China vs. Latinoamérica a los ojos del coloso del norte
- 10/09/2025 00:00
La China hoy se desarrolló gracias al interés norteamericano de consumir productos baratos. Una buena fuente de mano de obra barata logró el desplazamiento de miles de millones de dólares de inversión hacia el Oriente. El mismo producto que hace cuarenta años costaba treinta dólares hoy cuesta nominalmente lo mismo. Es la razón por la cual el consumo siguió creciendo. Los salarios de las clases populares en los países desarrollados aumentaban ligeramente, pero no incidía en los precios del consumidor. China mantenía los costos moderados de los productos. Por cuarenta años, Estados Unidos promovió el comercio y la inversión en China. Su clase intelectual admiraba su crecimiento y desarrollo. Centenares, si no miles de libros se escribieron sobre las bondades del comercio con China y la prosperidad generada.
El capitalismo encontró una fuente inagotable de mano de obra barata. Hoy esa misma China a la cual se admiraba y festejaba resulta ser una amenaza y un peligro para Estados Unidos. Su sistema de gobierno sigue siendo el mismo de hace cuarenta años, su economía sigue un ritmo constante de crecimiento. ¿A qué obedece ese giro de noventa grados en el sentimiento y la política norteamericana hacia China? Acaso no sigue siendo el segundo mayor socio comercial de Estados Unidos, después de México. El panorama no parece estar muy claro entre la voluntad política y la voluntad comercial de Estados Unidos. Y esta incertidumbre genera mucha inestabilidad en el mundo.
Cada quien tendrá una opinión sobre esta innecesaria pugna entre dos colosos comerciales. Pero veamos con detenimiento lo que ocurre. Estados Unidos abandona a su suerte a Europa. Pretende dominar hegemónicamente a la América Latina y Canadá, incluyendo Groenlandia. Dentro de ese dominio hegemónico, Panamá corre la suerte de ser el eslabón a disposición exclusiva de Estados Unidos. Humillando y sometiendo a Canadá y Brasil logra su objetivo regional. Anexando Groenlandia fija su área de influencia única. A China le queda su área de influencia en el sudeste asiático. Taiwán puede desvanecer como país independiente. India dejó de marcar interés y lo refleja la alta tarifa arancelaria a sus exportaciones. Su coqueteo con Estados Unidos llegó a su fin. Fue un mero engaño. En otras palabras, ya no hay interés por su valor de contención de China. Rusia por su lado permanecerá limitada a mantener los territorios adquiridos en Ucrania, Georgia y Moldova y el statu quo en Asia Central.
Israel podrá asumir una posición expansionista asumiendo los territorios de la Franja Occidental y Gaza e inclusive parte de Siria y Líbano. Lo relevante será que asuma un papel determinante y de supremacía militar en todo el Medio Oriente. Un mundo dividido en polos es el nuevo ordenamiento mundial. Esta visión podrá determinar el futuro con todas las consecuencias que conlleva. ¿Por quién doblan las campanas? Doblan por Panamá que hoy está en el ojo de la tormenta geopolítica mundial.