Los mártires de la fe abatidos por Sendero Luminoso

Actualizado
  • 15/02/2019 01:01
Creado
  • 15/02/2019 01:01
Entre los ochenta y noventa, dos misioneros polacos se ganaron a una población humilde del Perú. Pero su prédica de paz exacerbó el fanatismo de la guerrilla, que los fusiló en 1991. Peregrinos que participaron en la JMJ intentan difundir su sacrificio

Michael Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski arribaron a Pariacoto, una de las comunidades más pobres del Perú, en 1988. Era también una zona de conflicto: en las cercanías Sendero Luminoso había establecido una base de operaciones.

Los misioneros polacos enfrentaron el peligro; se ganaron a la población con su espontaneidad, calidez y entusiasmo. Los vecinos de Pariacoto recibían cada misa con fruición, tal como ha quedado plasmado en los testimonios del documental Ellos están aquí: los beatos mártires del Perú .

La inclusión de los sacerdotes en la vida de la comunidad representó un bálsamo ante la actividad de Sendero Luminoso, que en aquella época todavía se mantenía activo. En el pueblo se rumoraba de incursiones de guerrilleros en el poblado: entraban, pintarrajeaban paredes, repartían banderas y se retiraban.

Pero el 9 de agosto de 1991 fue diferente. Aquella noche, los guerrilleros entraron a la población, tocando las puertas del templo.

—¿Quién es?

La pregunta quedaba flotando en la oscuridad, sin recibir respuesta. Un filo de luz se asomaba por debajo de las puertas. Eran los miembros de la guerrilla, cuyos rostros iban cubiertos con pasamontañas.

Según el documental, dirigido por Caroline Cervantes Ochoa, los guerrilleros sometieron a Michael y Zbigniew con violencia. Arremetieron contra la religión, sermonearon sobre Karl Marx y el opio del pueblo. Después, los sacerdotes fueron sacados del templo y montados a un camioneta beige. Minutos después, morirían fusilados.

Llevaban tres años viviendo en Pariacoto, compartiendo las vicisitudes de aquellos peruanos residentes de una región remota de su país, sin luz eléctrica, sin carreteras. Habían sobrevivido a las sequías, a las epidemias. No obstante, cayeron ante el más violento de los fanatismos. Dos hombres de Dios víctimas de la violenta historia del continente.

LA PROYECCIÓN QUE NO FUE

‘La idea era realizar el documental, narrado con acción, pero el presupuesto era muy alto, aún no contamos con los equipos que se necesitan, así que realizamos un musical, que se puede entender un poco la vida de los beatos, para un público más juvenil', detalló Elena Salsavilca, quien colaboró en este proyecto, un esfuerzo conjunto del área de comunicación de la Parroquia Nuestra Señora de la Piedad.

FICHA BIOGRÁFICA

Los franciscanos partieron hacia Perú como misioneros a finales de los ochenta.

Nombre completo: Michael Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski

Nacimiento: Tomaszek, 23 de septiembre de 1960, Polonia; Strzalkowski, 3 de julio de 1958, Polonia.

Ocupación: Sacerdotes

Orden: Franciscanos

Resumen de su carrera: Tomaszek fue ordenado sacerdote el 23 de mayo de 1987, cuanto tenía 27 años de edad, después de su paso por la iglesia parroquial de Piensk. Strzalkowski trabajó durante dos años como vicerrector del Seminario de los Franciscanos Conventuales en Legnica. Ambos fallecieron en Perú.

Rodado en Pariacoto, a diez horas de Lima, la capital peruana, el documento estaba previsto a ser presentado como parte del programa cultural del Festival de la Juventud, que se realizó en el marco de la pasada Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

De acuerdo con Salsavilca, quien era parte de la delegación peruana que visitó Panamá, ‘Ellos están aquí: los beatos mártires del Perú' iba a ser proyectado en el Teatro Gladys Vidal, el 24 de enero. El espectáculo cultural sería complementado con danzas folclóricas peruanas y testimonios de los peregrinos que participaron en la JMJ. Pero debido a un cambio de horario y a problemas con el sellado de las credenciales que exigía el Arzobispado de Panamá, la proyección fue cancelada.

Sophie Carbonell, una de las organizadoras del Festival de la Juventud, comenta que de un total de 1,400 artistas, solo hubo un pequeño grupo que no se sintió a gusto con su participación, entre ellos Salsavilca y sus compañeros. Señala que los peregrinos peruanos no cumplieron con el proceso de acreditación, un requisito para la presentación de cualquier obra dentro de la programación del festival. Era, dice, responsabilidad del país asegurar que los artistas eran los dueños de lo que iban a presentar.

‘Lo que sucedió es que el Arzobispado de Panamá quería que todos lo jóvenes estuvieran presentes para sellar sus credenciales... no asistimos todos, solo fui yo, llevando la documentación y los pasaportes, porque en ningún momento mencionaron lo de estar presentes todos', indicó Salsavilca.

Carbonell reconoció que el proceso de acreditación no fue el más cómodo. Afirma que se les concedieron flexibilidades a los grupos para adecuar sus horarios, pero que al final los peregrinos peruanos no cumplieron con lo requerido.

La frustración que experimentaron el grupo de franciscanos fue grande, ante la imposibilidad de ‘dar a conocer un poco más la vida de Miguel y Zbigniew', quienes fueron beatificados en 2015. El malestar era comprensible: la parroquia Nuestra Señora de la Piedad, en Perú, había financiado el documental, cubriendo vestuario y alimento durante los días de rodaje.

Son iniciativas como las de Salsavilca y sus compañeros las que mantienen vivo el legado de los misioneros franciscanos. Son redescubiertos por jóvenes que no conocieron el horror de la guerrilla, pero sí la pasión de la fe.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus