El juicio que pone a prueba al sistema de justicia panameño

Actualizado
  • 04/06/2021 00:00
Creado
  • 04/06/2021 00:00
Dos expresidentes de la República y tres exministros de Estado, así como figuras empresariales y políticas estarán sentados en el banquillo de los acusados por el caso Odebrecht. Una mirada a esta realidad
El juicio que pone a prueba al sistema de justicia panameño
La presión que recibe el sistema cuando los implicados son actores políticos, pone en escena muchos defectos de la justicia panameña
Dos expresidentes están llamados a juicio por el caso Odebrecht. ¿Cuál es su análisis?

Debería ser indiferente, ya que se presume que la justicia es ciega y el sistema así debería comportarse, sin embargo, eso no es una realidad en nuestro país. La presión que recibe el sistema cuando los implicados son actores políticos, pone en escena muchos defectos de la justicia panameña, y también pone en escena a una sociedad susceptible de calificar anticipadamente la inocencia o culpabilidad de una persona. Todos sabemos los defectos de la justicia inquisitiva mixta, que es el modelo de juzgamiento que se aplica al caso en referencia, por lo tanto al existir probabilidades altas de que el sistema vulnere derechos y desconozca garantías de ambos expresidentes, solo me queda como reflexión el tiempo perdido en el que ambos gobernantes pudieron fortalecer las bases de una justicia más eficiente, la cual habría garantizado para ambos su legítimo derecho a defenderse y esclarecer los señalamientos.

¿Considera que el sistema de justicia panameño está lo suficientemente preparado o capacitado para realizar un juicio de esta magnitud?

No lo está. La primera condición de estabilidad para el sistema judicial es que quien ostente el cargo de juez tenga permanencia en su cargo y nadie ejerza en condiciones de interinidad. Luego están las complejidades administrativas, el tiempo razonable de ese expediente para que quien decida pueda comprender todas las teorías de cada caso que presenta el Ministerio Público, son retos importantes. Frente al tema del tiempo y la prescripción de los delitos señalados, adicionalmente los vacíos y lagunas legislativas que no acompañan al pronóstico de llegar a una conclusión del caso.

¿Qué piensa de las revelaciones de André Rabello publicadas recientemente?

Como abogado solo puedo valorarlas como dichos o palabras que requieren ser contrastados con otros elementos de convicción que permitan concluir cualquier extremo del caso. El trabajo del Ministerio Público es darle ese contenido a los dichos, para permitir que se acrediten como verdades, y todos debemos saber que en el ejercicio del derecho de defensa, las partes pondrán a prueba las capacidades del Ministerio Público.

¿Considera que se ha dicho todo sobre el caso Odebrecht o hay hechos sobre este escándalo de corrupción que no han visto la luz pública?

La línea de tiempo de las investigaciones excluyeron un periodo presidencial, por lo tanto queda ese extremo sin determinar, y adicionalmente los colaboradores tampoco han mostrado un genuino aporte en sus declaraciones para lograrlo.

Hablando de justicia, la audiencia preliminar del caso Lava Jato –en la que están vinculados los abogados fundadores de Mossack y Fonseca– fue suspendida por tercera vez hasta marzo del próximo año, luego que dos abogados defensores presentaron incapacidad médica. ¿Cómo analiza esta realidad?

Que nadie puede sorprenderse, son las reglas del sistema que no fue auxiliado para tener mejores herramientas en su funcionamiento y ahí queda la reflexión de la primera pregunta, el poder político que no ha mirado a la justicia como una necesidad de proyectar seguridad y confianza en nuestro país. Mientras tanto, el sistema ha contemplado todos los supuestos de suspensiones que pueden darse.

El caso Odebrecht es un gran desgaste para la justicia panameña, y hemos hecho todo al revés. Acuerdos incumplidos por montos irrisorios
Dos expresidentes están llamados a juicio por el caso Odebrecht. ¿Cuál es su análisis?

El caso Odebrecht es un gran desgaste para la justicia panameña, y hemos hecho todo al revés: acuerdos incumplidos por montos irrisorios y una gran alharaca para nada. La justicia penal panameña está rumbo a convertirse en una pantomima, en la cual cada quien finge que cumple con su función, y es mentira.

¿Considera que el sistema de justicia panameño está lo suficientemente preparado o capacitado para realizar un juicio de esta magnitud?

La justicia no está por colapsar. ¡Ya colapsó!

¿Qué piensa de las revelaciones de André Rabello publicadas recientemente?

Pienso que se reservó mucha información.

¿Considera que se ha dicho todo sobre el caso Odebrecht o hay hechos sobre este escándalo de corrupción que no han visto la luz pública?

Falta información, y lo que menos hace falta ahora es que salga a la luz pública. Lo que necesitamos es que compensen al patrimonio estatal y paguen multas razonables. En Estados Unidos reembolsaron el excedente y pagaron una multa siete veces mayor y siguieron en la ejecución de sus proyectos, como debe ser, sin tanto trauma.

Hablando de justicia, la audiencia preliminar del caso Lava Jato –en la que están vinculados los abogados fundadores de Mossack y Fonseca– fue suspendida por tercera vez hasta marzo del próximo año, luego que dos abogados defensores presentaron incapacidad médica. ¿Cómo analiza esta realidad?

Una de cal y una de arena. La parte buena es que le dieron el mismo tratamiento que al resto de la población. Todos estamos así y más aún en casos en los cuales involucraron a decenas de personas en un barrido indiscriminado. Y la otra cara de la moneda es que solo han alargado la agonía para el que espera justicia. El caso Lava Jato murió en su cuna (más aún con el archivo del caso en Brasil) porque se desvió del objetivo, que era seguir la ruta del dinero, y lo convirtieron en un caso político que solo contribuyó a dañar aún más la maltratada imagen internacional de Panamá.

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