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Gobierno trumpulino: arrastrando a Panamá al descalabro

El gobierno trumpulino propicia que la debacle de Estados Unidos se nos transfiera a nosotros. Bienvenido Velasco | EFE
  • 30/04/2025 01:00

Hace unos cinco meses, en el Mercosur se hablaba de la importancia de Panamá como aportador en la logística del desarrollo económico de los países de Suramérica, por cuanto su principal aportación venía basada en el paso por el Canal de Panamá de todos los bienes de esas naciones del sur exportados hacia y desde el oriente asiático, fundamentalmente China.

Pero el activo más prominente de nuestro país era, hasta la llegada de los representantes del colono imperial (los jefes de los departamentos de Estado y de Defensa estadunidenses), el Canal de Panamá. Cada Estado se presenta en esta integración regional suramericana con sus propios activos que puede compartir, en el entendido de que son manejados por sus propias naciones y pueblos, sobre todo con independencia de Estados Unidos, que históricamente ha representado una barrera insalvable para el desarrollo de estos pueblos.

Sin embargo, aunque el presidente del Gobierno panameño lo niega y no hace lo necesario para demostrar lo contrario, las autoridades y medios informativos norteamericanos han mostrado al mundo que prácticamente han recuperado el control del Canal de Panamá y de sus puertos terminales, sacando al imaginario controlador anterior, que según ellos era China. Este hecho dio inmediatamente impulso a que los Estados del sur del continente dejaran de ver a Panamá (más bien a su principal activo logístico que es el canal) como un socio de confianza; ahora está bajo control de quien ha sido barrera de desarrollo de sus pueblos, por tanto, ya no se presenta como entidad soberana cuyas decisiones en el Mercosur se consideren autónomas, sino una mera correa de transmisión de intereses extrarregionales, de los que estos países han decidido zafarse.

Este cambio de la imagen y de lo que ciertamente muestra nuestro país —la pérdida de soberanía efectiva, aunque dicen los abogados que también jurídica— aceleró un proyecto autónomo que en el mediano plazo significa una tendencia a la baja en el tránsito de mercancías suramericanas desde y hacia el oriente asiático a través de nuestro istmo. Esto, como resultado del multimillonario proyecto denominado corredor bioceánico (que en realidad son dos) en el que se han empeñado Brasil, Argentina, Paraguay y Chile, ¿dije Chile, el “aliado” de Estados Unidos? Sí, así mismo, aliado, pero no suicida por Estados Unidos. A tal punto que Brasil está impulsando la entrada de este último estado a los BRICS para que tenga acceso a los multimillonarios recursos asociados a esta integración real que trasladaría mercancías desde el Atlántico brasileño hasta el Pacífico chileno y viceversa, a través de un canal seco o red ferroviaria moderna financiada por China, multimillonarios recursos que Estados Unidos no está en capacidad de dar y sus tropas están lejos como para amedrentarlos como a Panamá.

El efecto económico de pérdida de este volumen del mercado naviero por nuestro canal significará ahorrarse entre 10 y 11 días de los incurridos en la utilización de esta ruta panameña por parte de los países del cono sur, con Brasil a la cabeza.

El gobierno trumpulino propicia que la debacle de Estados Unidos se nos transfiera a nosotros y lo peor del caso es que el amor suscitado impide ver los males que este nos causa... Definitivamente que el amor es ciego.

En la política interna se reproduce sin más lo que el trumpismo en su política doméstica estadunidense. Este ataca a los trabajadores y sus organizaciones, acá también. Se golpea a los pequeños y medianos productores allá, acá también. Se reducen los aportes del Estado-recursos del pueblo-a las poblaciones cubiertas por el seguro social, acá también. Se ataca a las instituciones de educación superior públicas para dejarlas sin apoyo para su desarrollo, acá también. En esto consiste el trumpulinismo, reproducción de prácticas y actitudes coloniales.

No obstante, como todo proceso dialéctico, las salidas de estas embestidas que niegan la afirmación de la vida de los pueblos están provocando más temprano que tarde la unión de los afectados fuera del continente —unión de Japón, Corea del Sur y China— dentro del continente —Brasil, Argentina, Paraguay y Chile— lo mismo que dentro de cada uno de los países del trumpulinismo. Allá y acá se están levantando los pueblos y no solamente los de las organizaciones sindicales.

Ambos elementos del trumpulinismo tienen la particularidad de generar las uniones entre los que menos se imaginan... Los trabajadores a través de los movimientos sociales, más allá que de los gremios laborales, serán los mayores defensores y reivindicadores de la vida en libertad auténticamente soberana. Estos no solamente verán en los grupos sindicales a sus principales fuerzas sociales, lo que hará que los argumentos descalificadores hacia el sindicalismo combativo no podrán alcanzar al conjunto del movimiento social.

*El autor es sociólogo, investigador y docente