Columnistas

La feria de las novedades

Asistentes a la Feria del Libro 2025. Roberto Barrios | La Estrella de Panamá
  • 20/08/2025 00:00

“Leer construye una comunicación íntima, una soledad sonora que a los ángeles les resulta sorprendente y milagrosa, casi sobrenatural. Dentro de las cabezas de la gente, las frases leídas resuenan como un canto a capela, como una plegaria”. Así detalla Irene Vallejo la secuencia de una película de Wim Wenders en la que describe la biblioteca de Alejandría y su importancia a través de los siglos y en donde rescata su relevancia para la cultura mundial.

Esta descripción de la histórica biblioteca egipcia, le sirve a Vallejo para iniciar un recuento de la cronología del libro en su obra El infinito en un junco, recorrido de siglos por los caminos que transitó este recurso del pensamiento escrito para llegar a darle la libertad a quienes degustan “las ideas o las fantasías en los textos” para lograr “... crear tus propios universos”.

Habría que imaginar entonces los millares de personas que concurren a la Feria Internacional del Libro a buscar algún cuento, historia, verso o ensayo que le ayude a llenar su mente con nuevos conceptos, una manera diferente de explicar la realidad o la inquieta fiebre que le circula y que requiere de esclarecimiento. Por ejemplo, quienes desean aventurar por experiencias relacionadas con la inteligencia artificial, uno de los referentes más buscados.

La presidenta de la Cámara Panameña del Libro y máxima responsable de este encuentro cultural, Orit Btesh lo resalta: “Este no es solo un evento: es un espacio donde niños, jóvenes y adultos se reencuentran con la magia de leer, descubren nuevas voces y comparten ideas que transforman nuestra forma de ver el mundo”. El primer signo de novedad es la duración, que este año se desenvolvió de un lunes a domingo, siete días de intensa agenda.

En todos los aspectos hubo una sensible modificación. Esta se manifestó hasta en el país invitado: Marruecos, que sorprendió con su inclinación hacia la cultura y, por tanto, literatura ibérica en español. Tanto su distinguida embajadora como la delegación que acompañó el pabellón, lograron cautivar al público que admiró los libros, las actividades presentadas y las danzas en que se integraron algunos sorprendidos visitantes.

Cada año se alcanza una mayor audiencia en el piso superior, donde tienen lugar conferencias, mesas redondas, encuentros y presentaciones de nuevos títulos. Así ocurre hasta con los escritores que han fallecido tanto nacionales como Rafael Pernett y Morales, el maestro Aristides Martínez Ortega o internacionales de la talla de Mario Vargas Llosa. Además, resaltaron aniversarios y memorias como la de Victoriano Lorenzo, Gabriela Mistral, Tristán Solarte o Gabriel García Márquez.

La literatura íntima y los aspectos de la fe tuvieron espacio con nuevas publicaciones, que relataron desde vivencias juveniles, hasta historias con deslumbramientos por otras visiones de entornos, o espiritualidad; por ejemplo: Haciendo las paces conmigo misma, De la empresa al corazón, La evolución del bullying, entre otros. Otros escenarios que también llamaron la atención fueron las perspectivas espaciales y la esperanza de habitar planetas vecinos.

Un grupo de escritores de provincias llevaron sus materiales para ponerlos a la disposición del público. En ellos relatan diversos contenidos que se relacionan con figuras tanto públicas como artísticas que han dejado una huella; también se rescatan compilaciones de tradiciones orales, de voces, proverbios, leyendas y hasta anécdotas. De igual manera en las manifestaciones de la música popular rural.

Panamá no está de espaldas a la realidad internacional. Por esa razón se pudieron apreciar foros para tratar las relaciones políticas entre diversos países en América Latina, en Europa y hasta del continente africano. El pensamiento de los académicos ha servido no solo para asentar la literatura, sino para trazar puentes culturales entre diferentes pueblos vecinos y sus respectivos intelectuales.

La feria del libro permitió conocer también novedades como los cuentos humorísticos de Carlos Manuel Gasteazoro o los de Stanley Heckadon. La capacidad de innovar o crear no tiene límites y lo demostró Panamá en la fiesta de este año al tejer diálogos con la lectura.