Hurtos de la cotidianidad
- 02/07/2025 00:00
La unidad de Metrobús que se encaminaría hacia Merca Panamá iba a iniciar su recorrido desde la terminal en Albrook y mientras los pasajeros entraban y se sentaban, uno de los conductores de este sistema subió al vehículo y levantó la voz para que lo escucharan. “Buenas tardes, por favor se les pide a todos que tengan cuidado con sus pertenencias porque hay personas que se aprovechan para hurtar. Hay varios en este bus”.
Todos los que iban sentados se preocuparon en asegurar bolsas y tocarse los bolsillos. Miré al conductor, quien hizo un gesto de asentimiento a lo que había dicho su compañero. Al rato, cuando iba ya en el recorrido, le cuestioné sobre el particular y amplió en detalles. Me confió que son algunos individuos que ellos tienen identificados y que ya han sido capturados por las autoridades, pero que son dejados en libertad al día siguiente y regresan.
Contó el joven, mientras esperaba el cambio de una luz roja del semáforo, que los ladrones que hacían su agosto con los pasajeros de esa línea de autobuses, eran carteristas que aprovechaban cuando las personas iban bajando y allí los atacaban para desvalijarlos, sobre todo de carteras y celulares. “Son unos rufianes y los hemos denunciado, pero no ocurre nada porque quedan libres”.
Estas anomalías también están ocurriendo en los trenes del Metro con usuarios que se descuidan y en las estaciones se hacen víctimas de los “malandrines”. Pero también es una expresión de una tendencia de los últimos tiempos. En un balance de los delitos, se ha anunciado que “En Panamá, las estadísticas de robo para 2025 muestran un aumento general del 4 % en la cantidad de delitos registrados, alcanzando un total de 105.323 casos”.
Casi todas las cifras en el país exponen el incremento de hechos relacionados con los robos de diferente gravedad. Prosigue el informe que “En los primeros dos meses del año, los robos aumentaron 19 % en comparación con el mismo período de 2023, con 181 robos adicionales”.
Los medios de comunicación recogen declaraciones de las autoridades de Seguridad y amplían en materia de la información estadística. El año de 2024 mostró un aumento del 4 % con relación al período anterior. Además, que el 60 % de las agresiones se realizan con armas. En la ciudad de Panamá, el aumento fue de 44,9 %, en San Miguelito, de 78 % y en Panamá Oeste se alcanzó una subida de 60 % durante 2024.
La Procuraduría General de la Nación, en un informe de los primeros cinco meses de 2025, ofrece cifras de noticias sobre supuestos hurtos que llegaron a 6.851, de los cuales, 3.547, el 51,7 % tuvieron lugar en la provincia de Panamá. Esto es significativo y habría que recoger una información sobre el índice de edad de quienes cometen tales despropósitos para determinar qué sector etario es el más tentado a estas acciones.
Los funcionarios del Ministerio de Seguridad han informado de medidas para reducir la comisión de delitos y alcanzar políticas de prevención, que quizás aseguren una mayor tranquilidad para los transeúntes, pero también en las viviendas. En una comunidad lograron detener a alguien que se dedicaba a hurtar tanques de gas de las residencias y logró ser capturado en plena comisión de la falta.
Cabe aquí plantear la necesidad de programas permanentes de fortalecimiento de las capacidades personales, así como lograr que haya un mayor interés por el desarrollo del ingenio para que los jóvenes puedan ocupar un espacio en diferentes opciones de mercado. Estamos hablando no solo de “vender” mercaderías o comestibles, sino de tener el ingenio de crear, de alcanzar opciones culturales, es decir, una sensibilidad individual o grupal.
La escuela es un buen escenario para empezar, pero habría que someterla a un proceso de reingeniería académica para llegar a este panorama en que los cacos y carteristas no nos interrumpan la tranquilidad cotidiana, estimulados por un sistema de justicia poroso.