La validez de una gira internacional
- 12/09/2025 00:00
Retomar el control del Canal de Panamá es una meta de la actual administración norteamericana, no solo un anuncio o un mecanismo para medir el patriotismo de los panameños. A tal grado de que antes de iniciar sus giras por Brasil y Japón, el presidente José Raúl Mulino convocó al Comité de Relaciones Exteriores para analizar el tema.
Desde la visita del secretario de Estado, Marco Rubio, a Panamá, en febrero pasado, pasando por la del secretario de Defensa Pete Hegseth, en marzo, la administración panameña ha sido invariable en el rechazo a la propuesta de Estados Unidos. “...las relaciones internacionales no se pueden llevar a delante en base a falsedades”, ha dicho Mulino en su momento, en respuesta a la campaña que viene desde el Potomac.
Durante el primer semestre de este año, el Palacio de las Garzas ha sido constante en su respuesta a las altas figuras norteamericanas que nos han visitado, así como a congresistas, y su gira a Brasil y Japón puede interpretarse como una respuesta a la imposibilidad de encontrar eco en su socio estratégico.
Mulino es amigo de Estados Unidos, comprende perfectamente bien las implicaciones de la alianza entre los dos países. Lo que el presidente panameño ha demostrado es no estar dispuesto a negociar la neutralidad de la vía, heredada de los tratados Torrijos-Carter de 1977.
Y es allí donde se inscriben sus recientes giras internacionales, y las peticiones tanto a Brasil como a Japón para que se adhieran a ese Pacto. Hace cinco meses en Lima, Perú, Mulino describió como multilateral la política exterior de Panamá. Esa ha sido su opción, porque en el fondo de su preocupación se visualiza la paz que debe prevalecer en la región y por la que otros actores importantes han comenzado a hacer presencia.
Responsablemente, el mandatario panameño se ha negado a comprometer al país en escenarios confrontacionistas, pero ha apelado a la comprensión internacional, a la paz como bandera, a la neutralidad como mecanismo para garantizarla, por lo que no seria extraño que en los meses venideros trate de ampliar giras y consultas, sobre todo en América Latina.
La neutralidad del Canal de Panamá es el principal mecanismo de defensa de esa vía y del país, de su actividad económica y política. Los tratados Torrijos-Carter constituyen una antes y un después en las relaciones de Panamá con Estados Unidos, preservar sus conquistas es una tarea que cualquier gobierno debiera sustentar... un camino elegido en los hechos por la actual administración panameña.
Pero quienes creyeron que los tratados de 1977 cesaban la lucha, hoy están ante un escenario que desmiente tal aseveración.