¿Democracia paralela? (2)
- 10/11/2025 00:00
Como es fácil advertir, desde inicio de los 90’s esta propuesta de consultar a la ciudadanía directamente fue creciendo a tal punto que, cada vez más sectores de la sociedad civil (por ejemplo con la quinta papeleta), terminaron exigiendo esa consulta DIRECTA al pueblo para que, DEMOCRÁTICAMENTE, se decidiera si se quería o no una Constituyente.
¿Y qué ocurrió? Los factores reales de poder (uno hasta dijo que la consulta democrática al pueblo era un peligro), los partidos políticos y otros que terminaron doblegándose, impusieron desde el Órgano más desprestigiado por entonces (la Asamblea Legislativa), una Constituyente paralela que no tenía otro propósito que el de “amarrar” (uno de ellos usó ese término) la Constituyente DEMOCRÁTICA que sería aquella que el pueblo podría decidir en las urnas.
La paralela es aquella que Morales Quijano y otros, defienden como vehículo de “participación activa y equitativa de la población”.
Pues bien, para beneficio de las nuevas generaciones que desconocen la forma en que los partidos políticos desoyeron la voz de la sociedad civil organizada y defendieron la antítesis de una Constituyente Democrática.
Repasemos los hechos acontecidos hace más de veinte años, en el 2004.
La que sigue es una reseña y una lista de objeciones que la sociedad civil opuso a la paralela (aunque hoy uno se pregunta ¿Qué dicen ahora los miembros de esa sociedad civil que ayer apoyaron una verdadera Constituyente y se opusieron a la exagerada cantidad de firmas que imponía la paralela? ¿Por qué no retoman lo que dejaron escrito en comunicados a favor de una Asamblea Constituyente Democrática?).
En el año 2004, la sociedad civil en su mayoría se dejó desarraigar un proceso de cambio constitucional que venía defendiendo mediante una Asamblea Constituyente, y el PRD desde la Asamblea lo transformó en una limitada reforma a la Constitución. Fue allí donde se sumó el mireyismo y la sociedad civil claudicó a favor de las reformas permitiendo que los factores reales de poder y la partidocracia lograran reemplazar la aspiración de una Constituyente DEMOCRÁTICA por la Constituyente paralela antidemocrática.
¿Por qué antidemocrática? Porque la nueva propuesta que ahora se había apropiado el PRD incluía un impedimento para la participación democrática: se inventó exigir una excesiva cantidad de firmas (inicialmente fue el 25 % del registro electoral) para que la denominada Constituyente paralela pudiera ser convocada por iniciativa ciudadana.
Lean ustedes, nuevas generaciones, aquello que decían las voces ciudadanas respecto de esa reforma partidocrática:
El exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia, Edgardo Molino Mola, dijo que era “excesiva la cantidad de firmas que según el proyecto se necesitaba convocar”, tomando en consideración que el 2 de mayo de ese año (2004) habían votado un millón 999 mil 553 personas. Eso significaría que para aprobar una Constituyente se necesitarían 499 mil 888 firmas. (El Siglo, 20 de junio de 2004). Continuará...