Homenaje a las y los educadores: guardianes del saber, la justicia y la dignidad

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  • 03/12/2025 00:00

El 1.° de diciembre celebramos en nuestro país el Día de las y los Educadores, establecido mediante el Decreto 398 del 14 de noviembre de 1958. Esta fecha conmemora el natalicio de Manuel José Hurtado, pionero de la educación nacional y sembrador de escuelas. El artículo 2 del Decreto 398 señala que el 1.° de diciembre será feriado exclusivamente para los centros educativos, en los cuales se procurará rememorar los méritos del ilustre Dr. Manuel José Hurtado y estimular el reconocimiento público de la labor de las y los educadores panameños.

La labor desempeñada por cada educadora y educador es noble y comprometida con la sociedad, orientada a lograr que sus estudiantes se conviertan en personas que contribuyan a la formación integral de la comunidad. Miles de educadoras y educadores han asumido con conciencia el papel de guiar a niñas, niños y jóvenes en valores, responsabilidad y compromiso, formando ciudadanas y ciudadanos que aportan al engrandecimiento de la sociedad.

Ninguna otra persona funcionaria pública realiza una tarea tan significativa como la que cumplen las y los educadores, quienes muchas veces se distancian de su hogar para compartir y brindar conocimientos en otras comunidades. Su objetivo no se limita al aspecto académico, sino que también abarca el desarrollo social, la convivencia pacífica y el fortalecimiento de la autoestima de sus estudiantes, procurando una formación que enriquezca a la comunidad. Son incontables las y los educadores que han perdido la vida en accidentes mientras cumplían su misión: caídas de caballo, ahogamientos, picaduras de serpiente, entre otros. La nobleza de las y los educadores se refleja también en gestos sencillos, como compartir con sus estudiantes los alimentos que llevan para su merienda, respondiendo a las necesidades de quienes lo requieren. En múltiples ocasiones, madres, padres y familias expresan gratitud al personal docente por haber guiado de manera correcta a sus hijas e hijos, evitando que se pierdan en el camino.

Las y los educadores panameños, de manera unida en distintos períodos, hemos luchado por conquistas fundamentales. Entre ellas, la Ley Orgánica n.° 47 de 1946, impulsada por la maestra Sara Sotillo; el fuero de maternidad, defendido por Marta Matamoros; y los 31 puntos planteados en 1978-79, muchos de los cuales aún no se han alcanzado. Ese pliego contenía demandas relacionadas con la población, la educación, el Canal y otros temas de gran relevancia nacional.

Este año, cuando las y los educadores se movilizaron para defender la Caja del Seguro Social frente a intentos de privatización, así como para rechazar la explotación minera, los embalses y el memorando de entendimiento, la respuesta del gobierno fue imponer la Ley 462. Ante la resistencia de educadoras, educadores, trabajadores de la construcción y trabajadores bananeros, se desplegaron más de mil efectivos en la provincia de Bocas del Toro. La represión dejó como consecuencia la muerte de un niño producto de los gases lacrimógenos. También se reprimió a compañeras y compañeros indígenas de Arimay, una de ellas fue detenida y esposada con grilletes. Más de 500 trabajadores del Sindicato de la Construcción fueron arrestados, y a educadores se les lanzó bombas lacrimógenas, se les tiró al suelo y se les detuvo. Nunca antes las y los educadores habían sido reprimidos de la manera en que lo hizo esta administración.

La dignidad y el respeto hacia cada educadora y educador deben ser siempre reconocidos y defendidos.

En este día de la y el educador, rendimos homenaje a quienes, con entrega y vocación, han dedicado su vida a sembrar conocimiento, valores y esperanza en cada estudiante. Reconocemos la labor de todas las educadoras y todos los educadores que, desde cada aula y comunidad, construyen futuro con paciencia, compromiso y amor por la enseñanza. Que esta conmemoración sea también un llamado a la sociedad para valorar y respetar la dignidad de quienes ejercen la docencia, porque en sus manos está la formación de generaciones que harán de Panamá un país más justo, solidario y humano.

Hoy celebramos a las y los educadores, pilares de nuestra nación, guardianes del saber, la justicia, la dignidad y sembradores de sueños.

Al mismo tiempo, reafirmamos la importancia de la lucha que históricamente han sostenido las y los educadores en defensa de la educación pública, de los derechos sociales y de la justicia. En este día enviamos un mensaje especial de solidaridad y respeto a las y los educadores destituidos, por esta indiferente administración, quienes con valentía se han mantenido firmes en la defensa de los derechos colectivos. Su ejemplo nos recuerda que la docencia no es solo enseñar, sino también resistir y luchar por un país más digno. Exigimos el reintegro de todas y todos ellos, porque su voz y su presencia son indispensables en las aulas y en la construcción de una sociedad más equitativa.

*La autora es educadora