Breve análisis de la invasión a Panamá
- 20/12/2025 12:24
En nuestro país, las motivaciones personales, nacionalistas, del coronel Roberto Díaz Herrera fueron receptadas inmediatamente por los alejados del poder político desde sus esferas privadas como la Cámara de Comercio, Apede y Capac, estructuras formales de los acaparadores de riquezas, dueños de partidos políticos y medios de comunicación.
La coyuntura era propicia para crear el escenario perfecto para organizar protestas, movilizaciones y declaraciones en contra de Noriega, quien también fue bien cercano a estas organizaciones.
La sumatoria de alianzas en contra del régimen militar incluía, asociaciones, gremios, sindicatos y movimientos estudiantiles, garantizándoles un pacto que se reflejara una vez concretada la caída de Noriega.
El vínculo geopolítico que alguna vez mantuvo estrechamente Noriega con los estamentos de Seguridad de Estados Unidos, como el Pentágono, la CIA, DEA, Comando Sur, se distanciaban tácticamente de su mejor aliado en América Latina. El tráfico de drogas y armas, el control anticomunista de la región liderado siempre por el Coloso del norte, conducían a un nuevo rol estratégico, siempre cuidando sus espaldas.
Francamente se habla mucho en cuanto al llamado de invadir a Panamá y sobre todo quienes hacían esa convocatoria antinacionalista solicitada al gobierno de George Bush. Lo cierto es que los sectores económicos acaparadores de riquezas a gritos pedían la salvaje invasión. Sin embargo, es puntual rescatar hechos concisos sobre quién realmente propició la invasión a Panamá.
En medio de las tensiones con las tropas acantonadas en las riberas del Canal de Panamá, el falso giro político ideológico de Noriega para enfrentar a Estados Unidos, aliándose con Cuba y Nicaragua, arengas antinorteamericanas en contra del “yankee invasor” era la estrategia para seguir.
Hoy día, desde la perspectiva politológica le damos la siguiente interpretación basada en hechos históricos documentados, poco expuestos que definitivamente pueden cambiar los argumentos referenciados.
Noriega había dado la orden mediante el parte militar diario; orden del día de desarmar las piezas de artillería de las importantes compañías de infantería, también ante la Asamblea Legislativa logra que lo designen como jefe de Gobierno, como se hizo en el contexto histórico político nacional con el general Torrijos; además, en dicho documento emitido por este Órgano del Estado que lo facultaba jefe de Estado de Guerra, implícitamente le declaraba la guerra a Estados Unidos, documento que aceleraba y otorgaba jurídicamente la justificación de la invasión a Panamá, además de la sumatoria del fraude electoral, la baja de un soldado norteamericano en un puesto de control.
La noche previa a la invasión Noriega llama a los miembros del Estado Mayor de las Fuerza de Defensa y les comunica que no regresen al cuartel que se queden en sus casas. El Ejército de los Estados Unidos había difundido una recompensa de 1 millón de dólares por la información del paradero de Noriega.
A partir del primer día de ataques que tuvo que resistir estoicamente el pueblo panameño, un coronel que le tocó acompañar a Noriega en su situación de fuga llegó a manifestar que de haber sabido la recompensa que ofrecían por Noriega él mismo lo hubiera entregado. Ya en la Nunciatura en calidad de refugiado, Noriega negocia su entrega al Ejército de Estados Unidos y se entrega impecablemente uniformado. Tiempo después el capitán jefe de su escolta personal manifestaba que de tener conocimiento que Noriega tramitaba su entrega él mismo lo hubiera “tirado”.
Todos estos hechos nos indican quién realmente abrió las puertas a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos para ejecutar la asesina operación de invadir a Panamá.
En la actualidad observamos esta cadena de hechos que se están llevando a cabo en Venezuela, donde nos percatamos que las declaraciones de Maduro, los machetes, las manifestaciones, desfiles militares, conducentes a repetir estos fatales antecedentes de permitir la intromisión de Estados Unidos en su territorio, lleguen a culminar con la similar futura entrega ilesa de sus protagonistas sobre la base de las inocentes muertes de civiles y militares a cuestas. Tal como sucedió en Panamá.
Sea que por poder divino el final se dé sobre una salida diplomática sin recurrir a la acción mortal del poderío militar, imperialista, expansionista del peligroso gobierno norteamericano. ¡Acción!