Ante los que violan y violaron el Tratado de Neutralidad, ¿qué hacer?
- 03/05/2025 00:00
Las amenazas del presidente Donald Trump a Panamá son violaciones a nuestra soberanía y al Tratado de Neutralidad. Denunciamos a EE.UU. y también a los gobiernos que lo imitaron.
El canciller Gabriel Lewis Galindo se apartó de las negociaciones para la permanencia de las bases militares después del año 2000 ante la renuencia del Pentágono a pagar por las mismas.
Gabriel Lewis Galindo estaba tan interesado en el retorno de las bases que tanto panameños como estadounidenses comentaban que el canciller parecía haber olvidado a cuál país representaba.
Ernesto Pérez Balladares adoptó el concepto de un Centro Multilateral contra el narcotráfico para que dichas tropas permanecieran en Panamá, pero el Centro Multilateral Antidrogras fue masivamente rechazado en 1998.
Ese año, EE.UU. y Panamá llevaron a cabo operaciones conjuntas en mar y tierra que involucraron a los guardacostas, la Armada, el Ejército y la DEA de EE.UU. y al Servicio Marítimo Nacional, el Servicio Aéreo Nacional y la Policía Nacional de Panamá.
Pero ¿cómo se harían las maniobras militares después del 2000, si el Tratado de Neutralidad las prohibía?
La invasión desorbitó a Panamá al punto de que el presidente Guillermo Endara rechazó las instalaciones propuestas por el Pentágono.
Al minuto siguiente de que la presidenta Mireya Moscoso recibiera el Canal y la Zona (31 de diciembre de 1999), EE.UU. intentó involucrar a Panamá en el Plan Colombia para que nos uniéramos a la guerra contra las FARC en violación del Tratado de Neutralidad.
Aunque lo ha negado, Mireya Moscoso apoyó ese intento, que se oponía a la propuesta geopolítica de Torrijos y Noriega sobre cómo manejar la guerra en Colombia sin convertirnos en peón del Pentágono (V. Felipe Camargo, exfuncionario de Inteligencia).
Mireya Moscoso firmó el decreto que aprobaba los FPPS (Resolución No. 34 de 21 de junio de 2000: “Fundamentos Panameños para la Seguridad en Panamá”) con el aval del PRD (Martín Torrijos) y del PDC (Rubén Arosemena Guardia), que fueron aceptados por todos los partidos.
Pero no era atribución de los partidos políticos entrometerse en un asunto de Estado como lo era revisar o contradecir un acuerdo que no permitía la presencia de bases y fuerzas militares extranjeras.
Mireya Moscoso solo podría comprometerse mediante un tratado aprobado primeramente por la Asamblea y luego por el pueblo a través de un plebiscito conforme lo exige la Constitución. ¡Pero nada de eso se hizo!
Esta inconstitucionalidad violaba el artículo 4 de la Constitución y daba paso a otra peor.
Los FPPS permitían la remilitarización de EE.UU. que sobrevino con los acuerdos simplificados, de los cuales cinco, entre varias decenas, fueron suscritos bajo MM (Julio Yao, “Yao Critica a la Asamblea por no evitar Salas-Becker”, LEP, 18 de julio de 2002); (Julio Yao, “Salas-Becker y una Opinión del Dr. Ricardo J. Alfaro (II), LEP, 26 de febrero de 2019); Julio Yao, “Salas-Becker, Inconstitucional y Nulo” (1), LEP, 25 de julio de 2019).
Los FPPS eran y son la reencarnación de las Enmiendas DeConcini y Nunn que el pueblo rechaza por ser lesivas al interés nacional DIP (Julio Yao: “Acuerdos Post Invasión y Neutralidad”, LEP, 18 de agosto de 2018),
Mireya Moscoso autorizó el inicio de negociaciones con EE.UU. para la realización de maniobras militares y la construcción de bases con miras a intervenir en la guerra civil colombiana (Monadeso, “Carta Abierta a la presidenta Mireya Moscoso en relación con el conflicto...”
El Fundamento No. 14 de las FPPS abre la posibilidad de que tropas de EE.UU. vuelvan a estacionarse en territorio panameño, en tanto que el Fundamento No. 15 delimita la política nacional de seguridad en relación con el conflicto armado colombiano.
Los gobiernos postinvasión, desde Ernesto Pérez Balladares, Mireya Moscoso, Martín Torrijos, Ricardo Martinelli y José Raúl Mulino, avalaron la remilitarización del territorio nacional.
¿Y qué de Laurentino (Nito) Cortizo? Según denuncia Radio Temblor, “Robert O’Brien y Cortizo propulsan el neocolonialismo en Panamá”. O’Brien era el asesor de Seguridad Nacional de Trump y el responsable de la política anti China en el mundo (Antonio Saldaña, “¿A qué vino a Panamá el Asesor de Seguridad Nacional de EE.UU.?, LEP 20 de agosto de 2020).
Como lo resume el Dr. Carlos Pérez Morales:
“De acuerdo al internacionalista de Panamá, Julio Yao, el Memorándum de Entendimiento de Robert O’Brien convierte a Panamá en enemigo de China, nos obliga como panameños a otorgar un monopolio sobre nuestro territorio al capital de Estados Unidos, atenta contra nuestro desarrollo como país, viola el Tratado de Neutralidad sobre el Canal y disminuye y niega la soberanía nacional de Panamá” (Radio Temblor, 19 de septiembre de 2020).
Ante la dolorosa disyuntiva a la que nos someten los dueños del “Big Stick” y sus cipayos criollos, la única alternativa honorable que le queda a nuestro pueblo es desvincularnos del Tratado de Neutralidad mediante su denuncia ante la ONU; es decir, ante el Consejo de Seguridad y la Corte Internacional de Justicia de La Haya; proclamar la neutralidad permanente de la República de Panamá, incluido su Canal, y procurar el apoyo mundial a nuestra causa (Julio Yao, “Panamá y el Régimen de Neutralidad”, Revista de la SEECI No. 6, 15 de noviembre de 2000).