De canales y estrechos: Ormuz
- 03/08/2025 00:00
Los recientes reportes sobre la posibilidad de un cierre o bloqueo del Estrecho de Ormuz hacen necesario reflexionar sobre la importancia de las vías de navegación, en particular los canales y estrechos, para el comercio mundial y el creciente interés geopolítico en ellas.
En principio, es importante distinguir los conceptos de estrecho y canal. Un estrecho es un accidente geográfico, una franja estrecha de agua que permite la navegación, conectando dos masas de agua mayores. De otro lado, un canal es una vía de navegación artificial, hecha por el hombre o natural, modificada para facilitar la navegación. La diferencia desde un punto de vista comercial y geopolítico radica en el control ejercido por los estados sobre los canales, mientras que los estrechos usualmente son de paso libre.
El Estrecho de Ormuz, ubicado entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán, es la salida natural del primero hacia el segundo, y posteriormente hacia el Mar Arábigo y el océano Índico. Está rodeado por Irán al norte y por Omán en el sur. Sin embargo, su importancia para los países del Golfo Pérsico, uno de los principales focos de producción de petróleo, es incalculable, pues el comercio de estos depende del tránsito por Ormuz. Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Baréin, Catar, Irán e Irak dependen de este tránsito para transportar y comerciar petróleo, gas y otros bienes. Por ello, su control, seguridad y la protección de la libertad de navegación son de gran interés para el comercio internacional.
La libertad de navegación es el principio internacional que garantiza que los buques tengan el derecho de navegar libremente por rutas marítimas internacionales, independientemente de las fronteras territoriales, siempre que cumplan con las leyes internacionales y las regulaciones del mar. Es uno de los pilares del derecho marítimo global, fomentando el comercio, la seguridad y la paz entre naciones.
Cerrar o bloquear el Estrecho de Ormuz sería un contrario al derecho internacional y en particular a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que garantiza la libertad de navegación en vías internacionales.
Un ejemplo que contrasta con esta situación es el Canal de Panamá, que ha mantenido acceso abierto bajo su Tratado de Neutralidad, permitiendo el paso de buques de todas las naciones, sin discriminación. La gestión neutral del Canal de Panamá ejemplifica cómo una vía de tránsito puede ser administrada para favorecer el interés global y mantener la estabilidad en las rutas marítimas.
Por tanto, es imprescindible prestar la atención adecuada a Ormuz y buscar, en el marco del diálogo diplomático internacional, vías que permitan evitar cierres o bloqueos que afecten la libertad de navegación y el comercio mundial.
La estabilidad en torno al Estrecho de Ormuz es crucial para el equilibrio económico y geopolítico global. La comunidad internacional debe priorizar el diálogo y las acciones diplomáticas para evitar conflictos que puedan interrumpir una de las rutas marítimas más estratégicas del planeta. La protección de la libertad de navegación no solo favorece el comercio, sino que resulta fundamental para mantener la paz y la seguridad internacional.