¿Habrá cambios reales en el PRD?
- 19/06/2025 00:00
El pasado 5 de junio, lo que queda del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Democrático (PRD) aprobó el calendario de elecciones internas y convocó a un directorio extraordinario para el próximo 21 de septiembre. En esa fecha, los 300 directores nacionales tendrán una sola responsabilidad: elegir a los nuevos miembros del Consejo Ejecutivo Nacional, quienes asumirán funciones de manera transitoria hasta 2027, año en que, según lo establecido, se renovarán todas las estructuras del partido.
Pero la verdadera inquietud no está en los procedimientos, sino en el fondo: ¿habrá un cambio real en el PRD?
Esa es la preocupación que comparten los más de 500.000 militantes que aún permanecemos afiliados al partido. Muchos creen que quienes expresamos nuestro descontento lo hacemos buscando espacio en otras trincheras políticas. Se equivocan. Estamos aquí porque creemos y seguiremos creyendo en el legado del general Omar Torrijos Herrera. Lo que nos duele es ver cómo se ha desviado el rumbo del glorioso partido que él fundó, y cómo hoy enfrentamos la peor derrota electoral en nuestros 46 años de historia.
¿Lo entenderán quienes han controlado el partido durante los últimos años? ¿Asumirán su responsabilidad por la debacle? Sí, el rechazo en las urnas también fue culpa de ellos: por su mala conducción, por la falta de consulta con las bases —donde están los verdaderos liderazgos—, por imponer candidaturas sin arraigo ni credibilidad popular, por repartir sobres con “chenchén” como si eso fuera suficiente para ganar corazones. También por destituir compañeros tras las primarias, por preferir nombrar enemigos disfrazados de aliados en puestos clave antes que a los propios miembros del colectivo. Esa es la causa del castigo electoral recibido.
Entonces, ¿cuál es el camino?
Sin querer parecerme a Nostradamus, el único camino posible es una reforma profunda, un regreso real a nuestros principios y raíces torrijistas. El pueblo debe volver a ser nuestro norte. Resolver los problemas de los más necesitados debe convertirse en nuestro compromiso fundamental: educación de calidad, viviendas accesibles, apoyo real al sector productivo, agua potable, caminos adecuados para los productores del campo, energía y alimentos a precios razonables. En resumen: una mejor distribución de la riqueza nacional.
Esa debe ser la bandera de una nueva dirigencia. No podemos permitir que se repita la historia con los mismos cuadros políticos, los mismos intereses personales, los mismos planes para engrandecer sus bolsillos a costa del partido y del pueblo. O recuperamos el partido, o caminamos hacia una extinción similar a la del PRD de la hermana República Dominicana.
Aún estamos a tiempo. Ustedes, los 300 directores nacionales, tienen la sartén por el mango. Decidan si quieren ser artífices del renacimiento del torrijismo... o cómplices del segundo funeral de nuestro partido.