juzgado Primero de lo Penal.

El sistema de justicia panameño contempla dos tipos de juicios para los homicidios: uno por derecho y otro por jurado de conciencia.

En el primero, tres magistrados son responsables de las decisiones finales. En el segundo, ocho personas, que por lo regular son funcionarios públicos, toman las decisiones.

Los seleccionados no pueden negarse a desempeñarse como jurado de conciencia. Durante el tiempo que dure el juicio deben permanecer aislados, sin ir a su casa y a su trabajo para evitar que sean influidos por agentes externos. ‘Los jurados son jueces legos (...) Su decisión se basa en la conciencia', explicó Carlos Lee, de la Alianza Ciudadana Pro Justicia.

Las decisiones de los jurados de conciencia son ‘subjetivas' considerando que son personas que desconocen el derecho, añade el abogado. En el caso de Viteri, Lee considera que es difícil que los jurados no conocieran el caso. ‘En un país pequeño es evidente que el jurado de conciencia estará influido por el ambiente o por la persona. Esa es una de las críticas del jurado de conciencia', reflexiona el abogado.

Aún así, Lee defiende la figura por considerarla importante, sin embargo, cree que debe regularse porque las condiciones actuales no son las mismas de cuando se instituyeron.