Hagamos una verdadera patria
- 09/11/2025 00:00
Felices fiestas patrias a todos quienes hemos tenido el privilegio de nacer en este pequeño pedazo de tierra, así como a quienes han decidido adoptar esta nacionalidad que, en muchos casos, les ha servido para poder acceder a una nueva vida, huyendo de persecuciones o precariedades económicas.
Este año, como ha venido sucediendo en los años inmediatamente anteriores, miles de personas emigraron hacia el interior o al exterior, permaneciendo en la ciudad capital, muchos más que si no tenían a un familiar desfilando, son de los que disfrutan el espectáculo que nos brindan los jóvenes que se la pasan casi todo el año escolar preparándose para esta celebración de la gesta de independencia de Panamá en 1903, el día de los símbolos patrios (antes solo se celebraba la bandera) y el día de la consolidación de ésta independencia la cual se dio en la Ciudad de Colón el día 5 de noviembre.
Mañana se celebra un aniversario más del Grito de Independencia de Panamá de España y aún nos queda por celebrar el 28 de noviembre cuando celebramos ese día en 1821, cuando decidimos independizarnos del Reino de España, siendo uno de los últimos países en el continente en hacerlo.
Soy de los que consideran que hay demasiados días en noviembre para un país en el que muchos, -por no decir “la mayoría”, pues es algo que no puedo probar- están viviendo momentos difíciles, tratando de enfrentar un creciente desempleo; seguimos con un Calle Arriba y Calle Abajo con el tema de la mina, las permanentes amenazas de organismos internacionales de mantenernos en listas o de las calificadoras de hacer daño por hacer daño. Ojalá y este tipo de cosas fueran en las que los diputados invirtieran su tiempo y no en descalificar las leyes que tratan de lucha en contra de ese “jinete del apocalipsis” denominado corrupción, que no solo nos perjudica a nosotros sino a las generaciones que nos siguen.
Durante estos primeros días de noviembre, vimos a esos muchachos vestidos de gala y con el corazón henchido de tanto amor patrio. Los exhorto a no descansar en seguir promoviendo la práctica de los valores cívicos y morales que tanto se necesitan. Aprovecho para felicitar a los amigos de la Comisión Nacional Pro-Valores Cívicos y Morales que conforman los clubes cívicos, porque este año nuevamente se destacaron con un almuerzo para celebrar el Día de los Símbolos Patrios, con un conversatorio que destacó el valor de la mujer en la gestión y el desarrollo de nuestra nacionalidad. Así también se hace patria.
Otra agradable nota que nos gustaría destacar fue la aparición en redes sociales de una foto y luego un vídeo donde aparece la embajadora de China en Panamá engalanada con una preciosa pollera, que la hacía verse, no solo regia, sino que podría pasar por una santeña más. Que triste que hubo quienes utilizaron este reconocimiento y felicitación que nos hacía la diplomática de esta hermana nación acreditada en Panamá, para comparaciones, no solo innecesarias sino fuera de todo contexto.
Aprovecho este ejemplo para, de manera muy respetuosa, implorar a los criticones profesionales, de esos que sobran en Panamá, a que entendamos que esta patria es de todos. Desde los que lucharon por obtener esa independencia tan querida, hasta a quienes les toca dirigir los destinos de este país. Ojalá entendamos que nuestra responsabilidad es ser buenos ciudadanos, involucrarnos en la vida nacional, desde la esfera política o a través de una de las organizaciones de servicio que practican y promueven los valores cívicos y morales.
Ya habrá su momento para criticar de manera acérrima posible a los gobernantes de turno, pero en este momento lo que demanda este bello istmo es impulsar la micro, pequeña y mediana empresa para promover la contratación de tanto personal como sea posible, promover por parte de los empresarios la apertura de nuevas posiciones de trabajo digno, capacitarnos para poder llenar esas vacantes que abren los empresarios, porque son ellos los que deberían ser los mayores empleadores, no el gobierno.
Si queremos a este país, como nos vanagloriamos en decir, esta es la mejor forma de hacer patria.