Columnistas

La vida de los pacientes electrodependientes

Más de 3,000 panameños requieren equipos médicos conectados a la electricidad para sobrevivir, una condición que convierte cada apagón en una amenaza vital.
  • 05/09/2025 00:00

En Panamá tenemos una realidad silenciosa que pocas veces ocupa los titulares, pero que se transforma en angustia, trasnochos y en la lucha diaria de cientos de familias: la de los ciudadanos electrodependientes.

Una persona electrodependiente no es un concepto médico abstracto; es una niña conectada a un respirador, un adulto que necesita de una bomba de alimentación para sobrevivir, una madre que pasa la noche en vela por miedo a un apagón. Es también una familia entera que vive con la certeza de que un corte eléctrico puede transformarse en una sentencia de muerte.

La electrodependencia no es solo una condición clínica, es una condición de vida.

Significa depender cada segundo de una máquina que funciona únicamente si la electricidad fluye. Significa que la factura de luz no se mide en kilovatios, sino en horas de vida. Significa que un aumento en la tarifa eléctrica o un apagón en la madrugada no es una incomodidad, sino un golpe económico y emocional que se paga con ansiedad, con deudas, y a veces, con la salud misma.

En países como Argentina y Chile, existen leyes que reconocen esta realidad y garantizan a los pacientes electrodependientes un suministro eléctrico continuo, justo y eficiente. Mientras que, en Panamá, seguimos sin un marco legal que los proteja, obligando a muchas familias a endeudarse para comprar plantas eléctricas o resignarse a vivir con el temor constante de que la falla de un transformador se convierta en su tragedia.

Esta deuda social no admite más demoras. Apoyar a los pacientes electrodependientes no es un favor ni un gesto de caridad, es una obligación del Estado. Porque el acceso a la energía, para ellos, no es un lujo ni un privilegio, es un derecho inseparable del derecho a la vida.

Por ellos, el 2 de julio de este año, presenté nuestro anteproyecto de ley “Que adopta medidas y declara de interés nacional garantizar el servicio eléctrico continuo y eficaz para pacientes electrodependientes”, el cual fue prohijado por unanimidad por la Comisión de Salud el 28 de agosto de 2025.

Para mí representa un gran orgullo y una enorme responsabilidad seguir avanzando en esta materia, que no es solo un asunto técnico, sino un tema de vida para más de 3.000 panameños.

Esperemos que las empresas distribuidoras sean conscientes y que sigan sus propios ejemplos en otros países, porque lo que aquí está en juego es mucho más que cifras, ganancias o pérdidas. Se trata de la dignidad de ciudadanos que hoy tienen deudas con facturas imposibles, que deben elegir entre medicinas o electricidad. Porque cualquiera de nosotros, en algún momento de la vida, podría necesitar de un soporte vital para sobrevivir. Solo entonces comprenderíamos en carne propia esa realidad, que no es únicamente médica, sino también emocional, económica y social.

La vida de estos panameños no puede depender de un enchufe. Debe depender de un Estado responsable, de un sistema sólido y de una sociedad comprometida en garantizar que ese enchufe nunca falle ni se desconecte.

Este proyecto de ley me llena de esperanza y fe, siento que es la oportunidad de transformar la angustia de muchas familias y de demostrar que en Panamá la vida, aún hoy, está por encima de cualquier interés.