El papa ora por la paz en su visita a Líbano
- 01/12/2025 06:56
Miles de personas salieron a las calles el domingo para saludar al pontífice, pese al mal tiempo.
El papa León XIV rezó este lunes por la paz en Líbano y Oriente Medio, en su segundo día de visita a este país multiconfesional golpeado por una crisis multiforme.
La llegada del pontífice peruano-estadounidense ha despertado un gran entusiasmo en la población libanesa, que vive con el temor de un nuevo conflicto abierto con Israel.
A pesar de la tregua de noviembre de 2024 en su guerra contra el movimiento islamista proiraní Hezbolá, Israel ha intensificado sus ataques en Líbano en las últimas semanas. El gobierno está además bajo presión estadounidense para desarmar a los combatientes de Hezbolá.
El lunes por la mañana, León XIV visitó el monasterio de Annaya, en las montañas del norte de Beirut, que alberga la tumba de Charbel Makhlouf, un monje maronita canonizado en 1977 y reconocido por unir a cristianos, musulmanes y drusos.
Miles de fieles lo recibieron con vítores y lanzaron arroz en señal de júbilo, mientras el papamóvil ascendía por el sinuoso camino hacia el monasterio, según reportaron fotógrafos de la AFP.
“Para el mundo, pedimos paz. Especialmente la imploramos para el Líbano y para todo Oriente Medio”, dijo desde el interior del monasterio de piedra, iluminado con velas.
El domingo, el papa pidió a los libaneses que “se queden” en su país, donde el derrumbe económico iniciado en 2019 ha provocado una emigración masiva.
“Estamos lidiando con muchos problemas económicos, sociales y políticos”, comentó Elias Abu Nasr Chaalan, un joyero de 44 años y padre de dos niños.
“Necesitamos tener esperanza y unirnos como libaneses”, aseguró, y señaló que el pontífice ya ha logrado acercar a las autoridades y líderes religiosos del país. “Con nuestra unidad podremos superar las dificultades”.
León llegó desde Turquía el domingo en el marco de su primera visita al extranjero como pontífice.
Después de su visita al monasterio de Annaya, se dirigirá a los obispos y al clero en el santuario de Harissa, también en el norte de Beirut, donde una gigantesca estatua de Nuestra Señora del Líbano domina el Mediterráneo desde una colina escarpada.
También celebrará un evento interreligioso en la plaza de los Mártires, en el centro de Beirut, antes de reunirse con jóvenes en la sede del patriarcado de la Iglesia maronita libanesa, en Bkerke, en las afueras de la capital.
Las autoridades han decretado festivos los días 1 y 2 de diciembre, y han intensificado la seguridad, cerrado carreteras y prohibido las fotografías con drones.
Miles de personas salieron a las calles el domingo para saludar al pontífice, pese al mal tiempo.
León hizo un llamamiento a los gobernantes para que asuman el “compromiso y la dedicación al servicio” del pueblo libanés y urgió a la reconciliación en un país cuya guerra civil (1975-1990) dejó heridas que no han sanado.
“La paz es saber cómo convivir juntos, en comunión, como un pueblo reconciliado”, declaró el papa, quien recordó el “éxodo de jóvenes y familias que buscan un futuro en otro lugar”.
Aunque no hay cifras oficiales, el centro de investigación independiente Al-Doualiya estima que 800.000 libaneses emigraron entre 2012 y 2024. La población actual se estima en 5,8 millones de habitantes, de los cuales más de un millón son refugiados sirios.