El juego con las vidas del futuro
- 28/07/2025 00:00
Si creen que lo que ocurrió en la Asamblea entre un diputado que se lio a golpes con otro es un asunto que debería preocupar a la ciudadanía, no pierdan el tiempo en eso. La publicación en el diario La Prensa sobre el estudio realizado por el Instituto de Ciencias Médicas de Azuero que advierte que: “Bebés nacen con metales pesados en la sangre transmitidos durante el embarazo”, es un asunto de suma gravedad para el bienestar de la población.
La investigación fue liderada por el genetista Iván Landires, “en colaboración con universidades nacionales, los hospitales Cecilio Castillero en Chitré (Herrera) y Joaquín Pablo Franco Sayas en Las Tablas (Los Santos), y con el financiamiento de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt)”, y sostiene que: “... Los hallazgos de la investigación establecen una alarmante relación entre la contaminación ambiental y el daño genético...”.
Las noticias sobre la contaminación de las fuentes de agua en Azuero han ocupado espacio en los medios durante los últimos meses. Hablar de los responsables y llamarlos a asumir su responsabilidad, ha sido tímido por parte de los que tienen la obligación de actuar. Si liarse a golpes en la Asamblea de Diputados no tendrá consecuencias para agresores ni agredidos como todos sabemos, podremos estar seguros de que el asunto de afectar la vida de recién nacidos, irá por igual camino. Las molestias por la falta de castigo no cesan, ¿para qué hacer un nuevo intento de indignación? Como he hecho últimamente, me apoyo en algunos párrafos presentados en el pasado.
Advierto que soy de los que creen que debemos “patear la mesa”. Que cientos de pedazos de fichas o piezas se rieguen estrepitosamente por el piso y que comencemos de nuevo a armar el juego. Creo que es lo que necesitamos, ya que, como también he dicho múltiples veces, en las circunstancias actuales, como se ha ido desarrollando el juego, no va a pasar absolutamente nada.
Los bandos están definidos: 1) Los que genuinamente desean cambios para el bien de todos; 2) Los que juegan a que las cosas cambien, pero a favor de que nada cambie para seguir gozando de las prebendas y privilegios. Y, 3) Están los que juegan (gozan, mejor dicho) con enredar las cosas; manipulando el escenario, poniendo a unos a pelear con los otros, hacer alianzas visibles y las que no se ven; pasar fichas debajo de la mesa, esconderlos en la manga y acusar a los otros de trampa cuando el tramposo (juega vivo) es él o ella.
Y mientras ese juego sigue su curso, el tiempo nos ha ido agotando todos los días con sus escándalos y algarabías; el nivel de ruido, las imprudencias, manotazos y cochinadas, han alcanzado niveles insoportables. Han perdido la vergüenza y el bendito juego molesta e incómoda a los del resto de la casa, pero no reaccionan. Ven, oyen y se molestan, pero siguen sin rebelarse. Saben y entienden que el juego se está llevando a cabo, pero van y vienen todos los días envueltos en un halo de molestia que a veces expresan, pero con algo de aversión aseveran que todos son iguales.
En Panamá, va a ser difícil volver a levantar a los grupos que se manifestaron contra la minería en el 2023, especialmente de una manera en que sea una amenaza a los que lucran del juego, los que viven de la corrupción y nos tiene sumidos en un triste sistema que no rinde beneficios de ninguna clase: salud, transporte, educación, desarrollo personal a los que salen a la calle todos los días a trabajar por migajas y a los más necesitados.
Me refiero nuevamente a un acontecimiento histórico que marca realmente el sacrificio, la determinación y la tenacidad de un pueblo cuando se cansa de una situación y decide cambiarlo. En 1955, la afroamericana Rosa Parks, se negó a darle su asiento en el autobús a un hombre blanco. Era la ley en ese entonces. Fue detenida y su protesta provocó que la comunidad negra de Montgomery, Alabama se negara a usar el servicio de trasporte hasta que las leyes segregacionistas cambiarán.
El boicot tuvo lugar del 5 de diciembre de 1955 al 20 de diciembre de 1956. Por poco más de un año la comunidad negra caminó de ida y de vuelta a sus sitios de trabajo y para cumplir con sus obligaciones. El sistema colapsó y las autoridades tuvieron que realizar los cambios necesarios. Pero, ante todo, marcó la posibilidad de provocar cambios a los sistemas abusivos, racistas y opresores de manera decidida y pacífica.
Sí, hay oportunidades de desarrollo que pueden convertir al país en un lugar en donde el aprovechamiento de la posición geográfica mejoraría la vida de todos y cada uno de los panameños, el juego debe ser para eso. Pero no pueden seguir jugando los corruptos que se aprovechan de los recursos de todos para lucrar a su favor y los irresponsables que amenazan la vida de los futuros panameños.