Esa luz antes y al final del túnel

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  • 29/09/2025 00:00

Cuando salíamos de los miedos que produjo la pandemia por el Covid-19, publiqué una columna titulada: Esa luz al final del túnel. El título es una frase muy conocida y utilizada universalmente. Es una expresión de esperanza o deseos de que una situación difícil, comience a dar señales de que está por concluir de manera positiva. Pero tiene otras interpretaciones. Para muchas personas que, supuestamente, han transitado la ruta hacia la muerte. Muchos han jurado haber visto una “luz al final del túnel”.

El Excelsior de México en el año 2018, publicó que: “Un grupo de científicos del Reino Unido publicaron un artículo en el que señalan que esta luz se trata de ‘un acontecimiento psicológico profundo con elementos místicos’ y su origen se encuentra en la tensión del momento que puede ser por dolor físico o emocional, incluso provocado por ataques cardíacos o lesiones en la corteza cerebral”.

La frase cobró mayor significado cuando las vacunas para combatir el Covid-19 comenzaban a surtir su efecto en las comunidades alrededor del mundo, disminuían los contagios y las muertes y las personas comenzaban a tener confianza para salir a la calle. Reajustar la vida fue difícil y algunos estudios dan cuenta del efecto que aún persiste en la psique de muchas personas por diversos motivos y relacionados a la Pandemia: para los que han perdido seres queridos, en encierro en soledad, los trabajadores de la salud, las autoridades en su intento por tomar las mejores decisiones en medio de otros desafíos y muchos otros afectados.

Muchos, entre los que me incluyo, no teníamos presente la pandemia de 1918-1920, y al no saber de eso y, los que, si lo tiraron al cesto de la historia mundial sin utilizarlo para educarnos, tal vez contribuyeron a que el dolor emocional y psicológico de esta nueva pandemia haya sido más difícil de asimilar.

Publiqué en el 2008 el artículo ‘Retrato en el tiempo’ y señalaba que: “para entender los tiempos de la historia, el contexto en que se llevan a cabo los eventos es importante. Diversos elementos que se utilizan para el análisis histórico sirven como retratos para el ordenamiento narrativo de los hechos para su presentación descriptiva...”, para que no se olviden.

Señalo lo anterior porque la semana pasada me referí positivamente a los avances del gobierno por terminar obras que otros dejaron inconclusas y enmarañados dudosamente en aspectos contractuales y legales. También aplaudí los planes del Canal de Panamá para los próximos 10 años, pero cuestionaba que no había un plan para rectificar la conducta de los seres humanos.

Lo que estamos experimentando con estos avances para el desarrollo de la ruta, es la luz de esperanza que final del túnel. Pero desafortunadamente, el contexto en que estamos saliendo hacia esa luz de bonanza y bienestar, es la misma luz de corrupción e impunidad que teníamos antes de entrar al túnel de la Pandemia. Los humanos son los mismos.

Antes del COVID-19 y las cuarentenas, veníamos viviendo situaciones tan amenazantes a la vida y la paz social. Las investigaciones sobre los casos Odebrecht, señalan a expresidentes de la república y a muchos de sus colaboradores. Otras figuras de importancia mencionadas en otros casos de alto perfil. Esos casos y sus efectos (falta de mejores instalaciones de salud y educativos, por ejemplo). Superada la pandemia, seguimos igual o peor, y ¿dentro de 10 años?

Estos eventos y cómo los resolvemos, el coronavirus y la corrupción, serán objeto de reflexión por los futuros investigadores e historiadores. Analizarán la razón de nuestras prioridades personales y colectivas en medio de tanta necesidad y amenazas que aún no atendemos en los renglones de salud, educación y cultura. Analizarán el papel de nuestros líderes frente a estos hechos y su silenciosa complicidad.

De las teorías que los científicos estudian, está la posibilidad de que el COVID-19 estará con nosotros por mucho tiempo, como la influenza o como el HIV que luego de casi 40 años aún está entre nosotros. A pesar de la desinformación y los antivacunas, hemos podido volver a darnos un abrazo.

Aquí no hay “acontecimientos psicológicos profundo” ni “elementos místicos”, como señalan los científicos del Reino Unido. Lo que toca es encender la luz a lo largo y ancho de todo el túnel, ver todo el contexto y exponer a los que obstruyen el camino. Todos los proyectos del mundo para generar más dinero y desarrollar nuestro recurso más importante, no servirán de nada si no atacamos decididamente la corrupción, trabajar en la justicia y la desigualdad. Eso depende de la valentía y la voluntad para hacer lo correcto, para que haya esperanza sin dudas y que la luz al final del túnel nos ilumine un camino más provechoso a todos.