Qué es la marginalidad y de dónde surge

Actualizado
  • 08/04/2018 02:00
Creado
  • 08/04/2018 02:00
La precariedad del trabajo, la inestabilidad y los bajos ingresos, crean las condiciones de pobreza y marginalidad, constituyendo una de las tendencias principales de nuestra sociedad

El concepto de ‘marginalidad' además de tener presencia en las ciencias sociales, describe uno de los fenómenos estructurales más importantes en las sociedades de América Latina. Tiene un amplio recorrido: desde describir los tipos de vivienda que habitaban sectores populares pobres, pasó a establecer las características sociales de los sectores que las ocupaban. En esta fase el concepto estaba muy vinculado a una concepción antropológica que designaba realidades sociales yuxtapuestas culturalmente.

MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.

El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

Inicialmente el concepto identificaba los criterios étnico-culturales y ecológicos que interrelacionados definían la dicotomía social y económica resultante de esta superposición cultural. Si algo tenía el concepto era su intención de identificar sectores e individuos que participan del desarrollo, de aquellos que están al margen del mismo en su condición de pre-modernos. El tema aquí es la no integración a la modernidad en su expresión socio-económica: la modernización.

La crítica no se dejó esperar. En lo fundamental esta descansaba en que el concepto en su fase culturalista no establecía, ‘ninguna relación significativa, teóricamente consolidada, entre la situación social de los individuos llamados ‘marginales' y las tendencias estructurales de la sociedad'. La cuestión es que la marginalidad no reside en los individuos sino en la propia organización de la sociedad, de ahí su carácter estructural (A. Quijano)

NO SE TRATA SÓLO DE CARENCIAS

En una sociedad como la panameña, de desarrollo desigual y combinado con predominancia en comercio y servicios, el mercado de trabajo se define en el marco de esta matriz socioeconómica, donde sectores de la población son confinados a un conjunto de actividades cuya significación para la dinámica del sistema es nula o totalmente insignificante. Esta condición se manifiesta en la insuficiencia de empleos, y de empleos de mala calidad que no generan los ingresos necesarios para garantizar una vida decente. Se incorporan a esta concepción campos ocupacionales tendencialmente en decadencia y de productividad decreciente.

Un componente de los derechos humanos es la capacidad de ejercer el derecho al trabajo. Esta es la manera mediante la cual sociedades fundadas en la equidad garantizan el bienestar de la población. Este bienestar fundado en el trabajo decente descansa en un modelo de integración social orientado a partir de una justa distribución de los lugares o de las posiciones sociales. Estrechar la estratificación de los ingresos es uno de los fundamentos de la cohesión social.

Sin embargo—como manifiesta el documento del IPM-Panamá—, la pobreza es explicada por el desempleo y la persistencia de empleos de mala calidad. Es también, agregamos, la expresión de una estructura técnico ocupacional empujada por la dinámica del mercado que no tiene articulación con un proyecto nacional de desarrollo; y por lo tanto, no está en capacidad socializar en la mayor parte de la población, componentes educativos o de conocimiento importantes.

El índice de pobreza multidimensional (IPM-Panamá) para el 2017, situó en condición de pobreza al 19.1% de la población, lo que representa en términos absolutos a 777,752 personas. En la denominada zona de tránsito (Panamá, Panamá Oeste y Colón) y en dónde históricamente se ha concentrado y se concentra la circulación de riquezas y mercancías, el porcentaje de pobres alcanza el 35%, porcentaje que representa a 271,857 personas. Por supuesto que en términos relativos, Bocas del Toro, Darién y Coclé (comarcas incluidas) están en términos de pobreza por encima del promedio nacional.

LA ESTRUCTURA

Si tomamos como referencia la estructura técnico ocupacional del país, expresión de la matriz socioeconómica, observamos como hipótesis que el 38 % aprox. (ocupaciones 1, 2, 3, 4, 8) de la PEA están en posiciones cuyo perfil exigen componentes de conocimiento. El 61% restante se ubica en sectores de decreciente productividad propios de una fuerza de trabajo de baja calificación.

(cuadro)

Una lectura crítica de la ‘PEA según Ocupación' nos permite problematizar la asimetría que se produce en el mercado laboral entre las demandas de calificaciones y el acceso a las mismas, como una de las causas de la desigualdad y exclusión social. Estas causas de naturaleza estructural establecen, que las diferencias de acceso a educación, conocimientos y por ende a empleos de calidad están en la base de un sistema que perpetua y reproduce altos niveles de inequidad, agudizando diferencias de ingresos entre distintos grupos sociales. Asimismo se podría decir del acceso a recursos como tierra, tecnología y capital.

La precariedad del trabajo, la inestabilidad y los bajos ingresos, crean las condiciones de pobreza y marginalidad, y bien podría considerarse como una de las tendencias principales del desenvolvimiento económico-social de nuestra sociedad. Igualmente interesa destacar como tendencia, sus implicaciones en términos de la cohesión social e integración territorial de nuestro país, donde los factores de fuerza y conflictos hacen de los asentamientos poblacionales, polos permanentes de movilización por su condición de marginalidad.

Puede reconocerse como un rasgo estilizado del actual modelo de crecimiento-desarrollo un patrón de desigualdades y marginalización, de la cual se derivan como políticas, dos modelos de justicia social: Uno fundado en las posiciones; el otro en las oportunidades. Dos conceptos que impactan en la pobreza y en la marginalidad de manera distinta.

CONSIDERACIONES FINALES. LAS POLÍTICAS.

Como se ha planteado, un modelo de justicia social se funda en un concepto de sociedad cuyas posiciones ocupacionales tienen como referente a la estructura social que es siempre la forma de organización de los espacios y distancias que sitúan a los individuos y que garantizan diferentes calidades de vida. Sin embargo, las asimetrías surgen siempre en la relación que tienen entre sí los grupos sociales, como expresión de distinciones inherentes a la propiedad y la organización técnico ocupacional de la sociedad.

Sin embargo, existe otro conjunto de políticas fundado en el modelo de igualdad de oportunidades que no cuestiona la inequidad de la estructura social en tanto se concentra en procurar las condiciones para que todos bajo el principio del mérito, puedan ascender u ocupar las mejores posiciones. Este es el modelo que se ha impuesto en el país, en la medida en que la estructura socio-ocupacional se mueve poco y en una sola dirección (servicios), y las posiciones de calidad son cada vez más insuficientes. ‘El modelo de igualdad de oportunidades se impone cuando las posiciones se vuelven más escasas; cuando la vida social empieza a parecerse al juego de la silla, se discute menos sobre el número de las sillas que sobre la manera de ocuparlas y sobre la equidad del árbitro' (Dubet). El debate está abierto.

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