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La honestidad y sinceridad en la mirada fija a los ojos

Cedida
  • 04/07/2025 00:00

Los sumerios dejaron muchísimas tablillas de barro escritas en jeroglíficos. Se encontró una biblioteca del rey Assubirnapal, la cual contenía miles de estas tablillas. Que este rey asirio aseguraba que él sabía interpretar los jeroglíficos. El investigar Kramer ha sido el más acreditado estudioso de estas tablillas en los últimos cien años.

Pero en los últimos 20 años aparecieron unas 14 tablillas escritas sobre lapislázuli, una piedra muy dura, alisada. En estas tablillas se asegura que fueron escritas con un “electro”, en la durísima piedra del lapislázuli.

Estas tablillas, escritas en jeroglíficos, se las llevaron al gran lingüista Zecharia Sitchin, quien las publicó como “El libro perdido de Enki”.

En la introducción de este libro dice... “Hace 445.000 años astronautas de otro planeta llegaron a la Tierra en busca de oro”...

Este libro lo pueden encontrar en internet. Si se aventuran a leerlo tienen que tener presente un glosario que se encuentra al final del libro.

En el “El libro perdido de Enki” se detalla cómo se creó el ser humano, el ‘Homo sapiens’, por ingeniería genética. En un laboratorio especializado se tomaron óvulos del ‘Homo erectus’, el mono que caminaba parado.

Este ‘Homo erectus’ tenía 22 pares de cromosomas. Estos óvulos de la mona ‘Homo erectus’ fueron fertilizados con ADN de la sangre de los extraterrestres, llamados Annunakis.

Estos Annunakis poseían 24 pares de cromosomas, los cuales les proporcionaban una larguísima vida. Un año de ellos corresponden a 3.600 años terrestres.

Después de muchísimas dificultades se obtuvo el ‘hombre primitivo’.

Estos ‘hombres primitivos’ vagaban desnudos, como animales, por el sur de África. Miles de años después, Enli, el jefe científico de los Annunakis notó que estos ‘hombres primitivos’ iban degenerando al animalesco homo erectus.

Fue entonces cuando Enki tiene relaciones sexuales con dos hermosas hembras primitivas, quienes se bañaban desnudas en un río. De esas relaciones nacieron los que se conocen en la Biblia Adán y Eva.

Miles de años después proliferó la raza humana. Mardux era hijo de Enki nacido en el planeta de ellos, llamado Nibiru.

Resultó que Mardux, príncipe del planeta Nibiru, se enamoró de una terrestre, llamada Sarpanit; pariente de Matusalén, quien, según la biblia, vivió 700 años.

Después de muchas dificultades sociales, Mardux y Sarpanit se casaron y tuvieron un hijo llamado Nabu.

De este Nabu es que descienden los reyes Nabupolazar y Nabucodonosor.

Durante los problemas sociales surgidos porque Mardux, un príncipe del planeta Nibiru se casara con una terrestre llamada Sarpanit la madre extraterrestre de Mardux le preguntó a su hijo:

“¿Ves honestidad y sinceridad en la mirada fija a los ojos de tu novia terrestre?”.

He escrito esta pequeña crónica para señalar que es sumamente importante expresar Honestidad y sinceridad en la mirada fija a los ojos.

Porque cuando los dirigentes de los criadores de puercos en Macaracas, provincia de Los Santos, expresan que no son responsables de la contaminación de los ríos Estivaná y La Villa, evitan, de mil maneras, el mirar fijamente a los ojos.

*El autor es ingeniero agrónomo