El posible regreso de los biocombustibles

  • 04/12/2025 00:00

Cuando estaba próximo a salir la luz publica (2021) en imprenta nuestro libro: La agricultura en Panamá, aproximación, evolución, desarrollo y perspectivas; incorporamos el tema: biocombustibles o bioetanol, una criatura que murió antes de nacer, la cual hacemos una reseña de lo ocurrido aquella ocasión, respecto a esta temática.

Esperamos que el título antes mencionado, sobre la experiencia fallida del etanol, no ocurra actualmente, con lo que sucedió hace aproximadamente casi 12 años (Anexo No 6 del libro, pag.425) luego del anuncio que en el 2013 Panamá utilizara biocombustibles. Hubo una serie de complicaciones, situaciones ocurridas, mezcla del etanol en la gasolina, proporciones no adecuadas, se podía afectar la carburación, consultas a Brasil, pionera sobre estos asuntos.

Con este pequeño preámbulo introductorio, muy breve, hay interés de reanudar nuevamente el uso de biocombustibles en el país y realizan consultas entre productores, empresarios, agroindustriales, inversionistas, que han mostrado interés en iniciar dichos planes y ya está confeccionada la ley en la Asamblea para su discusión.

Se había establecido, aquel momento, un comité de valoraciones, definiendo entre otras cosas, acerca las terminales de combustible y las estaciones de servicio debían hacer adecuaciones a sus tanques en el manejo del bioetanol anhidro y que la mezcla de bioetanol anhidro en un 2 % no era conveniente, debido a que a menor concentración de bioetanol anhidro es mayor el riesgo de separación del agua. La propuesta recomendaba subir a 5 el porcentaje de mezcla y debía ejecutarse por etapas.

La Ley de Biocombustibles, la cual no fue implementada, preveía, desde abril de 2013 se incorporaría un 2 % de bioetanol anhidro a los combustibles para los automotores. En el 2014 se aumentará ese porcentaje que llegará al 5 %. La progresión se basaba el aumento de la presencia del etanol en el combustible utilizado por los automovilistas continuara hasta alcanzar 7 % al 2015 y 10 % para el año 2016, según informaciones recabadas durante aquella época.

Como antecedentes inmediatos, de un pasado no muy lejano, decíamos hojas el libro mencionado, pág. 284: “Uno de los temas que pudiera haber levantado algún nivel de expectativas, en el país por las connotaciones que podía representar —y ahora significar— durante la economía, era lo referente al uso de etanol o biocombustible para el uso en los motores de combustión y la posibilidad de llevar a cabo este proyecto. Incluso se desarrollaron instrumentos legales, modificación de leyes con el fin de implementar dicha actividad”.

Además “se realizó un estudio de factibilidad evaluando la producción nacional de biodiesel, elaborada por la firma consultora Intercorp, pues analiza la factibilidad de producir bioetanol mediante la caña de azúcar y biodiesel, a partir de la palma aceitera”. También en base del cultivo de la yuca.

Se realizaron los análisis respectivos —en el libro abundan más detalles— pero finalmente la empresa Campos de Pesé, quien iba ejecutar el proyecto, en base al estudio de factibilidad, desistió de tal objetivo y abandonó finalmente la actividad empresarial. En una rápida y apretada radiografía de la situación, sin dejar de mencionar la Ley 42 de 20 de abril de 2011 que se establecen los lineamientos para la política nacional sobre biocombustibles y energía, ya observamos los primeros ensayos y esfuerzos, intentando viabilizar el objetivo de establecer e impulsar el uso de biocombustibles en Panamá.

Estudios mas recientes y de actualidad nos ubican en el presente, cuando la Asociación de Azucares y Alcoholes de Panamá (Azugalpa) agrupando a los cuatro ingenios azucareros funcionando en el país y participan de la producción nacional de caña y sus derivados. Estos son: la Compañía Azucarera la Estrella S.A. (Coclé); Central Azucarera La Victoria S, A, (Veraguas); el Ingenio Santa Rosa (distrito de Aguadulce, Coclé) y la Central Azucarera de Alanje (Chiriquí).

Dicha asociación ha mostrado interés en retomar, con otras características, la producción de etanol en el país y la finalidad de suplir el biocombustible que se añadirá a la gasolina. Este propósito se cumplirá si se llega a aprobarse el Proyecto de Ley 443 que fue presentado octubre por el Órgano Ejecutivo.

Independientemente a otras muchas cosas, queda establecida la propuesta que las gasolinas tengan una mezcla obligatoria del 10 % de bioetanol anhidro, que es un tipo de alcohol sin agua, empleándose como aditivo para lograr que el combustible sea más limpio y eficiente, aparte de ir rompiendo la dependencia de los hidrocarburos. Inicialmente se importaría hasta realizar los ajustes necesarios, introduciendo la producción nacional.

Dentro de las perspectivas de este gremio, posterior a la ley que sea aprobada, sancionada y reglamentada, se calcula que en un año puede sembrarse alrededor 2,000 y 2,500 hectáreas de caña de azúcar, la estimación será alcanzar las 4,000 hectáreas, el segundo año, aumentando la producción y cosecha durante 10 años. A finales de 2027 o principios de 2028 puede haber producción de etanol. Va a requerir una inversión de aproximadamente superior a los $500 millones para adquirir tierras, construir estructuras de las destilerías y el desarrollo de toda la cadena productiva que abastecería el mercado local. Ojalá cumplan las expectativas esperadas, crear empleos, dinamizar la economía.