‘La informalidad en Panamá: una realidad que clama por atención y formalización’

Roberto Barrios | La Estrella de Panamá
  • 20/12/2025 00:00

La informalidad laboral en Panamá se ha convertido en un fenómeno social y económico que crece de manera constante y silenciosa. Miles de panameños, hombres y mujeres trabajadores, salen cada mañana con determinación en busca del sustento diario para sus familias. Sin embargo, la escasez de oportunidades en el mercado formal, tanto en el sector público como en el privado, ha empujado a una gran parte de la población hacia la economía informal, convirtiéndola en una alternativa de supervivencia más que en una elección voluntaria.

La realidad es que el trabajo informal representa, para muchos, la única vía posible para generar ingresos. En calles, avenidas y plazas públicas se observa a vendedores ambulantes, buhoneros, pequeños comerciantes y prestadores de servicios que, con esfuerzo y creatividad, buscan ganarse la vida de manera honrada. No obstante, el ejercicio de estas actividades muchas veces se desarrolla sin regulación, generando tensiones con el orden público, el uso del espacio y la movilidad peatonal.

Desde hace años, distintos gobiernos han manifestado la intención de integrar a los trabajadores informales al sistema de la Caja de Seguro Social (CSS). Sin embargo, dichas propuestas no han pasado de ser simples planteamientos. Surge entonces una pregunta fundamental: ¿existe un censo actualizado que refleje cuántos panameños se dedican actualmente a la informalidad? Sin datos precisos, resulta difícil diseñar políticas públicas efectivas que respondan a las verdaderas necesidades de este sector que, aunque marginado, sostiene una parte significativa de la economía nacional.

La creación de un registro nacional de trabajadores informales sería un primer paso hacia su reconocimiento y protección. A partir de este diagnóstico, el Estado podría formular estrategias para su formalización progresiva, garantizando derechos laborales mínimos, acceso a seguridad social y facilidades de crédito. Al mismo tiempo, las autoridades locales —alcaldías y juntas comunales— tendrían un papel determinante al facilitar espacios ordenados y seguros donde los trabajadores puedan desarrollar sus actividades sin afectar el tránsito ni la convivencia ciudadana.

Es importante reconocer que el emprendurismo informal no solo refleja necesidad, sino también capacidad, ingenio y resiliencia del pueblo panameño. Muchos de estos trabajadores han creado microempresas familiares que contribuyen activamente al consumo interno. Sin embargo, la falta de acompañamiento institucional limita su crecimiento y los mantiene al margen de los beneficios y protecciones del sistema formal.

Resulta contradictorio observar cómo, a pesar del aumento del desempleo formal, los centros comerciales permanecen abarrotados de personas durante toda la semana. Este fenómeno sugiere la existencia de una economía paralela que se mueve de manera constante, sostenida por la circulación de dinero proveniente del sector informal. A su vez, durante las fiestas de fin de año, los comercios formales ofrecen empleos temporales que benefician principalmente a los jóvenes. No obstante, cuando llega enero, muchos vuelven a la incertidumbre y al desempleo, evidenciando la fragilidad del mercado laboral panameño.

La informalidad no debe verse únicamente como un problema, sino también como una oportunidad. Si el Estado logra canalizar la energía emprendedora de estos trabajadores mediante incentivos, capacitación y financiamiento, Panamá podría fortalecer su economía interna y promover una sociedad más equitativa e inclusiva. La clave está en reconocer que detrás de cada vendedor ambulante o comerciante informal hay un ciudadano con sueños, responsabilidades y derechos.

Panamá es una nación de gente buena, trabajadora y perseverante. Cada panameño que se levanta temprano para buscar el sustento de su familia merece la atención y el respaldo de las instituciones públicas. Regular y formalizar la economía informal no solo representaría justicia social, sino también un paso firme hacia un desarrollo económico sostenible e inclusivo.

Bendiciones para todos los panameños.